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La obra se presenta el próximo lunes 28 de octubre como inauguración de la IV Bienal Internacional de Danza de Cali, a las 8:00 p.m. en el Teatro Municipal Enrique Buenaventura. | Foto: Especial para El País

Esta es una de las novedades más importante de la Bienal Internacional de Danza de Cali

‘Dreamhunters’ es la obra que presenta el lunes el Ballet del Teatro Nacional de Belgrado, en el inicio de la Bienal de Danza.

25 de octubre de 2019 Por: Redacción de El País

Uno de los actos más esperados de la cuarta edición de la Bienal Internacional de Danza de Cali es el que traerá El Ballet del Teatro Nacional de Belgrado, conocido como el cuerpo de baile más representativo de Serbia, con el que se inaugurará la Bienal.

Esta compañía llegará a Colombia el próximo 28 de octubre para presentar ‘Dreamhunters’, El cazador de sueños, una obra basada en la novela ‘Diccionario Jázaro’, de Milorad Pavic, que fue dirigida originalmente por el dramaturgo Tomaž Pandur.

Pandur, quien falleció en 2016, mantuvo en vida una estrecha relación con Colombia a través de su trabajo teatral. En varias ocasiones vino a Colombia a presentar sus obras como invitado del Festival Iberoamericano de Teatro. En esta ocasión será su hermana, la dramaturga Livia Pandur, quien dirija la obra. Livia habló con El País sobre ‘Dreamhunters’, el regreso del Ballet a Colombia y el legado de su hermano.

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La obra será la encargada de inaugurar la IV Bienal de Danza Internacionaal de Cali, que trae a algunas de las compañías más importantes de baile del mundo entero.

¿Cuál fue el componente estético de ‘Diccionario Jázaro’ que influenció la creación de El cazador de sueños?

El componente estético e ideológico de esta obra es la visión global de Tomaž Pandur, proclamando su voluntad de tener poder y de vivir el sentido de la vida en cualquier circunstancia. Donde hay silencio, imaginación y belleza, hay un cazador de sueños.

Pandur fue muy querido en Colombia. ¿Qué ha significado volver a este país con una obra de su hermano?

Por mi experiencia y convivencia en Colombia, este es el país donde mejor se comprendió a Tomaž.. Él sentía verdadera devoción por Colombia. Cuando falleció estaba inmerso en un estudio sobre el realismo mágico para construir una propuesta fantástica basada en ‘Cien años de Soledad’. Tomaž , era uno de los consentidos del Festival Iberoaméricano de Teatro de Bogotá. El año pasado, durante la versión número XVI, fue homenajeado en el último escenario en el que él se presentó en Colombia: el Teatro Julio Mario Santodomingo. Allí, junto al Ballet de la Ópera de Ljubljana, presentamos la obra ‘Symphony of Sorrowful Songs’, dirigida por mi hermano. Traer otra de sus obras a un Festival tan importante como la Bienal Internacional de Danza de Cali, es mantener su legado en los mejores escenarios del mundo y sobre todo, en el país que él tanto amó.

¿Cómo fue el proceso de continuar con ‘Dreamhunters’ sin su hermano?

Él fue quien dirigió la obra en Belgrado. Mi hermano era un gran creador, con un universo único. En esta nueva era, ya sin él, hacer la obra implicó un proceso lleno de pasión y temor: sentimientos impregnados por una profunda tristeza. Los bailarines de esta temporada son jóvenes y muy talentosos, algo que ha estado a nuestro favor, pues saben la importancia de este espectáculo.

¿Cuál cree usted que es la función del arte en procesos de posconflicto? Se lo pregunto porque en su país han vivido este tipo de procesos...

El papel del artista es acompañar siempre la verdad, mostrar una ventana de la belleza y la poesía, desde una perspectiva profunda de justicia, para que sea el espectador quién pueda sentir a su manera ese mensaje.

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