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Tras 20 años de su publicación, habla una de las protagonistas de 'Noticia de un secuestro'

Luego de su secuestro, Maruja Pachón fue ministra de Educación del gobierno Gaviria y posteriormente se dedicó a trabajar en la Corporación Escuela Galán. Desde ahí, dice, ha entendido que “a las víctimas hay que darles voz"

4 de octubre de 2016 Por: Claudia Liliana Bedoya S, reportera de El País

Luego de su secuestro, Maruja Pachón fue ministra de Educación del gobierno Gaviria y posteriormente se dedicó a trabajar en la Corporación Escuela Galán. Desde ahí, dice, ha entendido que “a las víctimas hay que darles voz"

"Maruja no se enteró del atentado contra el chofer hasta mucho más tarde. Solo percibió desde su escondite el ruido instantáneo de los cristales rotos, y  enseguida un grito perentorio casi encima de ella: “Por usted venimos señora. ¡Salga!”.

El relato corresponde al primer capítulo de ‘Noticia de un secuestro’, el libro escrito por Gabriel García Márquez que este año cumple 20 años de publicación. En esa primera parte se describe el secuestro de Maruja Pachón y Beatriz Villamizar.

Para ese momento, año 1990, Pachón era directora de Focine, había ejercido el periodismo y era la cuñada del fallecido Luis Carlos Galán.

Asegura que gracias a ‘Gabo’ pudo dejar para la historia del país ese testimonio. “Creo que la gente después de la muerte de Galán, después de todo lo que hemos vivido, de la inmensa corrupción que se ha apoderado del país en tantos campos, se ha dado cuenta que hay que ponerles más atención a todos esos temas”.

Tras su secuestro, fue ministra de Educación del gobierno Gaviria y luego se dedicó a trabajar en la Corporación Escuela Galán.

Desde ahí ha entendido que “a las víctimas hay que darles voz, eso es fundamental. No se trata de resarcirlas  económicamente por lo que perdieron porque es imposible y porque las vidas no tienen precio”.

En Medellín, durante el Festival Gabriel García Márquez, Maruja Pachón habló con El País.

¿Qué secuelas le dejó el secuestro?

 El no poder sentir tanto como antes. Yo era una persona mucho más emotiva, pero es tanto el control de las emociones que se queda uno sufriendo menos y gozando menos.

¿Usted perdonó?

Sí, por completo. 

¿Existe hoy en el país motivación para perdonar?

Sí, porque las verdaderas víctimas no quieren que los demás sufran lo que ellos ya sufrieron. Siempre quienes más perdonan son las víctimas. 

¿Cómo es la cultura de la legalidad que ha trabajado desde la Corporación Escuela Galán?

Ese ha sido uno de mis temas. Los jóvenes de estratos populares que no han tenido oportunidades en el país, ni las posibilidades, ni el apoyo del Estado, para salir adelante tenían tres caminos: entrar al Ejército, a los paramilitares y otros a la guerrilla. Todos son los mismos jóvenes con las mismas necesidades de salir al otro lado, pero de repente les ofrecen un arma y la aceptan porque ven que les da poder y los hace sentir importantes. Eso es realmente dramático y muy generalizado y tenemos que cambiarlo en el país, no puede seguir así.

¿Cómo hacer ese cambio? 

Llevando el Estado a todo el país. Soy de las que cree que todos los colombianos somos responsables un poco de todo lo que ha pasado en el país, por el abandono que ha tenido el Estado, pero no es solo el Estado que representa el Presidente, no, el Estado somos todos. Todos creen que el gobierno de turno es el que tiene que arreglar las cosas; pero a todos nos toca poner un granito de arena y ayudar. Hay que darle posibilidades de educación a la gente, de salir al otro lado para que tenga un proyecto de vida. A veces hasta con pocos recursos podemos cambiarles la vida a muchos. Pero este es un asunto al que todos los colombianos tenemos que meterle el corazón y el alma y dejar esa confrontación tan terrible.

"El libro no era solamente sobre una tragedia que le ocurría a un grupo de personas, era un retrato de la política de Colombia que para ese entonces estaba comprada por la mafia”.

"Veo la escuela y el colegio como un núcleo de democracia y de paz y creo que el posconflicto nos va a obligar a cambiar los planes de educación”, Maruja Pachón, protagonista de ‘Noticia de un secuestro’. 

En ese sentido, ¿qué sensación le dejan posturas como las de algunos de los partidarios del ‘No’?

Francamente, no he podido entender esa campaña. Hay unos celos muy absurdos desde el punto de vista del Centro Democrático, del Presidente Uribe y de Pastrana, de no haber podido lograr lo que se logró ahora porque ellos propusieron lo mismo, así que no tienen por qué salir ahora a estar en contra cuando deberían estar cobrando  que gracias a la ‘Seguridad democrática’ y a que las Farc se sintieron realmente contra la pared, fue que iniciaron este proceso. Y gracias a El Caguán, así fuera la cosa más absurda y horrible, porque no hubo nada más espantoso que ese proceso quedara en nada; pero eso le dio tregua al Ejército para fortalecerse. Uribe usó todo eso y puso a las Farc contra la pared con ayuda de Santos… y por eso no puedo entender cómo Uribe sale a decir en una entrevista radial que Santos era amigo de las Farc desde que era su ministro.

¿Quienes fueron más violentos con el país: las Farc o los carteles de la droga? 

Diría que los carteles de la droga por una razón, porque por lo menos en Colombia las Farc nunca lograron penetrar el poder, ni cortarlo ni ponerlo de su lado. En cambio el narcotráfico logró casi que arrodillar al poder, al igual que los paramilitares. Esa corrupción mafiosa en los 90 hace casi de Colombia un Estado fallido por entregarnos al narcotráfico. 

¿Cree que Colombia está lista para ver a los miembros de las Farc liderando un movimiento político?

Creo que si miramos bien, Navarro Wolf es un magnífico ejemplo y, cuando lo hizo, hacía muy poco había pasado lo del Palacio de Justicia, pero no tenemos memoria. De ahí la importancia de tener libros como ‘Noticia de un secuestro’, para ver si algo nos queda en la memoria.

Hoy se habla mucho de justicia y reparación para las víctimas de las Farc, pero a otras víctimas como usted,  ¿quién las repara?

No, nadie me reparó. Pero creo que ahí lo importante de la reparación no es tanto efectiva sino como actos simbólicos de reparación.

¿Y alguien tuvo ese acto con usted?

No, nadie lo tuvo. Y a estas alturas yo no espero ninguna reparación de nada. Todos están muertos. Pero con las víctimas de ahora, que se ha dicho que les van a entregar sus bienes, creo que las Farc sí van a ayudar a desmontar el narcotráfico porque la presencia de los generales que estuvieron en La Habana lleva a pensar que van a estar de la mano con las Farc y les va a tocar llegar a desmantelarlo todo y se les van a quitar muchos corredores que eran del narcotráfico.

Usted fue Ministra de Educación, ¿cree que en la educación está el camino para el nuevo país?

Totalmente, especialmente en la formación ética, política y del bien común se pueden hacer esos cambios; para mí esa formación es vital. Hay que trabajar la ciudadanía y lo tratamos de hacer desde la Ley General de Educación pero no se ha puesto mucho en marcha.

Usted también ejerció el periodismo: ¿Cómo ha visto el papel que han jugado los medios?

Tengo que reivindicarlos de un mes para acá, pero antes lo que hicieron fue crecer la polarización. El Presidente Santos decía una cosa y al día siguiente buscaban inmediatamente a Uribe y lo ponían en frente, a ver qué opinaba. Y nunca en la historia de este país se había visto que un expresidente hiciera oposición al presidente que le seguía. Eso era mal visto, no existía. Creo que el Presidente Uribe hizo cosas buenísimas, trabajé con su gobierno en familias guardabosques, pero él se enamoró del poder y no quiere soltarlo.

¿Cuál es el reto del periodismo con el nuevo país?

Construir paz. 

 

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