“Desde el exilio escribo este libro que inesperadamente se puso frente a mis manos vacías y temblorosas, negadas a escribir una palabra más sobre lo injusto, porque la muerte nuevamente me pisó los talones y mis piernas cansadas querían
detener el paso, darse por vencidas, entregarse al vacío, a la perdida, al agotamiento y a la soledad”.
Así comienza Cartas de Amor y Rebeldía de Lydia Cacho, un testimonio escalofriante de su vida basado en la correspondencia que logró salvar cuando tuvo que huir de México, su país natal, un 23 de julio del 2019 -“cuando unos sicarios entraron a mi hogar, mataron a mis perras, fieles compañeras de mis días”. Cartas que fue recuperando, las de su madre, sus amigos, sus diarios. “Y así, fui escribiendo la biografía de una vida inacabada, y mientras lo hacía recogía retales de mi corazón regados por el mundo”.
Lydia Cacho Ribeiro, mexicana, periodista, defensora de los derechos humanos de mujeres y niñas, apasionada, rebelde, viajera incansable. Sus más de dos mil artículos publicados en diversas revistas y periódicos internacionales y sus libros denunciando las mafias internacionales y mexicanas dedicadas a la trata de mujeres y niñas para violarlas y prostituirlas.
Sus libros como Los demonios del Edén, Memorias de una Infamia, Con mi hij@ no, Esclavas del poder, entre otros, no solamente desataron tormentas internacionales, sino que casi le cuestan la vida. Altas esferas del gobierno mexicano fueron destituidos y condenados, lo mismo tratantes de mujeres internacionales. Y ahí fue Troya. Logró resquebrajar ese emporio. -“Con mis últimas declaraciones y más tarde con la alerta roja de la Interpol, que los convirtió en prófugos de la justicia internacional”.
En 2006 fue secuestrada y torturada a raíz de la publicación de Los demonios del Edén. -“Hace seis días salí de la cárcel y todavía me duele el cuerpo entero, no quiero ver a nadie ni sonreír, estoy harta de mentir diciendo que estoy bien, guardé mi ropa porque tiene el ADN de los policías. !Qué mierda! ¿Cómo sobrevivir? No tengo claridad, solo quiero dormir, pero tengo que recordarlo todo, aunque sea lo último que haga en mi vida no voy a permitir que esos cerdos pederastas que me mandaron a torturar y encarcelar nieguen la verdad”.
Lydia Cacho, una mujer vertical, honesta, generosa, valiente, resiliente. Se comprometió desde pequeña con destapar verdades de a puño, a nadar contra corriente para defender niñ@s y mujeres, investigar y denunciar el maltrato de violación de miles de seres indefensos. Recorrer el mundo, participar en conferencias, llevar a cabo su trabajo periodístico hasta sus últimas consecuencias arriesgándose, enfrentándose.
Este libro es su regalo más íntimo. No sé si será el último. No creo. Lydia Cacho Ribeiro, estoy segura, seguirá caminando al filo de la navaja. Como le escribe una amiga: “Te has atrevido a hacer cosas y enfrentar situaciones impresionantemente difíciles. Te levantas una y otra vez sin dejar de defender aquello en lo que crees y has convertido al mundo en un lugar mucho mejor gracias a tu lucha. Has caminado por lugares que casi nadie se atreve a transitar por defender mujeres, niñas y niños. Has pagado un precio personal muy alto por tu lucha”.
Sí, Lydia Cacho, periodista vertical e insobornable, ha pagado un precio muy alto por la verdad. Recuerdo sus conversatorios en el Hay Festival en Cartagena. Cada palabra suya era un hierro candente que se incrustaba en el alma. ¡Qué ejemplo de mujer!