Lo de picho es un recurso verbal muy ‘chapineruno’ que usa don Alberto Casas Santamaría. Muy lúcido exponiendo tesis de la derecha civilizada sigue su campaña presidencial Enrique Gómez Martínez, nieto de Laureano Gómez y sobrino de Álvaro Gómez Hurtado el que asesinaron en Bogotá saliendo de dictar clase a unos universitarios. ¿Quién lo mandó a matar? “Niensesabe”, dicen los campesinos. Punto.

Que este mundo es y será una porquería, lo gritaba en su tango el genial Enrique Santos Discépolo. Nosotros los amigos del viejo tango lo seguimos amando y aplaudo al cineasta Carlos Palau por su golazo al filmar y escribir el guión de su película Gardel en su viaje final.

Sí, nosotros los que amamos el país argentino de Perón, Messi, Cortázar, Evita Perón y Gardel, a veces en la ducha cantamos: “Era para mí la vida entera como un sol de primavera” pasando a “verás que todo es mentira, verás que nada es verdad que al mundo nada le importa Yira… Yira”.

Veo televisión y me monto en el canal argentino porque sus noticieros son buenísimos y gozo los líos judiciales de la vicepresidenta Cristina Kirchner, hoy insultando a su jefe el presidente Fernández, el que ella escogió y ya no controla. Duele ver Argentina hacia la quiebra porque ha sido mal gobernada y tener un sindicalismo glotón y ambicioso manejado por sindicalistas buscando dólares a montones. Lo triste es que millones de argentinos seguirán gritando: “Ladrón o no ladrón, queremos a Perón”.

Como este mundo es y será una porquería según el maestro Enrique Santos Discépolo, la política Isabel Zuleta, talento femenino del petrismo, aceptó que ella y su grupo asesor montaron una campaña con ribetes judiciales para quemar políticamente al matemático Sergio Fajardo. Por las redes miles preguntaron si esas marrullas serán igualitas a la que le montaron al expresidente Álvaro Uribe. Opinen ustedes que hoy están inteligentes.

Toca repudiar al siniestro Putin, el cínico que ayer desfiló en la Plaza Roja de Moscú, posando de pacifista cuando actúa como un ordinario nazi en Ucrania. Mundo picho, mundo perro, mundo injusto y maloliente donde la política que pinta democrática y de juego limpio está llena de marrullas.