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La Secretaría de Infraestructura construirá 20,62 kilómetros de bicicarriles. | Foto: Archivo de El País

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Ciclistas ganan más espacio en Cali, pero ¿están bien diseñados los bicicarriles?

Los ciclistas reclaman mayor amplitud de infraestructura. Ancho de vías no permite mejorías.

29 de noviembre de 2018 Por: Redacción de El País

En los últimos dos años el espacio en varias vías de Cali fue redistribuido para incluir a los ciclistas, casi doblando la cantidad de kilómetros que la ciudad tenía históricamente dispuestos para estos vehículos: pasando de 35 a 68 kilómetros.

Y si bien la ciudad ‘pedalea’ poco a poco para alcanzar la meta de contar el próximo año con los 220 kilómetros de infraestructura para bicicletas propuestos en el plan de desarrollo, algunos ciclistas, colectivos que agrupan a los usuarios y expertos en movilidad sostenible advierten que las ciclobandas y bicicarriles que se están abriendo espacio en la ciudad no son los óptimos para garantizar la movilidad de quienes usan este medio de transporte alternativo.

Para Daniel Gómez, estudiante de la Universidad Icesi que a diario se moviliza en bicicleta, los bicicarriles no cuentan con las suficientes condiciones para que haya fluidez en el tránsito. “El espacio que uno tiene para maniobrar es minúsculo y no hay mucha diferencia en andar por una vía que tiene el carril azul o por una calle cualquiera, porque en ambos casos las motos y los carros pasan casi rozando la bicicleta.
Además, por las bandas no se puede andar a buena velocidad porque solo cabe una bici y no hay chance de pasarse al que va adelante, a menos que uno se salga y luego vuelva a entrar. Eso no es funcional”.

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A este llamado se unió la coordinadora del Observatorio del Ciclista y el Peatón, Janeth Mosquera, quien señaló que la infraestructura que se está habilitando “no responde a las necesidades de los ciclistas”.

“Hemos identificado que el ancho no es el ideal para que se puedan movilizar los usuarios. La redistribución de los carriles está siendo inequitativa; el espacio podría distribuirse mejor, en lugar de darle ese pedacito que se le está otorgando a los ciclistas que, incluso, representa un riesgo. También hay problemas con los alcantarillados, porque muchas tapas no existen y sobre ellos se está arrinconando al ciclista”, dijo Mosquera.

La representante del Observatorio del Ciclista y el Peatón añadió que “quienes usan la bicicleta en Cali son trabajadores, no están paseando en fila. Lo que se requiere es que este espacio pueda ser utilizado como medio de transporte, porque aquí se piensa como si la bicicleta fuera un medio para recreación; entonces, si se le va a dar el valor a la bicicleta como medio de transporte, se requiere que se le dé un espacio en el que la gente pueda ir a buena velocidad, no a ritmo de turismo”.

En esto coincidió Bas Braakman, alto asesor en planificación de tránsito y coordinador municipal de bicicletas en Eindhoven, Holanda, quien señaló que “muchas ciudades crean carriles para bicicletas muy estrechos porque no quieren reducir la capacidad de las carreteras para el transporte motorizado. Siempre hay una buena solución con infraestructura de calidad. Estrechar los carriles para bicicletas y los cruces inseguros en las intersecciones dará lugar a accidentes y la percepción de que el ciclismo no es seguro. ¡Ese es el peor mensaje que puedes enviar!”.

Braakman agregó que en la ciudad “es clave contar con una infraestructura segura que facilite la demanda en ese origen-destino. Las intersecciones son las situaciones más importantes y complejas donde el diseño debe ser absolutamente claro y seguro. Si la infraestructura no está diseñada y construida correctamente, la gente no la usará... Es muy importante que la ciudad tenga un plan de jerarquía de carreteras para decidir a qué modo de transporte se le debe dar prioridad”.

"Los bicicarriles se están haciendo con parámetros técnicos"

Ante las críticas al actual programa de cicloinfraestructura, el subsecretario de Movilidad Sostenible, Henry Martín Uribe, señaló que Cali “tiene un problema en cuanto a diseño y las calzadas son irregulares, por lo que el diseño se nos ha complicado muchísimo y lo que estamos haciendo es un carril adecuado para el tránsito, de acuerdo a lo contemplado en la norma, pero donde se ha podido los hemos diseñado de otra manera”.

El funcionario agregó que para la ejecución de los carriles “siempre nos movemos dentro de lo que permite la guía de cicloinfraestructura del Ministerio de Transporte, entonces cuando el ancho de las vías no da para hacer el ancho reglamentario mínimo de la ciclobanda, se permite implementar otra tipología como el carril ciclo preferente o la banda ciclo preferente, según el corredor a intervenir. Lo mínimo es 1 metro, lo máximo son 1,50 metros y si es una vía de doble carril, 3 metros; en la ciudad hay zonas en las que tenemos carriles de 1 metro de ancho, contando el tache o la demarcación”.

No obstante, de acuerdo con la guía de cicloinfraestructura, el ancho mínimo para las bandas ciclopreferenciales es de 1,25 metros, pero se recomienda hacerlas de 1,50 metros; mientras que para la ciclobanda se requiere un ancho mínimo de 1,50 metros, pero se recomienda que para su elaboración haya entre 1,60 y 1,80 metros de ancho.

Martín Uribe señaló que el carril que se está implementando en la Calle 5 actualmente “es más amplio” de los que se han demarcado en sitios como Andrés Sanín, la Carrera 8, la Calle 34 o la Avenida Cañasgordas. Este año se esperan dejar 70 kilómetros de bicicarriles señalizados.

“En la ciudad que queda por construir, sobre todo hacia el Sur, por norma se deben dejar ciclorrutas bidireccionales de 1,50 metros de ancho en cada costado de la vía, cuando son vías de doble sentido. Hay que enfatizar que esto no lo podemos hacer en las vías que ya están construidas, sino en las venideras”, dijo el Subsecretario de Movilidad Sostenible, quien resaltó que poco a poco se ha generado en la ciudad una cultura del uso de la bicicleta y de la apropiación de la infraestructura que se está entregando.

Por su parte el gerente del CDAV, Carlos Santacoloma, señaló que los bicicarriles a cargo de esta entidad se están haciendo de 1,20 metros de ancho, más los segregadores. “Es el ancho adecuado para ciudades como Cali, donde lo que se busca siempre es garantizar la seguridad de los ciclistas y peatones. Hay que tener en cuenta que en Cali la mayoría de cicloinfraestructura es segregada, o sea que existen barreras físicas para proteger al ciclista, mientras que en otras ciudades del mundo solo lo hacen con señalización”.

Entre tanto, John Freddy Bustos, vocero del movimiento Integrados, señaló que la infraestructura que se está demarcando en la ciudad es un espacio ganado para el ciclista.

“Este es un avance pero no la obra final. Más adelante se debe ampliar la cicloinfraestructura para darle un espacio significativo al ciclista, pero la ciudad todavía no está dispuesta a dar la discusión y no se ha comprendido su importancia. Si vamos de a poco no nos atragantamos y vamos a tener una infraestructura más rígida. Lo que está pasando en la ciudad hoy servirá para sentar las bases de cuáles son los corredores principales, cuál es la capacidad de atracción que tiene la cicloinfraestructura y, asimismo, decir en cuáles vías necesita ser ampliada”, dijo Bustos.

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