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Dar es dar
En muchos hogares se espera al que está lejos; en otros, se encienden las luces del árbol, la casa se viste de alegría, y en muchos más, se ora para que haya cómo celebrar la Nochebuena.
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7 de dic de 2025, 12:46 a. m.
Actualizado el 7 de dic de 2025, 12:46 a. m.
La vida tiene otro ritmo cuando se acerca la Navidad. Pero quizás lo más bello que traen estos días, que hoy se iluminan con la Noche de las Velitas, son los múltiples encuentros que se dan cita en la temporada. En muchos hogares se espera al que está lejos; en otros, se encienden las luces del árbol, la casa se viste de alegría, y en muchos más, se ora para que haya cómo celebrar la Nochebuena.
Quizás ahí, donde hay amor, pero falta el pan, es donde la esperanza aguarda porque las cosas sean distintas. A veces olvidamos que hay miles de hogares que esperan una oportunidad para cambiar su destino. Y que el verdadero sentido de estas fechas es dar.
En Cali hay 535.000 personas en pobreza monetaria, una cifra que representa el 23,9 % del total de sus habitantes. Y aunque ha sido la más baja en 13 años, de acuerdo con el Dane, las familias que allí se ubican, viven con un promedio de 460 mil pesos mensuales. En la línea de pobreza extrema, fijada a nivel nacional con un ingreso inferior a los $227.220, se encuentran 208.000 personas, de las 2.27.296 que se calculan, viven en la ciudad.
Esta semana se celebró la cena de Compromiso Valle, una iniciativa que surgió tras el estallido social y que unió a organizaciones para aportar soluciones reales a tanta gente que solo necesita que se abra una puerta. Ya son más de 737 las empresas vinculadas, más de 4000 los empleos y más de 77.000 las personas que han hecho parte de alguno de sus ejes: seguridad alimentaria, transformación de proyectos de vida, emprendimiento, empleabilidad, liderazgo sólido y educación. Sin duda, un valioso aporte que demuestra el poder de la unión.
Del evento que reunió a quienes se han puesto la diez con este compromiso, y de quienes se han beneficiado con él, quedaron las palabras de sus líderes invitando a seguir, más allá de ideologías; más allá de los colores que en 2026 competirán por la Presidencia; más allá de izquierdas y derechas, en un país al que le cuesta tanto alejarse de las orillas y mirar la vida desde la posibilidad, la unión, la generosidad.
Pero quizás, la voz que más me conectó con esa experiencia fue la de María Fernanda Castro, una emprendedora invitada, con una sonrisa radiante y tanta paz en sus palabras. Ella llevó su producto para compartirlo en la mesa: la crema Armidol, elaborada con plantas, para combatir dolores musculares, articulares e inflamaciones.
María Fernanda conversó con quienes estaban a su alrededor, sobre cómo su negocio subsiste en su casa, cómo aprendió a sacarle costos y ganancias, y cómo con él es posible sostenerse. Lo hizo con tanta autenticidad, que su mensaje se convirtió en inspiración.
Hay muchas formas de dar y mucho poder en ello. Si cada persona comparte algo de lo que tiene, impulsa a alguien que lo necesita, la realidad sería tan distinta. Y ese debería ser el mensaje que nos una en Navidad y en todas las épocas. Dar, como consigna permanente. Dar un impulso, una semilla, una oportunidad. Dar no lo que nos sobra sino lo que podemos. Y dar también amor, manifestado en el saludo, en la solidaridad, en la enseñanza. Porque en últimas no somos nada si pasamos por la vida sin dejar huella. Y como dice la canción que da origen al nombre de esta columna, Dar es dar: es solamente una manera de andar.
@pagope

Comunicadora Social - Periodista y Docente de la Universidad Autónoma de Occidente. Caleñísima. Con 26 años de experiencia en una sala de redacción. Entiende el periodismo como una pasión, pero sobre todo, como una manera de transformar y servir a la sociedad. Ciudad, paz, género y niñez, los temas que le apasionan.
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