Medio Ambiente
Cali y Colombia le siguen dando la espalda a la crisis ambiental en Los Farallones
Uso de mercurio para la extracción de oro se ha multiplicado, al punto que ya se detectó en animales. La minería ilegal cada vez es más tecnificada y agresiva. Persisten denuncias sobre corrupción de funcionarios y Fuerza Pública. Se calcula que ya son 300 los mineros, la mayoría provenientes del Cauca y Antioquia.
Santiago Cruz Hoyos - Editor de Crónicas y Reportajes
Una semana después de que cerca de 100 mineros de oro retuvieran a 30 soldados en el parque Natural Los Farallones y los atacaran con piedras y palos, ya no quedan autoridades ambientales en la zona. El personal de Parques Nacionales Naturales de Colombia, la entidad encargada de custodiar los Farallones, salió después de recibir amenazas.
La retención de los soldados ocurrió en la mañana del pasado jueves 22 de junio en el sector de Peñas Blancas, justo donde está un puente amarillo antes de llegar al puesto de salud. Es la vía que conduce a un sitio conocido como ‘el chalet’; la única vía – en mula- para llegar a las minas de oro.
Los soldados adelantaban un operativo para decomisar seis mulas que presuntamente transportaban mercancía para la extracción del metal y alimentos para la estadía de los mineros en los socavones.
En ese momento un grupo de mineros rodearon a los militares y los agredieron con piedras y palos para evitar el decomiso. Enseguida los condujeron hasta una tienda conocida como la de Don Ferney, en hechos aún confusos: el minero Wílmer Álvarez, de Suárez, departamento del Cauca, murió a causa de un disparo. Aún se investiga si la bala provino de los fusiles de los soldados o si por el contrario fue un tiro perdido de los mineros.
Lo cierto es que tras la retención de los soldados se evidenció que la minería de oro no solo cada vez es más masiva – se calcula que ya son 300 los mineros– sino que está generando una enorme crisis ambiental en los Farallones, supuestamente el área ‘protegida’ más grande del Valle del Cauca, donde se conservan 600 especies de aves y nacen más de 30 ríos.
En minas como ‘Patequeso’, ‘el Feo’, ‘Ferney’, ‘El nido donde dormía el oso’, se triplicaron los molederos: de 18 que existían a principios de 2023, se pasó a casi 60.
En los campamentos de los socavones hay aparatos que nadie entiende cómo suben hasta los 3200 metros sobre el nivel del mar si en teoría hay controles de las autoridades: motobombas, generadores, explosivos, motosierras, guadañas, una minería cada vez más tecnificada y agresiva.
En Farallones incluso no había trituradoras, y ahora hay seis. En cada tambor muelen 50 kilos de piedra, en tres turnos, (150 kilos al día) y a cada moledero le echan una copa de mercurio. Se cuadriplicó la molienda de las piedras y con ello el uso del mercurio que, pese a que está prohibido, se vende sin ningún control a través de Facebook y otras redes sociales. Se ofrece como Azogue, “por gramos o libras”, y los mineros lo camuflan entre sus mercados.
En una muestra de agua recogida por Parques Nacionales Naturales en un sector conocido como El Pato se encontró mercurio. El Pato está a 2200 metros sobre el nivel del mar. Las minas de oro están alrededor de los 3200 metros. El mercurio baja de la montaña cada vez más rápido, cada vez más abajo. El acueducto de San Antonio, cuya agua proviene de los Farallones, surte a unas 700 mil personas en Cali.
En un artículo titulado ‘Bioacumulación de mercurio en ranas de desarrollo directo: las secuelas de la minería ilegal de oro en un parque nacional’, firmado por los académicos Óscar Mauricio Cuellar, Óscar Enrique Murillo, Gustavo Adolfo Rodríguez Salazar y Wilmar Bolívar, se lee que encontraron mercurio en las muestras de músculos de las especies de ranas “de desarrollo directo” del género Pristimantis que habitan los Farallones.
– Tenemos dos tipos de anfibios: hay unos con desarrollo larval, y otros que no tienen desarrollo larval, sino que su desarrollo ocurre dentro de un huevito y de allí sale una ranita. Esto implica que estos animales tengan menos dependencia de agua, a diferencia del desarrollo larval. Y al encontrar mercurio asociado a estos animales nos preocupamos porque imagínate el nivel de contaminación que hay: ya hay mercurio en animales que no permanecen tanto en el agua. Quiere decir que están consumiendo mercurio por contacto directo, o presumimos que es por consumo de comida contaminada. Mercurio biodisponible. Las ranas se alimentan de insectos. Y a las ranas a su vez se las comen culebras y aves. Cuando se encuentra mercurio en animales que están fuera del agua, que es donde termina la mayoría del mercurio de la minería de oro, es un campanazo de alerta muy fuerte. ¿Qué está pasando? La discusión ya no es si hay o no mercurio en Farallones, porque lo hay. La discusión es: ¿qué vamos a hacer? – dice el biólogo, zoólogo y doctor en ciencias biológicas de la Universidad del Valle, Wilmar Bolívar García.
Colombia es el país que más mercurio per cápita libera al ambiente en el mundo, con 75 toneladas anuales, pese a que, incluso en bajas concentraciones, tiene efectos perjudiciales en los animales y en los seres humanos. Ataca el sistema nervioso central y puede producir malformaciones genéticas, disfunción motora y cognitiva.
En la zona rural de Farallones ya hay personas intoxicadas con mercurio que fueron atendidas en el Hospital Universitario del Valle y exigieron la reserva de su identidad. Algunos perdieron el olfato. El sabor de los alimentos no volvió a ser el mismo.
***
El teniente coronel Germán Martínez Campos es el nuevo comandante del Batallón de Alta Montaña Número 3, ubicado en los Farallones. Apenas asumió el cargo, pero conoce el problema de la minería.
El coronel explica que hay “dos facciones”: los nativos que han vivido del oro desde siempre y “otro personal”, la mayoría, que son mineros provenientes de los departamentos del Cauca y Antioquia.
– Fueron los que retuvieron a los soldados la semana pasada.
Según el coronel, estos mineros ‘foráneos’ están siendo instrumentalizados por grupos armados ilegales como la disidencia de las Farc Jaime Martínez, que se financia gracias al oro. Apenas un gramo se compra en alrededor de $250.000. La onza de oro – 28 gramos – cuesta alrededor de $8 millones. Se calcula que solo la mina ‘Patequeso’ en los meses buenos puede generar $20 mil millones.
– Los mineros que están siendo instrumentalizados por estos grupos armados ilegales lo que ahora hacen es organizar bloqueos civiles como los de la semana pasada para evitar cualquier operación del Ejército contra la minería. Esto nos obliga a realizar un nuevo modelo de intervención. Como Ejército no podemos actuar ante un bloqueo civil. Necesitamos del Esmad, para que intervenga, así como de la Policía y de la Fiscalía – comenta el coronel Martínez.
Enseguida le pregunto lo que se preguntan los caleños: si existe un batallón de Alta Montaña en los Farallones, ¿por qué los mineros pueden subir motobombas, molederos, trituradoras, moto sierras, taladros, explosivos, mercados, cuando la vía para llegar a los campamentos en mula es una sola, la del ‘chalet’, donde en teoría hay puestos de control?
– Dentro de la política que se tiene contra la minería ilegal nosotros, los soldados, solo somos un activo, un ente. Y en el caso de los Farallones, no estamos ante un grupo armado ilegal como tal, si no que es población civil instrumentalizada. Entonces el Batallón de Alta Montaña tiene la necesidad de que haya un acompañamiento con el resto de las instituciones, Parques Nacionales, Alcaldía, Policía, para nosotros poder tomar acción en contra de estas actividades ilícitas. Porque al ser población civil, tenemos limitaciones. No tenemos la capacidad legal de solamente nosotros tomar acciones frente a esta actividad.
Un funcionario que pidió la reserva de su identidad dice que en Farallones ocurre la misma historia de siempre: no hay voluntad política para frenar la minería ilegal, más allá de acciones puntuales, esporádicas y sobre todo mediáticas, de las entidades responsables.
– Como ciudadano me duele. Cali, el Valle y Colombia le sigue dando la espalda a la crisis ambiental de los Farallones. Para los funcionarios responsables del parque todo está bien, pero en realidad nada está bien. Cuando usted como periodista les pregunta qué hicieron por los Farallones, todo el mundo dice que hizo. La Policía dice que intervino y quemó maquinaria; la Alcaldía dice que cerró socavones, cuando no ha cerrado uno solo. ¿Por qué entonces sigue la minería y cada vez hay más socavones, si todos supuestamente están actuando?
Se conoce además que entre los funcionarios del Dagma en la zona y los de Parques Nacionales Naturales hay diferencias difíciles de estrechar. Según una denuncia, hay personal del Dagma que informa a los mineros cuando se van a hacer controles, luego no pueden trabajar juntos.
El Mayor Camilo Andrés González, jefe de Carabineros y Protección Ambiental, dice que en los primeros seis meses de 2023 sus hombres ya han capturado a 11 personas por minería ilegal, aunque la mayoría ya se encuentra en libertad. También han decomisado desde taladros hasta mercurio que iba para las minas. En un taxi, camufladas entre unos bultos de harina, hallaron barras de indugel, un explosivo para la extracción de oro.
En total son 27 los carabineros que custodian Farallones, quienes conforman la Unidad de Minería Ilegal, Unimil. Son pocos. El parque tiene una extensión de 196.364,9 hectáreas.
– Es inmenso. La geografía en los Farallones nos afecta la logística de los operativos. Los mineros pueden abrir nuevos ingresos clandestinos a las minas en medio de la selva, lo que dificulta los controles – dice el Mayor González.
La denuncia sobre los socavones es cierta: pese a que desde el 2011 el Tribunal Contencioso Administrativo del Valle ordenó el cierre de las minas, y la Alcaldía de Cali ha realizado varios contratos para hacerlo, 12 años después siguen abiertos.
El contrato más reciente para cerrar los socavones se firmó en 2021. Pero la técnica que se contrató, explica Jimmy Dranguet, el Secretario de Seguridad de Cali, “no funcionó, no perduró en el tiempo”. Era un contrato para sellar los socavones con tabiques y concreto. Ahora la alcaldía anuncia un nuevo contrato, por cerca de $500 millones, para cerrar los socavones con “implosiones”. Mientras tanto las minas siguen abiertas.
Entre los mineros crece además la expectativa de que su actividad será legalizada, con la Ley Minera que se presentará en el Congreso de la República en el segundo semestre de 2023. Y esa expectativa afianza su actividad, su arraigo, además de las ganancias económicas. Un minero raso en los Farallones, que no haga parte de los líderes que dirigen la operación como los Martínez, puede ganar a la semana $3 millones.
La Ley Minera pretende apoyar la pequeña y mediana minería por medio de su formalización. Pero en los Farallones la minería dejó de ser ‘pequeña’ hace décadas.
– La expectativa de legalización por parte de los mineros en Farallones proviene de lo manifestado por la Agencia Nacional Minera, que habla de formalización de la minería de subsistencia, artesanal, que no usa maquinaria, ni explosivos, ni mercurio, me refiero a los mineros ancestrales, de batea. Es totalmente diferente a la minería de gran o mediana escala. En ello hay una discusión muy seria entre el gobierno nacional y organizaciones mineras – comenta Nasly Vidales, la Secretaria de Medio Ambiente del Valle del Cauca.
Su despacho acaba de realizar un piloto con los arrieros de los Farallones. Los capacitó sobre el cuidado y manejo que se debe tener del mercurio y los contrató para que fueran ellos quienes limpiaran y bajaran de las minas los residuos de los materiales usados en la extracción de oro. Pesaron 700 kilos.
“Los entes de control y de seguridad son ‘conniventes’ con la minería”
La concejala Ana Erazo le ha insistido a la Alcaldía de Cali que desde 2020 el Concejo le ha advertido de la crisis ambiental de los Farallones, sin que hasta el momento se le haya dado prioridad. “No es nuevo que el Ejército y los mineros se confronten, pero lo que preocupa es que en cuatro años no se ha hecho nada”, asegura.
Concejala, ¿por qué pese a los diagnósticos de minería ilegal en Farallones, tanto tiempo después persiste la problemática?
Esta problemática persiste porque si bien se tienen los diagnósticos, se conocen los actores, el brutal daño ambiental que se produce y las dinámicas que se vienen desarrollando en este territorio, la actuación de algunos de los entes de control y de seguridad de la zona afectada son conniventes con la problemática.
Siguen llegando insumos para explotación minera a más de 2000 metros sobre el nivel del mar, así como los víveres para las personas que han establecido campamentos en la zona. La explotación ilegal de oro genera grandes rentas a estos grupos, esta es una de las razones para la continuidad de esta actividad minera ilegal que le está generando terribles afectaciones a los nacimientos de ríos en Cali.
Se sigue diciendo que no hay unión de las autoridades, que el Ejército y Parques Nacionales están solos, pese a lo que hablan en público los funcionarios responsables…
Las denuncias de la comunidad de Pichindé, que no tiene nada que ver con la explotación ilegal de oro en Farallones (como erróneamente lo han comunicado), reflejan una falta de comunicación y coordinación entre las autoridades. Sobre esto quiero hacer un llamado al Ministerio de Defensa, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Parques Nacionales Naturales, el Ejército, Policía Nacional y la Alcaldía de Cali para que atiendan de manera planificada y articulada la problemática de explotación minera a más de 2000 metros sobre el nivel de mar en Farallones que generarán efectos ambientales irreversibles. Recuerden que responden por sus acciones pero también por sus omisiones.
Hemos insistido desde nuestra curul ambientalista que el cuidado del agua debe ser una prioridad. Requiere del trabajo coordinado de las entidades públicas y la sociedad civil.
Pese a que la Alcaldía anunció el cierre de socavones, y adelantó unos recursos para ello, siguen abiertos. ¿Qué se va a hacer al respecto desde el Concejo?
Esta fue una acción que ordenó un juez de la República a las autoridades locales. Sobre este proceso de cierre de socavones existen denuncias que ponen en duda la realización del cierre de estos socavones por parte de las autoridades, serán ellos los responsables de demostrar si se hicieron estos cierres o no. No existe un plan de acción que involucre a todos los entes competentes, y, en consecuencia, no se ejecutan acciones para el desmonte de la minería ilegal en los Farallones.
¿Cómo intervenir la crisis social, cuando mucha gente vive del oro?
Específicamente con respecto al área de Pichindé, como ya indiqué, en su gran mayoría quiénes desarrollan esta minería en los Farallones no hacen parte de la comunidad permanente de la zona. No quiere decir esto que no sea atendido sino que deberán de adelantarse acercamientos tanto con mineros con la comunidad de Pichindé para la construcción de alternativas productivas bien sea en este territorio siempre que no se incluyan áreas de especial protección o en sus territorios de origen.
Aquí la alcaldía debería de jugar un papel determinante en la solución del conflicto social que requiere seriedad y propuestas de autonomía económica; sin embargo, la presencia de las secretarías en el sector solo se dio cuando fue noticia nacional el conflicto entre soldados y mineros.
Preocupa que el agua ya está contaminada con mercurio 1000 metros abajo de las minas…
Las personas están desarrollando minería por método filón que involucra explosivos para romper la montaña, molederos, y agentes tóxicos como mercurio y cianuro para la separación del oro de los residuos.
Existen aproximadamente 5 bocaminas, una de ellas, conocida como ‘Patequeso’, que tiene aproximadamente 50 molederos, cada moledero puede moler hasta 50 kilos de roca en el transcurso de 2 horas para obtener entre 1 y 4 gramos de oro. Si proyectáramos que trabajen exclusivamente ocho horas al día todas las maquinas terminarían moliendo 10 toneladas de roca para explotar hasta 800 gramos de oro.
Quiero decir que no es solo el mercurio o cianuro que le desechan en los nacimientos de nuestros ríos, están destruyendo todo un ecosistema mientras las autoridades actúan con total displicencia o connivencia.
“Se necesita intervención del Gobierno Nacional”
Karen Viviana Vivas Bedoya es egresada de la Universidad del Valle en Manejo y Conservación de Suelos y Aguas y en la Universidad de Buenos Aires hizo una maestría en Ciencias Ambientales. Su trabajo de investigación se ha centrado en el río Cali y la presencia de mercurio en sus sedimentos a causa de la minería ilegal de oro en los Farallones.
En 20 de los 21 puntos donde obtuvo muestras de los sedimentos, es decir el fondo del río, los niveles de mercurio superaron los límites de las normativas internacionales. Uno de los hallazgos que más le sorprendieron es que en los páramos, donde nace el río Cali, y donde en teoría no hay minería, los niveles de mercurio están por encima de los límites.
En las zonas mineras, además, encontró mercurio “biodisponible”. Eso quiere decir que está al alcance de cualquier animal o persona que esté en el río, por lo que se podrían contaminar. Puede ser la explicación al porqué ya encontraron mercurio en ranas.
“Cada vez la situación es más complicada. Desde que hice el estudio a la fecha hay mucha más gente haciendo minería en los Farallones. Esta es una problemática que requiere la intervención del Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno Nacional, de lo contrario va a seguir”, advierte.