Unir a Cali con sus municipios vecinos a través de sistemas de transporte que faciliten la movilidad y de paso aporten al cuidado del medio ambiente, es un deber para la dirigencia regional. Hay proyectos que avanzan y necesitan apoyo para que pasen de ser un sueño para convertirse en realidad.
El Tren de Cercanías es el más avanzado: ya superó los estudios de viabilidad y está en la de factibilidad y diseño que es la antesala al comienzo de las obras de un sistema intermunicipal que unirá a Jamundí, Yumbo, Palmira y Cali mediante la línea férrea. Ahora la que se ha denomina ‘Mesa de Articulación Regional’, que integran las cuatro ciudades más Candelaria, y cuenta con el acompañamiento de ProPacífico, explora otra alterativa a través de una red de ciclorrutas.
La idea no es descabellada. La bicicleta es un medio de transporte ideal para el Valle que tiene las condiciones de topografía y clima para impulsar su uso. El terreno plano que une a la capital del departamento con sus municipios vecinos, así como la temperatura cálida que los caracteriza, hace viable la oportunidad de impulsar la construcción de vías especiales para los ciclistas, que ya de hecho circulan en cantidades y a diario por sus carreteras principales.
Lo más importante de la iniciativa es que cuenta con el compromiso de las ciudades involucradas, que lo han incluido en sus planes de desarrollo 2020-2023, y que existe el interés del Gobierno Nacional por apoyarlo así como de aliados privados e internacionales para acompañar el proceso. El estudio de la propuesta y su viabilidad se adelanta con la asesoría de expertos de Gran Bretaña y Estados Unidos así como con la financiación del gobierno inglés a través del programa UK Pact con el que contribuye a proyectos ambientales y de disminución de la pobreza.
Tener un corredor de ciclorrutas que conecte el área metropolitana que existe en el sur del Valle es un desafío. La bicicleta es el medio de transporte más amigable para el medio ambiente, contribuye a la salud e incentivar su uso sería un aporte al propósito de Colombia de reducir las emisiones de carbono. Y significaría una revolución al bajar los costos de quienes deben desplazarse a sus trabajos en una de las cinco ciudades de la región.
Ahora hay que concretarlo, definir cuánto cuesta, de dónde saldrán los recursos y cómo se logrará convencer a los posibles usuarios. En Cali se han hecho varios intentos frustrados de ciclovías, que no funcionan o quedaron sin acabar. Y se ha descuidado por completo la educación que enseña a usar con respeto los carriles para bicicletas.
Para que sea factible conectar a Cali, Jamundí, Yumbo, Palmira y Candelaria a través de los corredores para ciclistas, debe asegurarse ante todo el compromiso de realizarlos a largo plazo, como una solución para la región, garantizando la protección y seguridad para incentivar su uso. Lo que no puede suceder es que se inviertan miles de millones de pesos en unas obras de infraestructura que son importantes para la movilidad y el medio ambiente, y que al final se desperdicien esos recursos como ha sucedido en Cali.