Las implicaciones de la precandidatura presidencial de Óscar Iván Zuluaga

“Estoy convencido que la sociedad colombiana no quiere más peleas y no quiere discusiones inútiles, lo que espera son candidatos que aporten propuestas a la solución de los problemas”.

Con estas palabras Óscar Iván Zuluaga anunció su precandidatura  a las próximas elecciones presidenciales en mayo de 2022.

El anuncio de Zuluaga, que lo hizo en el marco de la 77 asamblea de la Andi, si bien sorprendió, ya era muy esperado, en especial en las filas del uribismo, en donde con la muerte, en enero pasado, del ministro de la Defensa, Carlos Holmes Trujillo, perdió a la que era su más segura ficha para la competencia interna en el partido y llegar muy fuerte a la consulta interpartidista de marzo de 2022, en la que esperan estar unidos los partidos y precandidatos de la derecha.

Zuluaga ante el empresariado nacional, en su estilo tradicional, pausado y sereno, les indicó que “durante los últimos años que he estado ausente de la política me dediqué a escuchar y a dialogar con empresarios, emprendedores, trabajadores, académicos y líderes sociales de diferentes sectores sociales. Las ideas que hoy les presento son el resultado de ese ejercicio, quiero anunciarles que buscaré la presidencia de nuestro país”.

Y advirtió que llegará con una propuesta de innovación, inclusión y con una que estimule la construcción de los consensos.

Tras su lanzamiento, el exministro defendió lo logrado hasta ahora por Duque, de quien destacó programas sociales creados en el marco de la pandemia de Ingreso Solidario, la Matrícula Cero, aunque dijo que se han cometido algunos errores.

Se debe recordar que el aspirante es un viejo actor de la política nacional, al punto que en 2014 alcanzó a pellizcar la jefatura de Estado cuando enfrentó a Juan Manuel Santos en su reelección.

Le puede interesar: Último año de Duque: “este gobierno dejará una transformación social histórica”

Para el analista Luis Estrada, el regreso de Zuluaga a la política se debe mirar desde varias ópticas, la primera mirada es al interior del Centro Democrático.

“Hasta hace poco en el uribismo se movían muchas precandidaturas presidenciales, pero con poco peso electoral y ninguna tan cercana al expresidente Álvaro Uribe, como lo es Óscar Iván Zuluaga”, señaló.

En esa baraja uribista que aspira a ganar la nominación presidencial están las senadoras Paola Holguín, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, el también senador Carlos Felipe Mejía (la cuota de Zuluaga en el Congreso), el representante a la Cámara, Edward Rodríguez (quien aún no se lanza) y el exviceministro Rafael Nieto.

Sin embargo, en concepto de Estrada, la mayoría de estos precandidatos pusieron a sonar su nombre como una estrategia para consolidarse y volver a aspirar al Congreso en marzo próximo, cuando todo indica que el expresidente Álvaro Uribe no volverá a liderar la lista al Senado.

“La puja por la candidatura uribista estaba muy clara hasta comienzo de año, cuando Carlos Holmes Trujillo era quien más había recogido apoyos, pero ante su repentina muerte, todos estos precandidatos consideraron tener alguna opción”, señaló Estrada.

El panorama de Zuluaga se empezó a despejar por la vía política, que al interior del Centro Democrático está muy avanzada. Al igual que en 2014, uno de sus principales apoyos es la senadora sucreña María del Rosario Guerra, quien es muy cercana al expresidente Uribe.

El segundo punto que pensó mucho Óscar Iván Zuluaga para volver a la política eran los procesos judiciales en su contra. Por un lado estaba el de su hijo, que ya cerró la Fiscalía, como también dos en su contra, uno en el Consejo Nacional Electoral, por la presunta financiación electoral por parte de Odebrecht, y uno en la Fiscalía, por las mismas consideraciones.

Zuluaga señaló que presentará su nombre al seno de su partido, del cual recordó que fue uno de sus fundadores y que en 2014 le dieron la responsabilidad de ser el candidato presidencial. Para esta ocasión, asegura que ve en los precandidatos Valencia, Holguín, Cabal, Nieto, Macías, Restrepo, Rodríguez, unos fuertes aspirantes, pero confía en que haya un mecanismo para seleccionar al candidato.

Frente al mecanismo se mostró partidario que sea en el congreso del partido en donde se escoja al candidato, un procedimiento similar a 2014 cuando le ganó al exembajador Francisco Santos la elección.

Zuluaga no es partidario de una encuesta por varias razones. Tiene un amplio respaldo de las bases y de la dirigencia del partido, pero ve en la encuesta un mecanismo desgastado para que defina quién tendrá las banderas del partido.

También tiene claro que tras su designación, si la gana, deberá trabajar para que se llegue a la consulta interpartidista de la que espera estén el Partido Conservador, Cambio Radical, La U y la mayoría de los exalcaldes y exgobernadores que están armando una coalición con miras a las elecciones presidenciales.

El ahora precandidato incluso advirtió que el país no le debe pasar lo mismo que a Perú, en donde está gobernando Pedro Castillo, un maestro que se identifica “con el populismo de izquierda, de un socialismo que pueda restringir libertades, que pueda generar unas democracias plebiscitarias, que fue lo que inició la dictadura de Venezuela”.

Y frente al más fuerte contrincante que llegaría a tener, el senador y jefe de la Colombia Humana, Gustavo Petro, Zuluaga considera que representa una amenaza para la democracia, por la forma como concibe la lucha de clases.

No hay duda que Óscar Iván Zuluaga regresó a la competencia política y será un protagonista que dará mucho de qué hablar para las elecciones presidenciales de 2022.

El aspirante a la Presidencia comenzará labor con su partido e incluirá jóvenes de otros sectores que coincidan “construir una sociedad con justicia social para todos”.