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hindu | Foto: jorge orozco

MARCAS DE CORAZON

Hindú: la casa del té es vallecaucana

Hindú

2 de agosto de 2019 Por: Especiales El País

La historia de la marca Hindú inicia hace más de 60 años en el corregimiento de Bitaco, un lugar ubicado a 1.500 metros de altura, en el municipio de La Cumbre.

Fue allí donde empezó el camino de Hindú, una tradición que desde entonces se mantiene vigente entre el gusto –y los corazones- de buena parte del país. Actualmente, de hecho, el 46% de la demanda nacional en bebidas aromáticas es cubierto por esta marca nacida en la región.

El comienzo de la marca está íntimamente ligado a la familia Llano: Joaquín Llano González, en compañía de su hijo, Alberto Llano Buenaventura, fueron los visionarios que confiaron que en el té había un universo de posibilidades para explotar. La década del 40 corría en los bosques de niebla extendidos por ‘Himalaya’, la hacienda familiar ubicada en Bitaco, cuando los Llano hicieron sus primeras apuestas por la plantación, a través de semillas traídas desde la India por la Secretaría de Agricultura departamental de la época con el propósito de fomentar la diversificación agrícola.

Diez años más tarde, el emprendimiento familiar dio sus primeros frutos con una versión de té negro artesanal, y a partir de 1960, la marca Hindú quedó constituida, con el clásico empaque de las bolsitas filtrantes que hoy conocemos.

El nombre de la marca, esta relacionado con la hacienda Himalaya, donde la familia Llano cultivó la plantación, y que hace referencia al sistema montañoso más alto del mundo, al que pertenecen países como India de donde llegaron las semillas que dieron origen al cultivo en dicha hacienda.

Camino a la innovación

Durante las tres primeras décadas, Hindú empezó a ganar terreno como marca de té y aromáticas entre las familias vallecaucanas. Sus productos bandera fueron las infusiones de té negro original y la manzanilla, que en los hogares se convirtieron en un sinónimo de bienestar y salud.

Esa fue la puerta de entrada para ir diversificando poco a poco su portafolio de té, y entrando a nuevos segmentos como las infusiones frutales y el té soluble, con productos tan exitosos como la infusión frutal de frutos rojos, el más vendido de la categoría en Colombia.
El siglo XXI fue un punto de inflexión para Hindú, que se dedicó a trabajar para ofrecer nuevas alternativas a los consumidores. Una sana obsesión a la que le dio forma creando infusiones saborizadas con frutas e ingredientes naturales como la estevia, así como la introducción del té verde y el rojo.

Hoy, la marca cuenta con el portafolio de más profundidad de la categoría, ofreciendo alternativas para diferentes momentos y formas de consumo como las infusiones frías en almohadilla para preparación en jarra y la propuesta de aperitivos y bebidas hechas a partir de las infusiones.

El espíritu de innovación que tiene en el ADN, llevó a la marca a rediseñar la arquitectura de sus empaques, agrupando diseños y colores de acuerdo a su gama de productos, buscando que el público pudiera identificarlos con mayor facilidad. También renovaron su comunicación, pensando en las nuevas generaciones. Es por eso que a través de redes sociales desarrollaron una estrategia de comunicación basada en crear empatía entre los consumidores y la marca, representada por personas reales, por medio de cuentas de Instagram, y con ejes temáticos de tendencias para los ‘millennials’: @hindu_viajero, @hindu_fit, @hindu_trendy, así como @hindu_emprendedor, invitándolos a “vivir el momento”, con una bebida muy versátil.

Futuro sostenible

Hindú seguirá siendo una marca en el corazón de los colombianos, conquistando nuevas generaciones, ofreciendo cada vez más valor en sus propuestas de portafolio, con nuevas formas y momentos de consumo. Adicionalmente, seguirá trabajando en el apoyo a temas como el emprendimiento y la educación de las familias de las montañas de Bitaco, a través de la Fundación Agrícola Himalaya, que patrocina la empresa y sus socios

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