No crean que el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, compró para su oficina un cuadro de Rembrandt; él jamás haría eso. Ni crean que Germán Vargas Lleras compró para Colombia la mansión de Paul McCartney en Londres o, que Juan Manuel Santos compró para su despacho un cuadro de Gustav Kilin o tres óleos de Picasso. No, el embeleco es que dos bogotanos, Germán Vargas Lleras y Juan Manuel Santos, por exigencias de nuestra tontarrona democracia, tienen que gastarse veinte mil millones de pesos de nuestros impuestos en elegir al reemplazo del exgobernador Useche.No hicieron caso los notablones del partido MIO. Insistieron en elegir a quien podían sancionar porque sus amigos de Junta Directiva, meses atrás, regalaron cinco millones de botellas de aguardiente ajenas. Preciso, la Contraloría General  sentenció: “Lo sentimos mucho, doctor Useche. Favor entregar el puesto”. Produjo alivio general que lo reemplazara en la gobernación Aurelio Iragorri Valencia. El alivio duró poco porque Bogotá ordenó otra elección para nuevo gobernador que nos cuesta veinte mil millones de pesos. Según Susana Cardona, brillante periodista, esa suma es lo que valen cuatro reinados de belleza de Cartagena con 22 candidatas o la fortuna que dejó a sus herederos la matrona Rubria Cucalón, cuya biografía, con otras quince lúcidas mujeres vallecaucanas, lanza Susana  en libro en próximos días.Aterricemos. Con esos veinte mil millones de pesos se podrían construir mil casas de $20 millones en la línea popular para mil familias pobres de Cali, pero serán para elegir el reemplazo del exgobernador Useche. Es que los prohombres de la democracia nuestra se inventaron embelecos de costo millonario, digamos, igualitos a la ‘Cumbre presidencial’ de Cartagena que nos costó arriba de $120 mil millones, según denuncia radial del senador Jorge Enrique Robledo, un terco defensor del dinero público. ¿Y cuánto nos costó el fiestonón de Cartagena? Siguen sin contarlo, yo creo que les da pena informarlo.La figura del día es el herido periodista francés. La noticia debería ser otra: que las Farc el jueves  volaron con dinamita una casa en Caloto, matando a un matrimonio con su niña-bebé de nueve meses. Aló, guerrillos, ‘farcos’: ¿La revolución del pueblo es asesinando a niñitas de nueve meses? Eso nunca lo propusieron Fidel Castro, Ho-Chi-Min o el  ‘Ché’ Guevara. Y así, los farcos piden que los reciba para hablar de paz  el nuevo ministro de la política, Federico Renjifo, el mismo que de candidato en el Valle, hace años, fue víctima de sórdidas zancadillas politiqueras para burlarle el triunfo. Como diría Mafalda: “¡Déjame te lo explico, Federico!”.