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El matadero clandestino de caballos fue encontrado en el barrio Calimío Norte, oriente de Cali. Tenía como fachada una pesebrera y habían restos de tres caballos cuya carne estaba lista para ser comercializada. También hallaron equinos vivos. | Foto: Especial para El País

Alerta por comercialización irregular de carne tras hallazgo de matadero ilegal de caballos

Equinos sacrificados, sin certificado de vacunación. Retenes para controlar la venta en tiendas.

25 de mayo de 2017 Por: Redacción de El País 

El hallazgo de un matadero clandestino de caballos en el oriente de la ciudad, cuya carne estaba lista para ser distribuida sin ningún control sanitario, prendió alarmas sobre la comercialización y el consumo de este alimento sin condiciones adecuadas.

Cinco personas fueron detenidas por manipulación ilegal de alimentos en el matadero, que tenía como fachada una pesebrera y funcionaba en el jarillón del río Cauca; no tenía drenajes.

Según Carlos Adolfo Cruz, técnico de saneamiento de la Secretaría de Salud, uniformados de la Policía Ambiental que llegaron a la pesebrera a verificar una denuncia de presunto maltrato animal, se encontraron con un lugar en condiciones deplorables: “Habían siete tinas grandes donde estaban los restos de al menos tres caballos. Ese lugar tuvo alguna vez pavimento, pero ahora era mitad barro y mitad cemento. Había agua sangre y materia fecal de los animales. La carne ya estaba empacada en bolsas dentro de canastas que estaban sobre un vehículo. Posiblemente iban a repartir la carne por el comercio cercano al lugar, ahí en el oriente”.

Policía Ambiental indica que la carne de caballo decomisada pesó 600 kilos y fue enterrada, junto a los restos óseos de los tres animales encontrados muertos, en un lugar especializado que no fue revelado para evitar cualquier intento de comercialización.

El técnico asegura que este es el primer matadero de este tipo identificado este año. “Detectarlos es complicado, porque se esconden en caballerizas o marraneras usando una polisombra o toldo verde”, agrega.

También, precisa Cruz, se han logrado detectar este año en la ciudad dos o tres mataderos clandestinos de porcinos en el sector de Petecuy, en el jarillón.

El experto en saneamiento señala que para el control del transporte de carne en la ciudad se realizan retenes una vez al mes en diferentes sitios, así como inspecciones permanentes en tiendas de barrio y establecimientos donde se comercializa todo tipo de carne para el consumo. Esto, en conjunto con la Secretaría de Salud, Policía Ambiental, Carabineros y Sijín.

Explica que “son retenes que se hacen de noche porque la movilización de carne es por lo general a esa hora. En lo que va del año hemos encontrado que llega a la ciudad carne proveniente de Pradera y Florida, y se decomisa pues el Invima ha determinado que las plantas de producción que tienen esos municipios no tienen las condiciones técnicas adecuadas para una producción grande, es decir que la carne solo queda para consumo local no para traslado a otras zonas como Cali o Palmira. También hemos encontrado carne ahumada sin información de registro sanitario o visto bueno del Invima. Está empacada al vacío y sin ninguna rotulación”.

Riesgos y recomendaciones

Por su parte, el secretario de Salud, Alexander Durán, enfatiza en que la carne del matadero probablemente iba a ser distribuida en tiendas de barrio, donde se hace más difícil ejercer controles. Sin embargo, indica que hay cinco unidades ejecutoras de saneamiento encargadas de supervisar las condiciones sanitarias de los alimentos. Y “si el tendero no nos documenta la procedencia de la carne con factura del proveedor la destruimos”.

“Recomendamos a la gente comprar en tiendas de tradición. Si usted compra carne en mercados móviles o establecimientos que venden una vez al mes puede adquirir algo de dudosa procedencia”.

De acuerdo al veterinario Carlos Benavides, del Centro de Zoonosis, en el matadero clandestino se evidenció maltrato animal y aunque en la valoración física inicial no se encontraron síntomas de enfermedad propia de la especie ningún propietario presentó certificado de vacunación. Además, los equinos no estaban identificados con el microchip que se les pone cuando se aplica la vacuna.

Benavides advierte que alimentos que no cumplen con la cadena frío adecuada ni la manipulación debida, no son aptos para el consumo humano: “En el caso de los equinos se puede transmitir al humano enfermedades como la encefalitis equina venezolana que afecta el sistema nervioso central o la Brucella, una bacteria que en el caso de los hombres causa inflamación en testículos”, dice.

Tener en cuenta

Las autoridades de salud señalan que el problema no es la carne de caballo como tal sino las condiciones en que se sacrifica un animal, pues debe cumplir requisitos mínimos.

Recomiendan comprar carne, preferiblemente a un mayorista. Y si al ciudadano le queda más fácil la tienda de su barrio debe preguntar por la factura del proveedor, para constatar su procedencia.

Por lo general, el mercado móvil no tiene cadenas de frío para conservar la carne. No fiarse en que el fuego ‘consume’ cualquier riesgo.

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