Conocidos los ambiciosos compromisos ambientales de Colombia, ahora hay que saber cómo se van a cumplir. Reducir en un 51% las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos nueve años y lograr la neutralidad de carbono para el 2050 requiere de estrategias y acciones concretas, que además sean medibles.

La contribución de nuestro país en las causas del cambio climático es mínima si se compara con otros. La nación aporta entre 0,45 y 0,5% de las emanaciones de esos gases contaminantes que afectan al planeta, pero al contar con una de las mayores riquezas ecológicas del mundo tiene también la obligación de protegerla y mantenerla. Con ese propósito se han diseñado programas que deberán mostrar resultados en el corto plazo.

El de los mercados de carbono es uno de ellos, del cual Colombia es pionero en América Latina. Desde el año 2016 el país impuso un impuesto que obliga a las empresas que utilizan combustibles fósiles líquidos a pagar por cada tonelada de dióxido de carbono, CO2, que emitan a la atmósfera y lo pueden hacer a través de bonos que les permiten una exención tributaria y a su vez se utilizan para apoyar proyectos ambientales de reforestación, protección del agua o energías renovables. En cuatro años se han recaudado 1,3 billones de pesos, lo que demuestra que está funcionando y hay que afianzarlo.

Reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero como el CO2 es uno de los objetivos. Que se logra con acciones por parte de los mayores contaminadores como la industria y el transporte público, así como con propósitos individuales que deben tener la educación como eje central y comienzan por cambiar hábitos sencillos como apagar las luces, evitar el desperdicio de comida, reciclar o no usar el carro o la moto si no es necesario.

Otro objetivo, más ambicioso, es que Colombia alcance la neutralidad de carbono a más tardar a mediados de este siglo. Ello significa que la misma cantidad de toneladas de esos gases que se emiten en el país sean absorbidos de inmediato para evitar que lleguen a la atmósfera, y eso se consigue aumentando las hectáreas de bosques, protegiendo los páramos y los manglares, construyendo ciudades más verdes y comprometiéndose con menos emanaciones.

De ahí el llamado que se está haciendo de nuevo a la industria, que sigue siendo una de las mayores contaminantes, para que se acoja al Programa de Carbono Neutralidad del Gobierno Nacional. El plan consiste en tener 500 empresas que quieran o tengan procesos orientados a disminuir sus emisiones y a reducir su impacto ambiental para que reciban asesoría, apoyo tecnológico, tengan acceso a financiación y atraigan inversión destinada a su sostenibilidad.

Ya van 400 empresas inscritas, lo que demuestra que hay un interés de diversos sectores para conseguir los propósitos nacionales. Hay que reconocer que Colombia está comprometida en pasar del dicho al hecho, que existe un compromiso nacional y al mismo tiempo con el resto del mundo por ser uno de los países con mayor riqueza ambiental. Hacerlo cuesta, requiere de tiempo, constancia y articulación.