Dentro de los enigmas que surgieron tras la elección de Gustavo Petro, y de sus declaraciones sobre el giro que les dará a las relaciones con Venezuela, está en primer lugar la definición sobre el tratamiento que su gobierno otorgará a los grupos de violencia y narcotráfico que utilizan el territorio del vecino país para evadir la persecución de las autoridades. Ahora, con la precisión sobre la presencia de ‘Iván Márquez’ en un hospital de Caracas y la protección que le otorga el régimen de Nicolás Maduro, es más que necesario aclarar cómo serán los nexos con el incómodo vecino.

Debe precisarse que no se trata de poner en duda los estrechos lazos que unen a los pueblos de los dos países ni la acogida que en Colombia se ha otorgado a los más de dos millones de venezolanos que se asentaron aquí huyendo de la persecución y de las precarias circunstancias sociales y económicas que padecían en su patria. Por el contrario, es momento para destacar la labor del gobierno nacional para ofrecerles condiciones dignas y posibilidades de trabajo y progreso, que han sido reconocidas por la comunidad internacional como ejemplo a seguir en el tratamiento a los refugiados que en este caso ha desparramado por el mundo la dictadura de Maduro.

El asunto es la relación que el nuevo gobierno establecerá con esa dictadura, y no sólo desde la perspectiva de reiniciar los vínculos diplomáticos y el reconocimiento que se le otorgará, lo cual es parte de sus prerrogativas. Es ante todo la necesidad de despejar las inquietudes sobre cuáles serán las condiciones y las solicitudes que hará Colombia con respecto a los grupos armados ilegales que utilizan a Venezuela como su sede para atacar en nuestro país, además de establecer allá sus redes de narcotráfico y llevar a cabo una guerra entre ellos por el control del negocio.

El tema cobra actualidad al saberse que el comandante de la llamada segunda Marquetalia es protegido en un hospital por las fuerzas oficiales. Nada puede llevar a otorgar tratamiento de carácter político a quien fue jefe de las negociaciones de las antiguas Farc con el gobierno y abandonó los compromisos que firmó para irse a Venezuela y desde allí dirigir una red para delinquir.

Se sabe también que 'Iván Márquez' fue herido en medio de la guerra que lleva a cabo con otros grupos criminales que tampoco pueden calificarse como subversivos o revolucionarios que merecen protección por sus ideales políticos. La pregunta es entonces qué hará el futuro gobierno frente al tratamiento privilegiado que se le brinda a esa persona y afecta de muchas maneras a nuestra nación y a millones de colombianos que padecen la violencia manejada desde el país vecino.

Más allá de la intención que puede y debe tener el nuevo gobierno de restablecer relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro, lo que preocupa es la posición que adoptará Colombia con respecto al tratamiento y la protección que las autoridades de Venezuela le otorgan a quienes son responsables de la violencia, el terrorismo y todo el entramado de delincuencia con la cual golpean a nuestro país.