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¡Un Lomotil para Ospina!

Tuvo la mala suerte, Jorge Iván Ospina, de que el mismo día que él anunció que este año la Feria de Cali iba a ser virtual, a un costo de $11.000 millones, su homólogo de Barranquilla, Jaime Pumarejo, anunciaba la suspensión del famoso Carnaval que se realiza en La Arenosa en el mes de febrero.

29 de octubre de 2020 Por: Diego Martínez Lloreda

Tuvo la mala suerte, Jorge Iván Ospina, de que el mismo día que él anunció que este año la Feria de Cali iba a ser virtual, a un costo de $11.000 millones, su homólogo de Barranquilla, Jaime Pumarejo, anunciaba la suspensión del famoso Carnaval que se realiza en La Arenosa en el mes de febrero.

Mejor dicho, mientras el barranquillero quedó como un mandatario sensato y prudente el caleño hizo el ridículo. ¡A quién se le ocurre que un evento intrínsecamente popular, y masivo, se puede hacer por Zoom!

La decisión lógica hubiera sido cancelar la Feria este año y si se quiere ayudar a los artistas simplemente entregarles un subsidio que compense las penurias que han tenido que pasar este año por la imposibilidad de realizar eventos masivos.

Pero pensar en Feria este año es un despropósito no solo por lo que cuesta y por no poder hacerla presencial. Cali, ni ninguna ciudad de Colombia, está para festejos. En un año en el que casi tres mil vallecaucanos han muerto por covid, pensar en enrumbarnos es un exabrupto.

Ojalá Ospina, en su infinita arrogancia, recapacite y desista de esta feria virtual absurda y costosa.

Pero este no es el único gasto inoportuno en el que la Alcaldía ha decidido incurrir en las últimas semanas. Parece que el Alcalde estuviera padeciendo una suerte de incontinencia contractual que lo ha llevado a suscribir contratos de toda índole.

Con ese fin, adquirió una deuda de $650.000 millones, para reactivar la economía de la ciudad. Lo grave es que nadie sabe muy bien en qué se va invertir estos dineros porque no hay estudios de las obras que se piensan hacer. Si es que ya están definidas.

Mejor dicho, Ospina en este caso hizo las cosas al revés. En vez de definir unas obras, costearlas y luego salir a conseguir el dinero necesario, primero consiguió el dinero a ver qué se alcanza a hacer.

No nos habíamos repuesto de ese golpe cuando el Alcalde salió a anunciar que va a hacer aprobar unas vigencias futuras de $24.962 millones.

Según la Administración con esos dineros se proyecta “realizar dos proyectos de impacto en la ciudad”. Se trata de las obras de adecuación del estadio olímpico Pascual Guerrero y la construcción del Centro de Bienestar Animal, labores para las que se quieren jalonar $12.936 millones y $12.025 millones, respectivamente.

El solo hecho de que Ospina se atreva a anunciar que va a invertirle al Pascual Guerrero $13.000 millones es una falta de respeto con esta ciudad.

Este señor, en su pasado gobierno gastó, según un estudio de la firma Zetco, $96.415 millones en una remodelación del Pascual, que inicialmente estaba presupuestada en $25.000 millones. O sea que la transformación del Pascual costó casi cuatro veces lo que se había proyectado en principio.

Para que ahora nos venga a decir que hay que meterle otra millonada al estadio. ¡No hay derecho!

Y para completar, esta semana el Gerente de Emcali anunció que van a invertir $10.000 millones en el alumbrado navideño. Y como para justificar ese gasto absurdo afirma que para evitar aglomeraciones, ese alumbrado va a ser móvil.

Mejor dicho, urge parar la incontinencia contractual de Ospina antes de que acabe de quebrar a esta ciudad. ¡Que alguien le suministre un Lomotil pero rapidito!

Sigue en Twitter @dimartillo

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