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Iván Duque Márquez, presidente de Colombia. | Foto: Cortesía Presidencia de la República

PRESIDENTE DE COLOMBIA

Último año de Duque: “este gobierno dejará una transformación social histórica”

El Presidente de la República espera que, al terminar este año, se haya cumplido la meta de vacunar totalmente a 35 millones de colombianos. Balance de su gestión.

15 de agosto de 2021 Por: Luis Carlos Gómez y Argemiro Piñeros de Colprensa

Aunque la pandemia de covid-19 cambió la perspectiva de su mandato, el presidente Iván Duque espera cumplir, en niveles más altos que cualquier administración anterior, su plan de Gobierno antes del 7 de agosto de 2022.

Asegura que, al terminar este año, ya se habrá cumplido la meta de vacunar a 35 millones de colombianos y el país habrá regresado a niveles de desempleo similares a los de antes de la pandemia. “Estoy bastante ilusionado con que la economía crezca por encima del 7 %”, dice.

En entrevista con Colprensa, el Mandatario habló además de su relación con el Gobierno de Joe Biden, del trato que ha recibido de parte de la oposición, de la implementación de la paz, de la lucha contra los grupos ilegales y de sus planes para cuando deje la Casa de Nariño.

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En el último año los presidentes consolidan su legado. ¿Cuáles son los temas a los que le va dar prioridad para garantizar ese legado?

Yo he hablado de seis prioridades claras: una es la vacunación masiva; la segunda, la reactivación segura, que nuestra economía siga creciendo. Estoy bastante ilusionado con que crezcamos por encima del 7 % este año y, en la medida en que sigamos manteniendo este dinamismo, lo vamos a lograr. Tercero, priorizar a los más vulnerables. Por eso vamos a sacar adelante la matrícula universitaria gratis, ya como política de Estado. Cuarto, la estabilización de las finanzas públicas. Quinto, la Agenda de Juventud: matrícula gratis, subsidio de empleo para personas entre 18 y 28 años. Y algo también muy importante, la elección de los Consejos Municipales de Juventud sumada al Gran Pacto por la Juventud, que será el documento Conpes que tiene la mayor inversión que se haya hecho en ese sector de la población en toda la historia del país. Y diría que el elemento transversal, el sexto, es la seguridad y avanzar en registrar las menores tasas de homicidio históricamente en Colombia y tener las menores tasas de secuestro y de otro tipo de delitos.

¿Cuáles son los temas que cree que o no alcanzó o todavía le faltan?

La verdad es que vivo muy obsesionado con cumplir el plan de Gobierno. A mí me pueden criticar, me podrán atacar, lo que usted quiera, mi foco es siempre avanzar en el plan de Gobierno. Nuestra meta es tener un Plan de Desarrollo que, para agosto del año entrante, tenga un nivel de cumplimiento superior al 85 %. Eso nos llevaría a tener el Plan Nacional de Desarrollo con mayor ejecución desde que esa figura de planeación la tenemos en Colombia. Obviamente hay retos, hay temas en los que uno quisiera que se movieran las cosas con mayor velocidad, y a veces desafíos logísticos, como nos ha tocado también en Providencia. Este Gobierno va a dejar una transformación social histórica, con la matrícula gratis, con los subsidios de vivienda, con la electrificación rural, con el catastro multipropósito, con la agricultura por contrato, con las inversiones Pdet.

Uno de sus compromisos es la infraestructura. ¿Le alcanza el tiempo para terminar todas las obras que proyectó?

De los 29 proyectos de Cuarta Generación, vamos a entregar 20 antes del 7 de agosto. Estamos acelerando un gran proceso de vías de Cuarta Generación y expansiones aeroportuarias. Me siento contento de que estamos cumpliendo nuestras metas del Plan de Desarrollo, entregando esa infraestructura para el futuro. ¿Por qué lo llamamos ‘concluir, concluir, concluir’? Porque muchas de estas obras estaban inconclusas, en papeles, en litigios contractuales o inclusive no tenían cierres financieros. Ver que ya logramos 20 de 29 y dejamos las otras 9 para ser ejecutadas el año siguiente a nuestra salida del Gobierno es dejarle a Colombia la más grande inversión de infraestructura en su historia.

¿Cree que se alcancen a recuperar los niveles de empleo que había antes de la pandemia?

Yo creo que hay que tratar de llegar a niveles prepandémicos, ojalá en diciembre de este año. Eso nos puede dar alrededor del 12 % y, en la medida en que mantengamos dinamismo económico y confianza en la inversión de nuestro país, la idea es que, entre enero y agosto, podamos seguir a la baja y podamos, Dios mediante, acercarnos a un solo dígito.

¿La apuesta por el empleo juvenil no descuida el de otros sectores?

No se pueden desligar. No se nos olvide que en este país el 73 % de la población es menor de 45 años. Lo segundo es que donde tenemos el mayor nivel de desempleo es en jóvenes y mujeres, ¿Qué queremos con el subsidio del 25 %? Este subsidio es justamente para pagar el equivalente a la seguridad social y poder generar rápidamente 600, 700 mil empleos juveniles en Colombia, que solo con esos niveles podríamos llegar adonde estábamos antes de la pandemia en desempleo juvenil, pero hay que seguir a la baja. Y en lo que tiene que ver con mujeres, lo que estábamos buscando es que tengamos un mecanismo de subsidio parcial de esa contratación. ¿A qué nos lleva? Por un lado, a que tengamos una política de apoyo adicional, pero eso no va a ocurrir si no avanzamos en la recuperación económica o la reactivación segura, y también se necesita la vacunación masiva, porque muchas madres dejaron de trabajar para atender las demandas de la formación académica virtual de sus hijos.

¿Usted pensó que el Plan Nacional de Vacunación iba a evolucionar como lo ha hecho? ¿Y sería financiable la tercera dosis, de ser necesaria?

En diciembre de 2020 le anunciamos a Colombia la adquisición de las vacunas, dijimos que íbamos a llegar a 35 millones de colombianos en el 2021. Dijeron que no había contratos, que (los negociadores del Gobierno) no hablaban inglés, que las pólizas no existían. Hoy estamos llegando a 31 millones de dosis aplicadas, vamos a llegar a 35 millones a finales de agosto y vamos a llegar pronto a 15 millones de personas con vacunación completa, eso es más del 26 % de nuestra población y estamos con la idea de llegar al 31 de diciembre de este año con los 35 millones de colombianos vacunados completamente, que sería el 70 % de la población colombiana, como mínimo.

Pero hay también una parte importante de personas que no quieren vacunarse...

No hay ninguna razón sensata para no vacunarse. El que no quiere vacunarse está siendo insensato con su salud y con la de los seres que quiere. Entonces, si tenemos vacunación masiva y segura y además gratuita, pues creo que una vez hayamos cumplido todos los grupos etarios y dadas todas las oportunidades, Colombia, al igual que lo están haciendo los países, pueda tomar medidas que sean prerrequisitos para estar en espacios de convivencia. Lo que no puede ser es que lleguen a un restaurante, por decir algo, 100 personas que se han vacunado, 50, y llegue 1 que no se le dio la gana de vacunarse y ponga en riesgo a los demás.

En mayo usted anunció que iba a intentar retomar la negociación con el ELN. ¿Cómo va ese tema?

Siempre hemos dicho que cualquier espacio para la construcción de la paz o de un acuerdo con ellos requiere la liberación de todos los secuestrados y que les pongan fin a los actos criminales. Sin eso es difícil, porque sería validar el terrorismo como un mecanismo de presión política. Esa idea nefasta que hemos visto en nuestra historia reciente de negociar en medio del conflicto, como llaman, termina convirtiéndose es en la partera de nuevas formas de violencia y en una forma de revictimización de muchísimas personas, que hoy lo que esperan es que haya justicia.
En un momento dado tuvimos la oportunidad de conversar con las Naciones Unidas y el Vaticano, y mi posición siempre fue muy clara. El ELN siempre quiere convertir los procesos de conversación en espacios para ganar terreno político a partir de cometer actos de violencia.

¿Cómo cree usted que será recordado su Gobierno sobre la paz?

Se lo voy a decir de la forma más cruda: en el Gobierno anterior se firmó el acuerdo entre el Gobierno y las Farc, no se firmó la paz. Acá seguían existiendo Caparros, Pelusos, Puntilleros, ELN, Clan del Golfo, Dagoberto Ramos, Jaime Martínez y todos esos grupos de bandidos. Cuando yo llegué a la Presidencia, solo teníamos dos planes de desarrollo con enfoque territorial (Pdet), hoy tenemos 16. Catorce fueron construidos en este Gobierno. Pusimos en marcha el Catastro Multipropósito, la mayor adjudicación de títulos de propiedad que ha registrado Colombia, las obras Pdet, que se han financiado a través del Ocad Paz. Entonces, el contraste de lo que se hizo en 20 meses después de la firma del Acuerdo y lo que se ha hecho en 36 meses es la demostración de que este Gobierno tiene una voluntad de no hacer política con la paz, pero de tener una Política de Paz con Legalidad.

¿Las Farc han sido desagradecidas en estos cinco años?

No me quiero poner a hablar de si las Farc son o no desagradecidas. En los territorios, ¿con qué nos hemos encontrado? Por un lado, con muchas personas que están diciendo ‘yo quiero tener actividad productiva, ‘quiero avanzar’. Tenemos el 97 % de los excombatientes con cobertura de seguridad social. Creo que hay que desagregar los grupos. Es una vergüenza con Colombia que el jefe del equipo negociador de las Farc esté en el terrorismo, alias Iván Márquez, porque demuestra que nunca tuvo una voluntad de salirse de ahí. El caso de ‘Santrich’, de ‘Mayimbú’, de ‘Iván Mordisco’, del ‘Paisa’, es la demostración de que había grupos que lo que querían era burlarse de la justicia. Eludir una persecución penal y más bien tratar de ganar toda suerte de canonjías. Frente a estos casos, el mensaje es que vamos tras ellos. Los enfrentamos con toda la contundencia. A los que están en proceso de reincorporación, los acompañamos y, frente a los que están en la representación política, mi reparo es que es muy difícil para las víctimas ver a sus victimarios ostentar posiciones de poder, porque las revictimiza y más cuando hemos visto que hay brechas enormes de reparación en lo que tiene que ver con recursos económicos o con bienes para respaldar esa urgente necesidad.

¿Por qué se mantiene esa capacidad de los grupos armados ilegales para hacer atentados?

Los bandidos siempre tratan de responder con cobardía. Es que el país no tuvo una refundación de la República el 7 de agosto del 2018. Nosotros llegamos con una nueva agenda, pero no se nos olviden los actos terroristas. Solamente el ELN, en los 17 meses de conversaciones que tuvo con el Gobierno anterior, cometió más de 400 actos terroristas, asesinó más de 100 personas y secuestró a 14 personas. Nuestra actitud de hacer cumplir la ley, de enfrentar al criminal, se está dando con fuerza y con vigor, y la respuesta siempre cobarde del terrorismo es tratar de sembrar zozobra, temor, incertidumbre. Ellos están notificados de que vamos detrás de sus estructuras y de los cabecillas.

¿Cuándo espera recibir solicitud de extradición de los responsables del atentado de la Brigada en Cúcuta?

Espero que pronto, porque quienes cometieron esos actos terroristas no solo buscaban asesinar a soldados colombianos, sino también a ciudadanos de EE. UU., y quiero destacar que esa protección que le brinda Venezuela hoy a los terroristas es comparable con lo que hacía el régimen talibán con Al Qaeda. Viendo lo que pasó en la brigada, creo que eso amerita que Estados Unidos, y lo digo respetando sus instancias, debe considerar si declara al régimen de Nicolás Maduro como protector, auspiciador y enriquecedor de esos grupos armados ilegales.

Frente a Venezuela, ¿cree que hubo fallas en la estrategia desde su Gobierno?

Primero, Colombia nunca ha actuado unilateralmente. Muchos dicen es que Duque acabó con las relaciones (con Venezuela), Duque aisló a Colombia. Mentiras. Cuando asumimos la Presidencia, llevábamos ya casi dos años sin embajador en Caracas, eso a la gente se le olvida, y también que en el 2017 se creó el Grupo de Lima, como una instancia multilateral, y el reconocimiento al presidente Guaidó no es un tema de Duque. Lo discutimos entre varios países escuchando una posición vertical de Estados Unidos que muchos pensaron que iba a cambiar con el Gobierno Biden y ha mantenido una línea de denuncia frente a la dictadura. Que si había más expectativas en menor tiempo, sin duda. No tengo nada que decir al respecto. La expectativa de la resistencia democrática en Venezuela era esa y la del continente también.

¿Cuándo espera reunirse con Biden?

La relación está pasando por un gran momento. Es con hechos que se ven las relaciones. Muchos dijeron que Biden tenía al presidente Duque en visto. Otros que no nos querían, que nos tenían aislados, que no nos pasaban al teléfono. Más allá de lo anecdótico de una llamada o no, estamos trabajando con el secretario de Estado, John Kerry, en la agenda de cambio climático, y con todas las fuerzas militares de Estados Unidos en las campañas contra el crimen transnacional; estamos avanzando en los temas comerciales y lo que hemos manifestado es que el año entrante vamos a cumplir 200 años de relación diplomática bipartidista, bicameral y de largo plazo. Eso queremos que siga manteniéndose, porque es la pauta para fortalecer la relación entre Colombia y Estados Unidos.

¿Hay fecha para una cita personal con él?

Si usted se da cuenta, han sido bastante restringidos los encuentros presidenciales de Joe Biden. Llegará el momento en que lo visitaremos, ojalá más temprano que tarde, pero también el mensaje es: hoy tenemos nuevas formas de aproximación y la mayor demostración de la confianza de Estados Unidos en Colombia es que han llegado más de cinco millones de dosis de vacunas, que han sido donación de Estados Unidos a nuestro país. Eso nos convierte, tal vez, en el segundo mayor receptor de sus vacunas y es una demostración de que Colombia está en la agenda y en el corazón de la Administración Biden.

¿La oposición a su Presidencia ha sido más dura de lo que esperaba?

Las oposiciones hirsutas, cerreras, no le convienen a ningún país. Los esquemas de Gobierno oposición son positivos, porque es la confrontación, el contraste; pero nos hemos encontrado personas que lo que han buscado es la fractura social, la estigmatización en sectores productivo, romper con la fraternidad entre empleadores y empleados. Yo nunca ejercí ese tipo de oposición y nunca la ejerceré, porque nosotros hacíamos propuestas. Siendo un senador de oposición, muchos me decían para qué se va a poner a presentar leyes. Logré sacar seis leyes de la República de mi autoría, porque, así como se pueden hacer críticas en democracia, también sé construir consensos en democracia.

Esta semana lo acusaron de participar en política por comentar sobre algunos candidatos. ¿Piensa usted seguir opinando?

Yo no di opiniones sobre candidatos, porque no hay candidatos. Hoy vemos personas que han manifestado interés, otros con timidez, otros que todos los días esperan una peregrinación adicional para que les supliquen que se lancen, vemos de todo. A mí lo que me han preguntado por personas y, en la medida en que pueda dar una respuesta objetiva y clara, la he dado. Ahora, si hay personas que se sienten aludidas porque digo que Colombia no puede ser el camino de la demagogia, ni del populismo, ni del odio, el problema es para ellas. El que se autodefina promotor del odio y la fractura, la demagogia y el populismo y que sea además áulico del Socialismo del Siglo XXI, que se quiera definir así, ese es su problema.

¿Usted va a ser un expresidente hablador o un expresidente poco opinador?

En el ejercicio de la expresidencia espero volver a los escenarios académicos, escribir, participar en foros, pero lo más importante es crear una escuela de formación de líderes sociales en la Colombia profunda. Que pueda invitar a jefes de Estado y grandes pensadores del mundo a que me acompañen a Orito, a Magüí Payán, a Roberto Payán, a San Basilio de Palenque, al sur de Córdoba, al Bajo Cauca antioqueño, para que esa aproximación a las ideas y a quienes han influido no sean un tema de élite. Y que podamos democratizar ese conocimiento. Lo que he tenido como pauta es: siempre que uno vaya a emitir una opinión desde una tribuna, donde pueda incidir en la sociedad, tiene que ser para construir. Nunca he utilizado mi tribuna para invitar a la destrucción. Aquí me tendrán siempre contribuyendo a construir un mejor país.

Seguridad urbana

“En el 2021 estamos viendo a la baja muchas variedades de hurto. El homicidio se nos ha subido un poco con respecto al 2020 (tal vez por los cierres que hubo ese año), pero esperamos estar mejor o al menos iguales a lo que tuvimos en el 2019. Aparte de eso, crímenes como el robo de establecimientos comerciales, hurtos de residencias, tienen este año una tendencia a la baja. Creo que tenemos que seguir aumentando pie de fuerza, mejorando cámaras, compartiendo mejor inteligencia, ofreciendo recompensas y teniendo una red de participación cívica amplia, donde millones de ciudadanos puedan denunciar a los criminales de manera prácticamente expedita, porque es allí donde empieza el proceso de judicialización”.

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