Cierto día, en India, un hombre llamado Ramesh iba a caballo hacia una aldea lejana.
Tuvo que atravesar una zona selvática y se bajó para descansar, algo retirado del animal.
Allí estaba disfrutando y hablando con Vishnú, su Dios, cuando apareció cerca un tigre.
Su susto fue inmenso y vio como la fiera se fue directo al caballo, lo mató y se alimentó.
Totalmente quieto se lamentaba por perder su medio de transporte y renegaba sin parar.
Cuando el tigre se fue y se calmó, sintió la voz del corazón que le decía:
“Da gracias de que tú no fuiste el alimento. Lo que ves como malo no lo es en absoluto”.
Ramesh dejó ir las quejas y las cambió por gratitud. Ese día cambó su modo de ver la realidad.