Mientras el desacuerdo parece ser la tónica en la resolución de quién será el candidato a la presidencia de Ecuador que enfrente al pupilo de Rafael Correa en la segunda vuelta, la intranquilidad y el reclamo crecen.
Por ello es más que necesario llegar hasta el conteo final para definir la continuidad de un proceso electoral del que depende la estabilidad de la democracia en el vecino país y el posible regreso del correísmo con toda su carga de venganza.
Mientras que Andrés Arauz alcanzó el 32,7% de los votos, la diferencia entre el candidato Guillermo Lasso del conservador CREO y Yaku Pérez, del movimiento indígena Pachakutik, es de décimas: 19,74% a favor del primero y 19,38% del segundo, según las informaciones oficiales. Ello ha llevado a Pérez a hablar de fraude, pues durante gran parte del escrutinio tuvo la delantera, y a reclamar un reconteo de votos como fórmula para resolver lo que es un impasse que afecta la credibilidad en las elecciones.
El pasado viernes hubo un acuerdo entre Lasso y Pérez para realizar ese reconteo, avalado en principio por las autoridades ecuatorianas y por la misión de la Organización de Estados Americanos como la manera de salir del conflicto y darle nuevo aire al proceso que, ya se sabe tendrá una segunda vuelta. Sin embargo, el CNE ecuatoriano no resolvió nada en su reunión del pasado martes para definir el futuro de tal solicitud, además de que ya se están presentando diferencias entre los candidatos involucrados.
Todo está pues detenido, aunque el movimiento indígena ya anunció una marcha hacia Quito para respaldar a su candidato, Yaku Pérez, y el alcalde de la capital expresó su rechazo a tal movilización, lo que parece un anticipo de una nueva confrontación que desborda ya las diferencias electorales para trasladarse al terreno del orden público. La indefinición durante diez días de la autoridad electoral puede ser entonces la causa directa de un conflicto que debería resolverse con el reconteo de los votos en las proporciones que han propuesto los candidatos involucrados.
Y aunque el presidente Lenín Moreno ha ofrecido los recursos que se requieran para solventar las diferencias, todo está pendiente de que el Consejo se decida a escuchar los llamados a encontrar una solución política a lo que es un conflicto ante todo político. Sin embargo, la sesión del CNE dio a entender que entre sus integrantes pueden más el leguleyismo y la posición de quienes no quieren comprometerse, lo cual aumenta la preocupación sobre el futuro.
Entre tanto, el candidato Arauz aprovecha para seguir su campaña y ganar terreno en unas elecciones en las cuales no está tan claro su triunfo, a pesar de su amplia diferencia. Debe recordarse que la suma de los votos a favor de Lasso, de Pérez y del que fue la gran sorpresa, con un 15,99%, muestra que los ecuatorianos votaron en contra del candidato que representa la continuidad del polémico y condenado expresidente.
Todo está en vilo en Ecuador, a la espera de una decisión de la cual depende la tranquilidad de su nación y la credibilidad y respeto de su democracia.