En democracia se puede ganar o perder

A propósito de las elecciones que se realizarán en Colombia en el año 2026 -primero el 8 de marzo para elegir a los integrantes del Poder Legislativo a nivel nacional y, luego, el 31 de mayo para elegir presidente y vicepresidente de la República- como demócrata e independiente invito a que, en Colombia, todas las personas mayores de 18 años salgamos a votar de manera libre y voluntaria, diciéndole un NO rotundo a los promeseros electorales y a la compra y venta de votos.

En el caso particular de nuestro país, hago un llamado a votar por aquellas personas que, aun si no pertenecen a nuestras afinidades partidistas o políticas, con su ejemplo de vida y comportamiento ético, nos den la tranquilidad de que no perderemos nuestro voto.

Conviene recordar que se legisla y se gobierna para la gente, y no para familiares, grupos de amigos o copartidarios. Reconozco que lograrlo no es fácil, pero tampoco imposible; lo importante es dar el primer paso en la noble tarea de construir un Estado de paredes de cristal, enseñar con el ejemplo y actuar siempre con nortes éticos en lo personal, político y social. También contribuir a erradicar los vicios y deformaciones de la mala política y afianzar la cultura del buen gobierno y del respeto de los bienes públicos.

Hago un llamado a las personas de la diversidad política y social para que, de manera desapasionada, intercambiemos nombres de candidatos y candidatas al Congreso, a la Presidencia y a la Vicepresidencia de la República, sean de derecha, centro o izquierda, pero que por su historia de vida, conocimientos y comportamiento ético, merezcan la confianza y el voto de miles de personas en todo el país.

Solo así lograremos que, en las próximas elecciones, para bien de la gente, prevalezcan los nortes éticos y no los intereses de los negociantes de la política que, con tal de ganar, no tienen problema en cambiar de colores partidistas o en prometer lo que luego no podrán cumplir.

A esta altura de mi vida, cuando he tenido la oportunidad de ocupar de manera transparente distintos cargos políticos, sociales y estatales, y con todo respeto por la diversidad política y social de Colombia, debo manifestar que hasta el momento no me he definido por ningún candidato al Congreso, ni a la Presidencia o Vicepresidencia. Sin embargo, junto con un grupo de amigos a nivel nacional, ‘unidos en la diferencia’, seguimos buscando a quién apoyar, sobre la base de que no votaremos en blanco ni nos abstendremos.

Como después de las elecciones la vida continúa y debemos seguir avanzando, lo más importante es que, unidos en la diferencia, trabajemos por una política pública y ética de cero tolerancia a la corrupción, la violencia, el despilfarro, las desigualdades sociales, las contaminaciones ambientales y por el entendimiento pacífico entre quienes pensamos distinto. Que unamos esfuerzos para erradicar las malas prácticas políticas y consolidar los cimientos del buen gobierno. Que seamos capaces de contribuir a desarrollar y afianzar una cultura de gobernar para el bien común y no para intereses particulares.