Esta vez, en el Cauca, los drones no fueron para lanzar explosivos, sino para recoger el clamor de paz de las comunidades

Las comunidades y organizaciones sociales del departamento del Cauca realizaron este domingo 7 de diciembre un llamado humanitario por la paz, ante el recrudecimiento de la violencia en diferentes zonas del territorio.

La jornada se llevó a cabo de manera simultánea en municipios como Argelia, El Patía, Popayán y varias poblaciones del norte del Cauca, con la participación de ciudadanos, líderes sociales, indígenas y organizaciones comunitarias, en fin, centenares de caucanos atendieron el llamado de la iglesia Católica a unirse a esta iniciativa.

El mensaje fue claro y contundente: exigir el fin de la guerra y el respeto por la vida de la población civil, que es la más afectada en medio del conflicto armado. De hecho, mientras se adelantaba esta actividad, en la zona rural de Rosas se enfrentaba el Ejército y las disidencias de las Farc.

Por eso esta vez los drones no sobrevolaron los territorios para lanzar bombas, sino para captar las imágenes de centenares de personas clamando por el fin de la violencia.

“Somos civiles que nos cansamos de vivir en estados de incertidumbre y de miedo, causados por los diferentes actores armados, a quienes ahora les enviamos el mensaje de que no más guerra y no más violencia. Merecemos vivir tranquilos en nuestros territorios, al lado de nuestras familias”, expresó el periodista Jorge Sandoval, quien se unió a esta movilización que se desarrolló en más de 25 municipios del departamento.

En la capital caucana, cientos de personas participaron en la formación de un gran SOS Humanitario, actividad que se desarrolló frente a la Catedral Nuestra Señora de la Asunción, en pleno centro histórico de Popayán. Allí, familias, jóvenes, adultos mayores y niños se unieron en un solo gesto simbólico para enviar un mensaje de paz no solo al país, sino al mundo entero.

Durante el acto, el rector de la Catedral, el padre Juan Diego Colorado, hizo un llamado a la reflexión colectiva y al compromiso ciudadano con la construcción de paz.

“Realizamos un acto muy corto, simbólico, pero muy sentido. Todos estos llamados por la paz nos tienen que conmover, nos tienen que movilizar como personas y cuestionarnos qué más podemos hacer para que nuestros territorios puedan vivir en paz. La paz también implica el compromiso de cada persona, por pequeño que sea. Incluso los niños vinieron a sumarse a este S.O.S. por la paz del Cauca”, expresó el sacerdote.

Este llamado humanitario surge en medio de un contexto de creciente violencia en varias zonas del Cauca, donde persisten los enfrentamientos entre grupos armados ilegales, amenazas a líderes sociales, desplazamientos forzados y afectaciones directas a las comunidades.

Las organizaciones sociales reiteraron que la población civil no puede seguir siendo rehén de la guerra, y pidieron respeto por la vida, el territorio y los procesos comunitarios que buscan alternativas de paz en medio de la confrontación.

Esta misma escena se repitió en los cascos urbanos de las poblaciones de Suárez, El Patía, Argelia, Santander de Quilichao, Miranda, donde las comunidades se unieron desde las diferencias para enviar este mensaje a Colombia y el mundo, demostrando que los caucanos y caucanas están cansados de vivir en medio de la guerra y las confrontaciones.

Por eso esta jornada dejó verdaderas postales, las cuales ahora circulan ampliamente por las redes sociales, como el caso de Argelia, uno de los municipios más golpeados por la guerra, a pesar de esto, los pobladores con sus familias se unieron una singular procesión: todos se movilizaron por este poblado, unidos por un lazo, muestra de que están junto a la hora de trabajar por la paz.

Este mismo panorama se vivió en Suárez, donde sus pobladores se agolparon en a cancha principal para hacer la respectiva fotografía con la ayuda de un dron. Esta vez la gente no corrió a esconderse, como sucede desde hace un mes en esta zona del norte del Cauca, sin que los suareños y suareñas se reunieron para formar con sus cuerpos ese SOS humanitario.