Hasta la coronilla

Chile se salvó de la ultraderecha y está lejos de caer en una izquierda populista y mamerta ya pasada de moda.

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20 de dic de 2021, 11:40 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 07:35 a. m.

Sí. Estamos hasta la coronilla de la pelea continua de Uribe contra Santos. Es una obsesión casi demencial. No fue suficiente el papa Francisco, ni será suficiente nada. A un comportamiento obsesivo y sociopático nadie lo para. Ni Spiderman con todos sus súper poderes (los fans del Hombre Araña repiten y repiten su última película).

Por favor señor Uribe Ubérrimo caballista. Patrón. Deje la lora. Deje a Colombia en paz. Deje gobernar a Duque y su combo (que apenas se quitó la jáquima empezó a mejorar un poco). Parece un hámster dándole vueltas a la rueda sin parar, sin rumbo fijo, sin darse cuenta que va en círculos. Mejor vaya a un siquiatra y trate sus obsesiones, sus paranoias, su incapacidad de introspección, su manipuleo descarado de seres humanos. Quédese quieto. Haga yoga. Y sobre todo, le juro que calladito se ve mejor. Felicito al expresidente Juan Manuel Santos, no solo por haber sido capaz de lograr el Acuerdo, sino su resistencia psicológica para nunca haber caído en la trampa de la pelea. ¡Para bailar el tango se necesitan dos! Y Santos no se prestó al show.

La contienda política en este momento se convirtió en un ring de boxeo en el que Tongo le dio a Borondongo y Burundanga le dio a Muchilanga.

Petro contra todos. Todos contra Petro. Los niños Galán apoderándose de un legado irrepetible porque ellos NO son su padre, y el Partido que él fundo no tiene nada que ver con lo que es ahora. La U calladita la boca no sabe qué camino tomar, sabiendo que su apoyo será decisivo para cualquier coalición. El Uberribismo de capa caída y que Dios reparta suerte. Priman los egos sobre las ideas y los supuestos programas de gobierno son hasta el momento un tímido esbozo.

Cambiando de tema, me encantó el discurso del próximo mandatario chileno y sobre todo la respuesta de su adversario, recordando que “Chile somos todos“, felicitándolo y ofreciéndole su colaboración. Una lección para Colombia que ha caído en lo más bajo en insultos, agresiones, calumnias, mentiras y tramoyas. No hemos podido salir de las cavernas de la polarización, ni del fundamentalismo, ni del egocentrismo. Para no mencionar los asesinatos de líderes y seres que piensan diferente. Chile se salvó de la ultraderecha y está lejos de caer en una izquierda populista y mamerta ya pasada de moda.

Invito en estos días que festejamos la Navidad a hacer un alto en el camino, botar del corazón resentimientos y odios, pensar en que somos hermanos de patria y que juntos todos, respetándonos, podemos lograr al fin un país normal, más equitativo y menos corrupto. Las próximas elecciones de Congreso son claves, si queremos una Colombia diferente tenemos que votar a conciencia y dejar la abstención y la indiferencia.

Cuando estaba pequeña durante mucho tiempo pedía una bicicleta pero siempre me llegaba una muñeca vestida de amarillo. Espero que esta vez llegue mi carta pidiendo paz, reconciliación, amor y comprensión, y sea escuchada y correspondida.

***

Posdata: Un beso a ‘mamama’ esa mujer extraordinaria que partió a su nueva dimensión un 24 de diciembre, pero jamás se ha alejado de mi alma y de mi vida. Sé que sigue con nosotros, hijas, nietos y bisnietos, y que te los gozas. El 23 nos reuniremos en Casablanca todos. El Gran Útero. El faro donde crecieron y se iluminaron nuestras vidas, las de esta familia tribal, divertida y original gracias a ti.

Periodista. Directora de Colcultura y autora de dos libros. Escribe para El País desde 1964 no sólo como columnista, también es colaboradora esporádica con reportajes, crónicas.

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