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Caricaturas sobre la ansiedad del ilustrador Alberto Montt. | Foto: Foto: Especial para el El País

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'Ansiedad', el nuevo libro de Alberto Montt

Alberto Montt habla sobre su nuevo libro de ilustraciones ‘Ansiedad’, una serie de humor gráfico para tiempos de pandemia.

4 de marzo de 2021 Por: L.C. Bermeo Gamboa, reportero de El País

Alberto Montt es considerado el nuevo Quino y él confiesa que siempre ha sido su ídolo. Este diseñador gráfico y artista plástico nacido en Ecuador y quien reside en Chile, es el autor del blog de ilustraciones Dosis Diarias, donde publica sus viñetas desde el año 2006, y ahora presenta su libro de ilustraciones ‘Ansiedad’, una especie de ansiolítico, sin otra contraindicación más que sentirse identificado, cuyo ingrediente principal es el humor negro.

El personaje de ‘Ansiedad’ se asemeja al virus del Covid-19, aunque nada tiene que ver con este, pues lo creó en enero del 2020, cuando en Chile faltaban tres meses para que llegara la pandemia. Su forma redonda y sus púas fue inspirada, inconscientemente, dice él, en figuras de la naturaleza que no queremos tocar, ni acariciar: los cactus, el pez globo—, “el coronavirus no es el primero que tiene esa forma. Inconscientemente pensé en esas formas, pelotas como con púas”.

Aunque Montt admite que el personaje que creó es parte de su propia terapia “lo uso para exorcizar demonios”.

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“Hago viñetas de humor hace muchísimo tiempo. Algunas las publico en distintos medios y hay una revista que sale los sábados en Chile para la que hago viñetas, el año pasado me entregaron como tema un reportaje sobre Chile, que se ha convertido en uno de los tres países con mayor venta de ansiolíticos en el mundo. Basándome en dicha información, hice una viñeta sobre la ansiedad. Hice un personaje que llegaba a una entrevista de trabajo con este bicho rojo pegado a su cara que decía: ‘Perdón, pero no encuentro una baby sister para mi ansiedad’ y al verlo en el papel, dije: ‘ah, mira, este personajito de la ansiedad me da para hacer más viñetas, voy a hacer unas cuatro o cinco para ver cómo resulta’, y me di cuenta de que lo estaba utilizando como psicólogo a este personaje. En ese momento comenzó, casi como una casualidad, y después no paró, pero no paró porque lo terminé necesitando”.

Cuenta que recientemente hizo un libro con la recopilación de viñetas que viene trabajando desde hace 14 años, y se percató de que el 90 % de estas trataban sobre la ansiedad y es un tema que sigue funcionando.

Dice Montt que conoce muy poca gente que no padezca ansiedad, “uno los estados emocionales más frecuentes en la modernidad. Yo tengo ansiedad por unas cosas más que otras, pero soy un usuario frecuente del maldito bicho en serie”.

No ha acudido al psicólogo aún porque su ansiedad es leve, pero “conozco gente muy cercana que tiene trastornos de ansiedad que no le permiten moverse en el día a día. A mí me basta con poner aquello que me molesta o que siento en mis viñetas y me doy por exorcizado. Ha sido entre lecturas y conversaciones que me he dado cuenta de que lo que tengo es ansiedad. Pero muchos no lo reconocen, es una especie de fantasma que va de incógnito rondándonos”.

En la cotidianidad del encierro, aclara el artista gráfico, el tema del Covid hizo que ansiedades leves, como la suya, subieran de nivel. Pero él halló su dosis de cómic para apaciguarla. “Primero detecto la emoción o la situación que me genera ansiedad a mí o a quienes conozco, luego me pongo en la posición de lo que la ansiedad le diría a la persona que la sufre; es como si contáramos el cuento de Caperucita y el Lobo desde la mirada del Lobo como víctima, un bicho que tiene hambre, consigue algo de comer, pero necesita transvestirse para lograr su objetivo. Pienso en la ansiedad como si fuera una persona ajena y en lo que le diría a su víctima”.

“La gracia de tener el dibujo como herramienta de comunicación, es que me permite ser lo más honesto posible conmigo mismo y por eso mucha gente me sigue, porque digo lo que pienso, siento y reflexiono. Cabe la posibilidad de que alguna persona se sienta ofendida. El objetivo del humor es incomodar, te obliga a cuestionarte aquello que venías pensando y esa es la razón por la que consumo humor: quiero que alguien ponga a prueba mis convicciones”.

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