El Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez no solo se escucha, también se saborea. Y es que, entre marimbas, currulaos y arrullos, los visitantes encuentran un universo de sabores únicos que resumen siglos de tradición e historia ancestral desde la cocina.

Por eso, como cada año, cientos de personas, y en especial, de extranjeros, llegan para degustar los sabores autóctonos del Pacífico, dejándose tentar en especial por bebidas típicas como el Viche, en todas sus versiones.

Las bebidas ancestrales tendrán su stand en esta apuesta del Petronio Álvarez itinerante. | Foto: El País

En medio del bullicio del festival, El País encontró varios viajeros que, sin dudarlo, aceptaron probar las bebidas típicas de este encuentro, como el tumbacatre, base del viche.

“Es dulce, es rico”, dijo una de las asistentes a este encuentro con la cultura afro, que visita por estos días la ‘sucursal del cielo’, procedente de los Estados Unidos.

Otro de los visitantes, procedente de Perú, a la par probaba un macerado de primitivo: “En Perú tenemos algo parecido, el cañazo o aguardiente de caña, y tiene maracuyá, es rico, muy fresco”, comentó luego de dar el primer sorbo.

Se ha requerido de un gran esfuerzo articulado para incentivar la reglamentación de la venta del viche, que tiene un gran potencial como bebida de exportación. | Foto: @juandarrod

Desde Francia también llegaron Jirem y Mari, quienes probaron el viche curado. “Esta es una fermentación de hierbas medicinales con Viche puro, que es el destilado de la caña de azúcar. Yo lo llamo el tequila del Pacífico porque tiene esas tonalidades maderables”, explicaba una de las expositoras del evento.

“Riquísimo. Es un poquito más fuerte… con más ácido, pero delicioso”, dijo Jirem, mientras su compañera expresó: “Yo no había probado algo así antes”, agregó Mari, aunque reconoció que su favorito hasta ahora era el tomaseca: “Calienta y es delicioso”.

Así, entre gestos de sorpresa, risas, brindis improvisados y hasta pasos de baile después de cada sorbo, los visitantes se dieron la oportunidad de probar una de las bebidas insignias de la cultura pacífica. Una puerta de entrada a la historia, la medicina tradicional y la identidad del Pacífico colombiano.

Cabe decir que, durante siglos, el viche fue considerado ilegal y perseguido por las autoridades. Hoy, esta bebida ancestral afrocolombiana se produce legalmente, se vende en centros comerciales y se proyecta como símbolo de identidad, resistencia y futuro económico para cientos de comunidades.