El corolario Trump

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el mundo se acostumbró a la tutela de los Estados Unidos como el gran policía del mundo que velaba por mantener y promover la democracia, en contraste con la visión estatizante y autoritaria del mundo comunista. Pues bien, eso está cambiando de manera radical. Lo que se intuía, por las acciones y planteamientos del gobierno americano y en particular por parte de Trump, ha quedado explícito en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional presentada hace un par de semanas.

Los planteamientos allí expuestos tendrán repercusiones en el mundo entero, pero son especialmente relevantes para quienes estamos en esta parte del mundo. No son del todo nuevos pues, como bien, se desprende de lo que allí llaman ‘el Corolario Trump’, es un resurgir de ese ‘América para los americanos’ del presidente James Monroe en 1823, que pretendía ahuyentar cualquier presencia europea en esta parte del mundo, después de haber sido descolonizada. A comienzos del Siglo XX el presidente Teddy Roosevelt insiste en este enfoque y con el llamado Corolario Roosevelt justifica la ‘presencia policial’ de los Estados Unidos en la región para prevenir las intervenciones europeas y son los tiempos del famoso “I took Panama”.

Pues bien, el documento mencionado revive estos planteamientos y marca un giro claro hacia un enfoque centrado en la seguridad interna, la soberanía económica y el control del hemisferio occidental. Aunque se presenta como una adaptación a amenazas contemporáneas, sus implicaciones para la región y para Colombia, en particular, son profundas y merecerán un análisis cuidadoso de nuestro próximo gobierno.

El eje central de la estrategia es el retorno explícito al Hemisferio Occidental como zona de interés prioritario, una reinterpretación moderna de la Doctrina Monroe. Washington afirma que la migración irregular, el narcotráfico, el crimen organizado y la creciente presencia de China y Rusia en América Latina representan riesgos directos a su seguridad. En esta lógica, Estados Unidos busca reforzar su presencia política, económica y militar en la región, para asegurar lo que considera su estabilidad estratégica. El impresionante despliegue militar en el Caribe no parece ser nada muy distinto del comienzo de esta nueva era.

Colombia mantiene un papel estratégico por su ubicación, su tamaño y las características de las relaciones que ha tenido con ese país. Creer que la historia y el mantenimiento del sistema democrático van a ser suficientes para que en aspectos como los mencionados arriba no se nos considere un riesgo para lograr su propósito de ‘America First’ puede ser una gran equivocación. La presencia moderada de China en Colombia y el superávit comercial a favor de Estados Unidos nos reduce la vulnerabilidad, pero, es muy claro, que va a ser más y más difícil tener una posición equilibrada en lo geopolítico y en temas como las drogas tendremos presiones cada vez más fuertes para ofrecer resultados acordes con las expectativas de ese gobierno.

Se vienen tiempos complejos en esta relación y es necesario entender que los Estados Unidos de hoy no son los de los últimos años y tendremos que aprender a manejar esta compleja y muy importante relación.