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Alcaldesa para Cali

La experiencia me ha mostrado que ellas son comprometidas, leales, incansables, luchadoras, rectas.

2 de marzo de 2023 Por: Diego Martínez Lloreda

En siete meses, los caleños elegiremos a la persona que remplazará a Jorge Iván Ospina en la Alcaldía. El recorderis es válido porque Cali no resiste otro gobierno desastroso como el que hemos padecido estos tres años.

Por ello, no podemos repetir el error de elegir una persona que no tenga la aptitud y la actitud para gobernar la ciudad. Lo que significa que desde ya tenemos que analizar el perfil de quienes han mostrado interés por ser alcaldes y por conocer qué propuestas tienen para la ciudad.

En el ramillete de candidatos hay varias mujeres valiosas, porque, más allá de su género, sobresalieron en las labores que desempeñaron. Comienzo por mencionar a Diana Carolina Rojas, quien en mi sentir tiene el conocimiento, el talante, la personalidad y la solvencia moral para remplazar a Ospina. Diana fue, junto con Roberto Ortiz, la única concejal que cumplió a cabalidad el principal mandato que le dieron los caleños: hacerle control político a la administración local.

Esta mujer se convirtió en la piedra en el zapato para Ospina. Denunció las múltiples irregularidades que se perpetraron en la Alcaldía. La mejor prueba de la excelente gestión que Diana cumplió en el Concejo es la animadversión que le profesa Ospina, que sabe que buena parte de la pésima imagen que tiene se debe a las denuncias que ella hizo cuando fue concejal.

Otra mujer a tener en cuenta es Catalina Ortiz: ejecutiva, seria, honesta, caleñísima; esta excongresista también tiene los atributos para llegar a la Alcaldía. Siento que Diana le lleva una ventaja porque ella ha desarrollado toda su actividad en la ciudad y la conoce a fondo, pues además de su rol en el Cabildo, se la ‘patoneó’, de arriba abajo, cuando trabajó en la Alcaldía, al lado de Maurice Armitage.

Una opción interesante es Miyerlandi Torres, quien cumplió una muy destacada labor en la Secretaría de Salud, desde la cual le tocó enfrentar la crisis del covid. El handicap de Miyerlandi es haber sido parte del Gobierno Ospina, lo cual le resta puntos, dado el rechazo que genera el actual Alcalde.

Yo soy fanático de las mujeres trabajadoras. A lo largo de mi larga vida laboral siempre que he debido llenar una vacante, si aparecen dos candidatos, un hombre y una mujer con similares perfiles para desempeñar un cargo, he escogido a la mujer. La experiencia me ha mostrado que ellas son comprometidas, leales, incansables, luchadoras, rectas.

Desde 1988, cuando Cali eligió a su primer alcalde por voto popular, solo hemos elegido varones. Y, aunque hemos tenido buenos mandatarios, nos ha ido regular tirando a mal. Por lo cual estoy convencido de que es hora de que le demos la oportunidad a una mujer de gobernar la ciudad. Tengo fe de que una mano femenina nos puede sacar del hueco en el que nos dejó Ospina.

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PD: Para corregir el rumbo de la ciudad no basta con elegir un buen alcalde, urge renovar el Concejo, pues el actual es corresponsable por la postración en que dejó Ospina a Cali. Qué bueno que a esa corporación llegaran jóvenes como María Isabel Alvarado, quien desde Mi Cali Contrata Bien ha denunciado los horrores que este Gobierno ha cometido en materia de contratación. Mejor dicho, María Isabel ha hecho la vigilancia que debían hacer los concejales que, como le ocurrió a un recordado expresidente, no se percataron de que un elefante se metió en esa cristalería que ellos debían cuidar.

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