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Última del año

Los caleños estamos en mora de trabajar en equipo y construir una ciudad con un compromiso de identidad.

26 de diciembre de 2022 Por: Vicky Perea García

No hago inventarios. No hago promesas. No le doy cuerda a falsas ilusiones. Veo muy lejana la tan cacareada Paz Total. Mucho bla, bla, bla y los muertos continúan. El narcotráfico sigue empoderado del país.
Seguiremos atascados entre estas tres cordilleras porque no hay carreteras, ni principales ni de penetración a la Colombia profunda. Los campesinos seguirán arriesgando sus vidas a lomo de mula para sacar a la venta sus cosechas.

La Feria de Cali ya empezó a dejar en las calles un reguero de basura y desperdicios que muestran la verdadera ciudad, la que no tiene identidad ni sentido de pertenencia. Carros y motos se han tomado definitivamente los corredores del MÍO. Subir por la carretera al mar se convirtió en un acto temerario y suicida.

Cientos de quemados por pólvora. Hace unos años me paseaba por la sala de quemados del Hospital Universitario del Valle, HUV, y es ingresar al infierno del dolor. Es la cruda realidad de esta barbarie, que todos los años se prohíbe y jamás se hace nada. Al quemado nadie lo ve, ni le importa. Solo los borrachos ven las luces de bengala, fuegos artificiales que dejan a su paso víctimas despellejadas. No fui capaz de volver a este pabellón.

La vía que conduce de Pance a la rotonda de Ciudad Jardín seguirá siendo un embudo atascado porque no tiene cómo ampliarse y no se vislumbra ningún proyecto de pasos elevados, puentes o túneles. Nadie le pone el cascabel a ese gato, de nada sirven los separadores que adornan. O tal vez sí, para distraerse en vez de blasfemar ante la

El próximo domingo se cambia de dígito, pero no cambiará nada. O cambiarán las carátulas, pero con los mismos contenidos. Si no nos proponemos en serio cambiar uno a uno, cada uno de nosotros, nosotras y nosotres, no cambia nada.

La convivencia, el respeto, la paz, no funcionan por decreto. Seguiremos llenándonos de burocracia, leyes, incisos, micos, orangutanes. El cambio es individual, no funciona de otra manera.

Recomiendo el libro ‘El Poder de las Palabras’ del argentino Mariano Sigman, como guía de cambio personal. No es autoayuda barata, son las reflexiones de un hombre dedicado a la neurociencia. No un charlatán.

Los taurinos seguiremos luchando contra los ‘animalistas’ populistas baratos. Ni idea tienen que “más cornadas da el hambre”, que España taurina nació entre el pueblo raso que prácticamente moría de hambre en los pueblos de la España profunda. Y pretenden ahora convertir este arte en una distracción de elites.

Aterricen. ¿Cuántos más desempleados quieren? Quieren arrasar con los artesanos, los sombrereros, los que venden en temporada de toros para vivir o sobrevivir el resto del año. Y de paso, les sugiero que para este 2022 dejen de meter manadas de perros en los aviones, miren cómo masacran cerdos, pollos, vacas y se estremezcan ante los verdaderos crímenes de seres humanos, niños violados, mujeres asesinadas por un machismo grotesco. Respeten a las minorías.

Última del año. Ojalá nos unamos. Los caleños estamos en mora de trabajar en equipo y construir una ciudad con un compromiso de identidad.

De resto, las campanadas, las uvas, los abrazos, los besos, las fogatas y las promesas, se quedarán enredadas en la misma noria.

Cali merece otra suerte. Hasta la próxima. Nuevo dígito. Buen viento, buena mar, buena actitud. No más bla, bla, bla.

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