A tres semanas de que los colombianos vayan a las urnas a escoger el nuevo Congreso de la República y a tres candidatos presidenciales, la tensión política en la campaña se agitó porque los actos de intolerancia provocados por sectores extremistas le abrieron paso a las acciones violentas.
Se han presentado recientemente situaciones que llegaron a convertirse, incluso, en hechos complejos de orden público, tal y como pasó el pasado viernes en Bogotá, en donde, al parecer, unos 30 encapuchados de la Primera Línea, pretendieron impedir que se realizara en el Hotel Radisson un evento de partidos y dirigentes de derecha en el marco del Foro de Madrid.
Fue tal la situación, que el Esmad tuvo que enfrentar a los encapuchados que por más de dos horas hicieron presencia en el Centro Financiero Internacional, al norte de Bogotá. Las instalaciones del hotel fueron atacadas con piedras y papas bomba y varios vidrios quedaron rotos.
Igual fue afectado el sector, que tuvo que cerrarse ante el ataque de los encapuchados.
El ministro de Defensa, Diego Molano, repudió el hecho y anunció que las dos personas detenidas deberán enfrentar la nueva normatividad que expresa la Ley de Seguridad Ciudadana, la cual sostiene que está en defensa de la democracia.
Paralelo a ese hecho, la sede política del candidato a la Cámara por el Centro Democrático Andrés Camacho, ubicada en esa zona de Bogotá, también fue atacada.
Con estos actos de intolerancia se pretende generar temor, proscribir el ejercicio de la actividad política y proselitista”. John González, analista político.
“Desadaptados escupieron a mi gerente de campaña y vandalizaron mi sede. Es lamentable el nivel de intolerancia que han propiciado algunos sectores políticos. No nos intimidan. Seguiremos defendiendo nuestras tesis y trabajando para recuperar Bogotá”, contó el aspirante al Congreso.
Otro de los hechos de intolerancia lo tuvo que vivir el candidato de la Coalición Centro Esperanza, Sergio Fajardo, quien fue obligado a salir del campus de la Universidad Tecnológica de Pereira por un grupo de encapuchados. El precandidato presidencial consideró que esto es “un reflejo de cómo está Colombia, de la incapacidad de tramitar las diferencias que uno pueda tener con una persona que piense diferente”.
El presidente Iván Duque aseguró que “hay una instrucción muy clara a la Policía Metropolitana de Bogotá y a la Policía Nacional: vamos a ir detrás de aquellos que quieren limitar ese derecho, porque nuestra democracia se ha construido con fortaleza, libre y de manera dedicada”.
El Mandatario también le hizo un llamado al país para que entre todos se defienda la democracia, la cual no tiene que verse afecta por diferencias de partidos o ideologías, y en donde debe primar el derecho a participar y ejercer en política.
“La democracia se ve amenazada cuando hay algunos que, con capuchas, quieren acallar la legítima voz en democracia de quienes deben expresar sus ideas. No importa el partido de quien lo quiera hacer, tenemos que dar esas garantías y, mucho más, en el ambiente del conocimiento, académico, donde nadie puede pretender, con capuchas, cercenar el debate electoral ni limitar el derecho de estudiantes a escuchar cualquier expresión de carácter político”, expresó el Presidente.
También el jueves, pero en Cereté, Córdoba, un carro de perifoneo que apoya la campaña del candidato a la Casa de Nariño por el Partido Conservador David Barguil, fue atacado con una piedra que rompió uno de los vidrios y dejó herido a uno de sus ocupantes. El ataque lo provocó un grupo de personas que gritaron frases en favor de Gustavo Petro, también en la contienda presidencial.
Tras la situación, Barguil manifestó que “hay sectores que lo único que buscan es sembrar odio y resentimiento, dividiendo al país. Esa es la antesala de lo que harían si llegan al poder. No permitiremos que destruyan al país. Vamos a luchar por los cambios correctos, porque esta tierra está llena de gente buena, trabajadora y echada pa’ lante”.
En Medellín, la senadora Paola Holguín y el representante Juan Espinal, del Centro Democrático, han sido blanco constante de ataques a la publicidad con la que aspiran regresar al Legislativo, al parecer también por seguidores de la extrema izquierda.
En un comunicado, el partido uribista dijo que rechaza “tajantemente la vandalización de las vallas publicitarias de nuestros candidatos en varias ciudades del país. Estos hechos representan un ataque a la libertad de expresión y pensamiento, lo que afecta el correcto ejercicio de la democracia y de los derechos civiles y políticos”.
De igual forma aseguró que esos ataques no solo eran para los aspirantes a ser elegidos sino también para los ciudadanos que se sienten representados por el Centro Democrático y sus ideas.
Rasgos de una sociedad violenta
Para el analista político Jhon Mario González, los actos de vandalismo contra candidatos “no son otra cosa que manifestaciones de una sociedad con rasgos muy agudos de intolerancia y violencia, de una sociedad que, por tratar con paños de agua tibia la violencia, son muchos los que creen que pueden ejercerla con total impunidad; una sociedad en la que la condena moral y la ley penal no disuaden de conductas ilegales o que rayan con la ilegalidad. Una sociedad primaria e irracional en muchas de sus expresiones y facetas que no alcanza a tramitar sus diferencias por la vía del diálogo y la aceptación del otro”.
Asimismo, el abogado y politólogo Manuel Alejandro Guevara considera que este comportamiento vandálico evidencia que este es un país donde la cultura democrática lleva a que las discusiones políticas no se den ni en los debates ni en las urnas, sino en las manifestaciones de las voluntades reales y físicas que generan estos conflictos y tensiones.
Se puede interpretar al leer estas conductas, agrega Guevara, que este tipo de personas pretenden manifestar la inconformidad por una vía que no es la más adecuada ni la más eficiente.
“La más eficiente es ir a las urnas a través de una manifestación real sobre qué político recoge mis intereses y reconoce las preocupaciones de mi sector político o social”, plantea.
"En muchos casos, estos actos de intolerancia se hacen por diversión de los violentos, porque saben que con sus agresiones no lograrán en todo caso acallar al contrario”. Jhon González, analista político.
Además, sostiene que estas son acciones que desmotivan a la gente de participar, a desinteresarse de lo público, a informarse mejor, así que al final quedan esas conductas violentas que no dejan ver más allá: poder profundizar en las propuestas, responsabilidades y espacios institucionales de construcción.
¿Pero, qué hacer para que estas situaciones no se vuelvan una constante en lo que resta de campaña para el Congreso y la Presidencia?
Para el analista González no hay otra fórmula que la pedagogía y la explicación sobre los efectos lesivos para la sociedad de las conductas vandálicas, intimidantes y violentas.
Y también la condena, al menos moral, mientras la sociedad se decide, como un todo, a aplicar la ley penal y los elementos de justicia para disuadir conductas vandálicas o criminales.
“Es a partir de tejer lazos y sumar a la sociedad como un todo, con sus elementos más racionales y comprometidos, para aplicar la ley y hacerla respetar, para respaldar a la Policía, la Fuerza Pública y todo aquel que contribuye con el clima de paz y convivencia. Para que la sociedad sienta que todos la respaldamos y estamos comprometidos. En ese momento los vándalos tendrán que pensarlo dos veces antes de cometer acciones, pues los costos de su actividad se les puede incrementar”, comenta el analista político.
Para Guevara, una recomendación para evitar este tipo de actos vandálicos es cambiar el discurso. “El debate político debe existir, pero debe pasar por la discusión de las ideas y propuestas, enseñándole al ciudadano cómo opera y funciona el aparato estatal, cuánto se demora una ley en nacer, cuántos debates habrá que dar para que un cambio real se materialice, y a partir de esos tiempos, realidades y entornos, realmente convencer desde las propuestas, la capacidad de acción y los sectores que se representan. No hablar de que soy mejor que el otro, porque si nos quedamos en esas discusiones atenderemos un país donde las violencias seguirán creciendo y los ataques y actos de vandalismo contra vallas y candidatos serán la única opción en una democracia, y ese no debe ser el camino”.
Debates, bajo el respeto
Para el Centro Democrático, los debates y las discusiones ideológicas deben hacerse bajo la cordialidad y el respeto, con argumentos e ideas, sin la necesidad de utilizar violencia y vandalismo, “no paramos, entre más nos dañen las vallas, más trabajamos”, según declaró el partido en un comunicado.
De su lado, la alcaldesa Claudia López escribió en Twitter sobre los hechos de agresión en Bogotá: “Cuánto daño hacen quienes siguen creyendo que con capuchas, vidrios rotos y papas bombas logran cambios. Solo logran amarillismo viral temporal y repudio social permanente. No darles el protagonismo inmerecido que buscan es la primera sanción que merecen, además de la judicial”.
Por su parte, el ministro de Defensa, Diego Molano, en la misma red social el pasado viernes acotó sobre el tema: “Los de la Primera Línea no pueden seguir con violencia y con capucha coartando la libre expresión y el debate público en universidades públicas y foros. Intervino la Policía de Bogotá y hay dos capturados”.
“Los vándalos de nuevo muestran su talante autoritario, tal y como lo han mostrado sus líderes políticos. Hoy atacaron una de nuestras vallas en Buga, una ciudad que sufrió la violencia del paro y los encapuchados.
No nos amedrantarán. ¡Nos seguimos parando firme por el Valle!”, escribió igualmente el senador uribista Gabriel Velasco en Twitter.