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Birmingham despidió entre flores, globos y lágrimas a la leyenda del heavy metal

El 30 de julio la ciudad natal del líder de Black Sabbath rindió últimos honores.

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Último adiós a Ozzy Osbourne
La familia de Ozzy Osbourne durante su despedida (Photo by Ben STANSALL / AFP) | Foto: AFP

31 de jul de 2025, 10:35 a. m.

Actualizado el 31 de jul de 2025, 10:35 a. m.

Miles de aficionados presenciaron el 30 de julio el cortejo fúnebre de Ozzy Osbourne, leyenda del heavy metal, en su ciudad natal de Birmingham, Inglaterra, antes de un sepelio muy íntimo.

Al frente, un coche fúnebre negro transportaba el ataúd del líder de Black Sabbath, fallecido a los 76 años, cubierto de flores rosas que formaban el nombre “Ozzy”. La procesión se detuvo frente al “Black Sabbath Bridge”, donde la familia del cantante, incluida su esposa Sharon, depositó flores.

Llorando y con la cabeza fija en el piso, Sharon iba acompañada de sus tres hijos, Aimee, Jack y Kelly, y saludó a la multitud que coreaba el nombre del cantante.

El puente “Black Sabbath Bridge”, sobre el que hay un banco con los rostros de los cuatro miembros de la banda, está cubierto desde el anuncio del fallecimiento de la estrella con una montaña de ramos de flores, globos y mensajes dejados por numerosos admiradores.

A pocos pasos del memorial improvisado, protegido por vallas, Lana Vivienne, de 26 años, hacía fila para dejar una rosa y, así, “rendir homenaje a la leyenda”.

“Vengo a decirle adiós una última vez”, dijo a la AFP la joven, oriunda de la región. “Ozzy era un tipo de la clase obrera de Birmingham, era auténtico y nunca cambió, ni siquiera al hacerse famoso”, comentó, destacando que el cantante “nunca perdió su acento”.

“Conmovedor”

La carrera de Ozzy lo vio triunfar después de su despedida de Sabbath. Se mantuvo vigente, lanzando canciones memorables, rodeado de músicos increíbles.
La carrera de Ozzy lo vio triunfar después de su despedida de Sabbath. Se mantuvo vigente, lanzando canciones memorables, rodeado de músicos increíbles. | Foto: afp

En las inmediaciones, en los pubs donde se concentraron los admiradores del artista se escuchaba la música de Black Sabbath a pleno volumen. Muchos de los fans vestían de negro y llevaban camisetas o chaquetas con la imagen del “Príncipe de las Tinieblas”.

El cortejo recorrió Broad Street, donde las aceras están decoradas con estrellas que llevan los nombres de figuras destacadas de la ciudad —entre ellas Ozzy Osbourne—, al estilo del Paseo de la Fama de Hollywood. “Era importante estar aquí porque hizo mucho por la ciudad”, dijo Reece Sargeant, de 16 años.

Por su parte, Mhairi Larner, de 31 años, viajó desde la ciudad de Nottingham. “Es conmovedor formar parte de la comunidad metalera, que es simplemente fantástica”, comentó la auxiliar sanitaria, que afirmó ser fan del cantante desde que tiene memoria.

Para quienes no pudieron asistir, el evento fue transmitido en directo por internet. Ozzy Osbourne padecía la enfermedad de Parkinson desde 2009. Muy debilitado, ofreció su último concierto el 5 de julio en Birmingham, junto a sus compañeros de Black Sabbath, ante decenas de miles de aficionados de todo el mundo.

Ozzy fue más que una leyenda de la música, fue un hijo de Birmingham. Para la ciudad era importante rendirle un homenaje digno”, declaró el martes su alcalde, Zafar Iqbal. Tras este último homenaje, la estrella debía ser enterrada en la intimidad, en presencia de artistas como Elton John o James Hetfield, del grupo Metallica, según el tabloide The Sun.

Black Sabbath, fundada en 1968, tuvo un enorme éxito comercial en las décadas de 1970 y 1980 y llegaron a vender más de 75 millones de álbumes en todo el mundo. El grupo ingresó en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2006 y Osbourne fue incluido por segunda vez el año pasado como solista.

Osbourne fue reconocido por su talento musical, pero también forjó su fama con su comportamiento extravagante, muchas veces atizado por el consumo excesivo de drogas y alcohol. En 1989, fue arrestado por intentar estrangular a su esposa Sharon mientras estaba totalmente ebrio, un incidente que el músico recordó en una entrevista en 2007.

Una de sus actuaciones más recordadas se remonta a 1982, cuando durante un concierto en Des Moines, en Estados Unidos, le arrancó la cabeza de un mordisco a un murciélago en el escenario.

Osbourne relató que pensó que un seguidor le había lanzado un murciélago de goma al escenario, y que no se dio cuenta de que era un animal de verdad hasta que le dio un mordisco.

Isabel Peláez. Escribo, luego existo. Relatora de historias, sueños y personajes. Editora de cultura, entretenimiento y edición de contenidos digitales.

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