Quindío: rutas y claves para enamorarse de un departamento con aroma a café

En medio de las montañas que adornan el paisaje cafetero que ofrece el Quindío, se encuentra Panaca, el parque temático agropecuario más grande de Latinoamérica. Es un lugar que invita a sus visitantes a reencontrarse con el campo, para reconocer la importancia de este en el desarrollo del país, porque como dice su lema: “Sin campo no hay ciudad”.

Se trata de un espacio que busca generar conciencia en las personas citadinas y propiciar una relación sana con la ruralidad, “tenemos agroindustria Panaca, donde hacemos los alimentos que consumen nuestros animales; está además, la Fundación Panaca, donde capacitamos líderes y lideresas, jóvenes, mujeres rurales de todo el país.

Hay vinculadas 240 personas de toda Latinoamérica: Ecuador, Bolivia, Perú, que son campesinos y se están capacitando; la idea es que vuelvan a sus países y cuenten esas nuevas experiencias, así como prácticas positivas que tenemos en Colombia a nivel del campo”, comenta Luz Marina Martínez Ossa, coordinadora de Comunicaciones de Panaca.

Buscando mejorar la experiencia de todos los públicos, este parque natural se encuentra trabajando en tres nuevos proyectos, Panacaventura, el cual se enfoca en los puentes tibetanos, canopea o canopi, entre guaduales y árboles. Este recorrido de 2.2 kms alrededor del complejo es una forma original de ver el paisaje cultural cafetero.

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El segundo proyecto que viene en camino es Panacanatura y está dirigido principalmente a las personas que les gusta el senderismo, los guaduales, tener contacto con la fauna y la flora; además, cuenta con avistamiento de aves. “El Eje Cafetero tiene unas especies endémicas, que vienen de Canadá para fines de alimentación y reproducción y se devuelven a su país”, manifiesta Martínez.

Por último, el proyecto Panacacultura presentará una serie de talleres dentro del territorio, enfocados en las maderas, las fibras naturales, el cuero, para que los visitantes participen en el proceso de transformación de lácteos, desde la siembra de la caña de azúcar, hasta el paso por el trapiche, para finalmente recibir un gran tesoro, la famosa ‘panelita quindiana’. Son experiencias diferentes para sentir la conexión con la naturaleza, una experiencia que nadie se debería perder.