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"En mis presentaciones no soy un predicador, soy un comediante": José Ordóñez

José Ordóñez, récord mundial por contar chistes, habla sobre su rol como pastor en una iglesia cristiana. Ahora lleva su show a las cárceles y centros de rehabilitación porque cree en el poder espiritual de la risa.

31 de julio de 2012 Por: Meryt Montiel Lugo | Editora de Domingo

José Ordóñez, récord mundial por contar chistes, habla sobre su rol como pastor en una iglesia cristiana. Ahora lleva su show a las cárceles y centros de rehabilitación porque cree en el poder espiritual de la risa.

Llegó de Miami, donde reside hace cuatro años, para pasar vacaciones en Colombia con su esposa e hijos. En medio del descanso saca tiempo para hacer presentaciones en varias ciudades y llevar gratis su show a cárceles y centros de rehabilitación. Hace un mes el humorista colombiano José Ordóñez rompió nuevamente un récord mundial: en 80 horas ininterrumpidas contó 19.000 chistes en la emisora Fiesta F.M., de Madrid, en beneficio de la Fundación Misericordia, Amor y Servicio, MAS, que trabaja en favor de niños desplazados por la violencia en Colombia. Fue para él una experiencia “agradable, pero dura”, que buscará homologar en el libro de los Guinnes Records. Sobre su hazaña humorística y su carrera como comediante y pastor cristiano José Ordóñez habló con El País:¿Qué ha hecho durante todo este tiempo que lleva viviendo en los Estados Unidos?Me la he pasado recorriendo el mundo haciendo reír en maratónicas jornadas de humor. Hace tres años hice mi octavo récord mundial, 72 horas de chistes en Miami; luego fui a hacer otra a San José de Costa Rica, posteriormente, a Sidney, Australia, y allá hice 30 horas por una causa social y la última, en España. Tengo una invitación para París, donde quieren que haga 30 horas de chistes. La idea es completar 316 horas contando chistes por el mundo.¿Qué busca con estas jornadas?Que la gente entienda que los colombianos no son solo fuentes de malas noticias. Me preguntaban en la Tv. española si era verdad que los colombianos éramos violentos. Les dije sí, somos violentos: yo soy un ‘violento’ para hacer reír, ‘violento’ para pasarla bien. Somos ‘violentos’ a la hora de defender una familia. A los españoles les regalamos 19.000 disparos de humor en 80 horas.¿El que ríe reza tres veces?Utilizo mi humor como una herramienta para la divulgación de valores, de mensajes y principios para ayudar a fortalecer la relación matrimonial. De mi capacidad para hacer reír y de mi conversión al cristianismo hice una simbiosis y hoy lo que hago es que la gente no sólo se ría durante dos horas sino que se vaya a la casa queriendo ser un mejor marido, una mejor esposa, una mejor persona. Pero la gente podría llegar a pensar que un humorista religioso es de lo más aburrido...Esas dudas se les despejan cuando ven el material. En mis presentaciones no soy un predicador, soy un comediante que utiliza la comedia para poder establecer principios y valores en medio de la sociedad. En marzo fui condecorado por el Congreso del Perú por este motivo. Eso, lejos de reducir mi público, me ha abierto las puertas en muchos países. Donde quiera que voy la gente reconoce esta nueva manera de hacer humor, que no busca evangelizar sino comunicar principios y valores. ¿Abandonó el humor en Tv.?No, estoy haciendo el piloto de lo que será el regreso de ‘Ordóñese de la Risa’, pero no he estado concentrado en volver a hacer Tv. porque quiero darle tiempo de calidad a mis cuatros preciosos hijos y mi familia y, además, tengo mucho trabajo presentándome en tantos países. En febrero mi hija mayor se casará, mi segundo hijo se va a ir a una universidad en Los Ángeles en junio de 2013. Con ellos, los mayores, me queda poco tiempo. Tiempo para hacer programas de Tv. tengo mucho, pero para pasarlo con mis hijos me queda poco. Entonces el piloto lo voy a hacer sin correr. ¿Qué cuidados tiene para que sus chistes sean comprendidos en cada país a donde va?Cuando fui por primera vez a Venezuela y dije ‘no le pares bola’, fue la vulgaridad más grande para ellos. En Argentina no puedo decir coger; tampoco pendejo en Venezuela, Puerto Rico o en Cuba porque para ellos es de grueso calibre; en México no puedes decir ‘sople el pito’; jopo en Argentina es el capul, la gente dice ‘llegué tarde porque me estaba peinando el jopo’. Dilo en Barranquilla, la gente se va a morir de la risa. Todas estas cosas hay que saber cómo evitarlas o emplearlas para hacer humor.¿Cuando usted hacía ‘Ordóñese de la Risa’, ya estaba en el cristianismo?Nunca lo oculté. Me convertí en uno de los personajes menos populares por decir en público, sin temor, en radio y Tv., que era cristiano. Hace 17 años eso no era fácil: la sociedad me dio la espalda porque no podía considerar que su humorista se volviera religioso y la gente de la iglesia cristiana me dio la espalda porque consideraba que ningún comediante podía entrar a engrosar las filas de sus predicadores. Tuve que andar por el filo de una navaja recibiendo piedra de lado y lado, pero cuando uno está seguro de lo que Dios lo ha puesto a hacer, lo hace. Lo que yo he andado les sirve a comediantes como Hassam, Don Jediondo y otros tantos que han decidido poner su vida en manos de Dios y entender que no riñe lo uno con lo otro: tener una carrera como comediante y servirle a Dios con lo que se hace.Despidámonos en chiste...Dos amigos están en un balneario. Uno de ellos está dentro de la piscina y el otro totalmente vestido en la parte de afuera. El nadador le pregunta al otro: _Oiga, ¿usted es que no nada, nada? _Es que no traje, traje.Un hombre viene por la calle fumando y se encuentra con su amigo: _Hola, ¿de dónde vienes? _Vengo de la consulta con el doctor que me quitó las ganas de fumar. _¿Le quitó las ganas de fumar? ¡pero si yo lo veo fumando! _Ah, sí, pero sin ganas...

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