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La Calle 9 entre carreras 34 y 37 es uno de los corredores intervenido recientemente con taches y delineadores tubulares para demarcar un tramo nuevo de ciclorruta en la ciudad. | Foto: Oswaldo Paez / El País

MOVILIDAD

¿Se necesitan o no los taches en las vías de Cali?, hablan los expertos

A medida que se extiende la instalación de estos elementos crece la polémica en las vías de Cali. Actual administración ha invertido más de $35.000 millones. ¿Qué dicen los expertos en seguridad vial?

28 de octubre de 2019 Por: Ingrid Valderruten Peña, reportera de El País

Una tutela, investigaciones de la Contraloría, protestas, cientos de quejas e insultos a través de redes sociales, accidentes, canciones y hasta apodos....

Los taches instalados en las vías de Cali han dado de qué hablar y a medida que se extienden por las calles también crece la polémica sobre la utilidad y el impacto de estos elementos, cuyo objetivo, según las autoridades, es pacificar el tránsito, reorganizar el flujo vehicular en puntos críticos y garantizar la circulación segura de ciclistas.

La discusión, que parece no tener fin, no es nueva. Durante la última década, estos dispositivos amarillos han causado amores y odios en la comunidad: En el 2009, cuando se instalaron en la vía al Zoológico, la Alcaldía se vio obligada a levantarlos; en el 2012 el debate giró en torno a la motovía, que poco a poco desapareció; en el 2013 las quejas surgieron por la confusión que generaban al segregar un tramo de las vías para dar orden a las pistas de taxis.

Durante esta administración, concretamente a partir del 2017, cuando empezó a ampliarse la red de cicloinfraestructura, la controversia sobre los taches y otros elementos de pacificación se centra en que son un estorbo, que han reducido el ancho de las vías, la velocidad de circulación de los vehículos y por ende tienen la ciudad sometida a un caos vial que se evidencia a diario en los trancones. El capítulo más reciente de esta polémica se vivió esta semana con la llegada de los taches a la Calle 9, donde los trabajadores de los puestos de cholados, ubicados frente a las Canchas Panamericanas, se manifestaron en contra de la medida.

“Si colocan la ciclorruta acá en frente (de los puestos) las ventas no disminuirían, sino que desaparecerían por el solo hecho de que no se puede parquear. Lo que estamos proponiendo es que en este tramo se tumbe el separador y sobre ese se coloque la ciclorruta, así quedaría bien y no nos perjudican”, dice Alexander Velasco, presidente de la Asociación de Choladeros y añade que el próximo martes se reunirán con Metrocali (entidad que ejecuta la obra) para analizar las alternativas.

El bicicarril de este importante corredor del Sur, que se piensa extender entre las carreras 15 y 66, hace parte de los 116 kilómetros de vías exclusivas para ciclistas que está interviniendo actualmente la Alcaldía, y que junto a los elementos para pacificación de tránsito y ordenamiento vial suman más de $35.000 millones en contratación.

“La vía no debe ser ni puede ser un espacio de violencia, no tiene por qué, la justificación de que por una disminución de la velocidad o por gastarme dos minutos más en promedio en los desplazamientos tengamos que asumir como cierto que al año mueran unas 400 personas, y que se lesionen entre 13.000 y 14.000”, expresa el secretario de Movilidad de Cali, William Camargo, quien insiste que estos elementos han sido instalados con base en estudios y tienen un objetivo común: bajar la siniestralidad vial.

Velocidad, factor de riesgo

Entonces, ¿quién tiene la razón?... El País consultó a expertos en seguridad vial nacional e internacional sobre este tipo de medidas, quienes coinciden en algo: la velocidad está acabando con la vida de los actores más vulnerables de la vía y es necesario pacificar el tránsito.

“Una las características de las ciudades más desarrolladas en el mundo es precisamente esa: que el tránsito está pacificado. Pacificar el tránsito es una medida de gobernanza pública seria y rigurosa.

No hacerlo supone desproteger a los más débiles. El 80% de los fallecidos en las ciudades son vulnerables: peatones, ciclistas y motoristas. No están protegidos por carrocería alguna ni sistemas de airbag, por eso la única manera de protegerlos es conseguir que en el entorno donde circulan la velocidad sea más baja”, afirma Ramón Ledesma, asesor de la firma española Pons Seguridad Vial, y añade que “cuando el atropello de un peatón se produce a 30 km/h, fallece el 5%; cuando se produce a 50Km/h fallece el 50%, y a 80 km/h, fallece el 95%”.

Entre 14% y 70% han disminuido los siniestros en zonas donde hay elementos de pacificación. Según Movilidad se pasó de 114 accidentes, en 2018, a 81 este año, en 21 puntos analizados. 16% han disminuido las víctimas fatales en accidentes de tránsito en Cali, hasta septiembre. Se pasó de 271 muertes en el 2018, a 230 en el 2019.

El experto señala que la velocidad media de circulación de las ciudades está entre 15 y 20 km/h y pacificar el tránsito con medidas que garanticen 30 km/h no limita ningún derecho de los conductores. Asimismo, hace énfasis en que “adoptar estas medidas siempre es políticamente complicado, pero demuestra un gran nivel de madurez y responsabilidad de un gobierno. Todas las grandes capitales en Europa han adoptado hace ya años estas medidas”.

“España se incorporó a la adopción de decisiones en materia de seguridad vial más tarde que el resto de los países de Europa. Sin embargo, el avance ha sido mucho mayor. Entre el año 1993 y 2003 España contaba con 5500 muertos cada año en sus calles y carreteras. Era el país 17 de los 25 de la Unión Europea por ranking de siniestralidad.

Hoy, tras la adopción de estas medidas (radares, zonas 30, permiso por puntos, entre otros) tiene 1800 fallecidos anuales (-60%) y es el quinto en el ranking europeo”, explica Ledesma y precisa que “no existe impacto negativo cuando más de 3000 personas anuales han dejado de matarse”. En países del continente, como Chile, los taches se han usado principalmente para los carriles preferenciales del transporte público y la habilitación de ciclorrutas.

“Son medidas que han resultado efectivas en tanto que permiten el desplazamiento más seguro y expedito de otros modos de transporte, generando una adecuada convivencia con el automóvil y las demás formas de desplazarse”, asegura Paola Tapia, exministra de Transporte de ese país y fundadora de la organización Mujeres en Movimiento.

La exministra resalta que uno de los aspectos fundamentales para que las medidas de pacificación de tránsito sean exitosas es la participación ciudadana, escuchar las demandas de cada actor vial y planificar de manera integral. Asimismo, Tapia subraya que en el 2017, cuando Chile aprobó la ley de convivencia vial y se rebajó la velocidad de 60 a 50 Km/h en las zonas urbanas, “solo con haber tramitado estas leyes tuvimos una baja histórica en el número de personas fallecidas (cerca de 300 víctimas menos), después de 28 años”.

El presidente del Concejo, Fernando Tamayo, instauró una tutela ante el juzgado 35 civil municipal de Cali, para evitar que se sigan instalando taches. “Si lo que se quiere es proteger la vida de los peatones, debemos pensar primero en construir y recuperar andenes”.

“No podemos esperar a que haya más muertos o heridos”

María Fernanda Ramírez, ingeniera civil y urbanista, señala que durante muchos años los diseños viales se hicieron pensando solo en el carro y añade que los taches permiten darle a la vía unas dimensiones proporcionadas a la velocidad que se necesita. Sobre el reclamo por el estrechamiento que han generado estos dispositivos en las vías, la urbanista manifiesta que “no se trata de humanizar un vehículo u otro, sino de lograr que estén todos en armonía”.

Según Ramírez, el principio es repartir el espacio que existe, y cuenta que en ciudades como Nueva York algunas calles que eran de cinco o seis carriles para vehículos, fueron reducidas a dos para este medio de transporte y el resto para peatones, “entonces no se trata de cuántos carriles se le quitan a una vía, sino de qué manera se distribuye el espacio. La pacificación vial tiene varios efectos muy positivos, es volver a conocer la ciudad, ver gente, evitar el sedentarismo y muy específicamente, salvar vidas”.

Natalia Lleras, gerente de proyectos de movilidad y seguridad vial de la fundación Despacio y del Instituto de Recursos Mundiales, WRI (por sus siglas en inglés), asegura que uno de los problemas en nuestro país es que no hay respeto por las normas de tránsito, y más aún cuando se trata de cumplir límites de velocidad. “En Bogotá hicimos un estudio en uno de los puntos donde pacificamos y nos dimos cuenta que solo tres de cada diez conductores iban a 30 Km/h, en un punto crítico de la ciudad, que era una zona escolar. Teníamos buses manejando a 50 o 60 Km/h y no se puede tener un policía en todos los lugares, lo que podemos hacer es ubicar este tipo de medidas”, relata Lleras y destaca que después de la intervención 9 de cada 10 vehículos respetaban la velocidad.

La experta en proyectos de seguridad vial afirma que los elementos de pacificación en material plástico no son lo ideal, pero “mientras se hace algo permanente no podemos permitir que las personas sigan resultado heridas o perdiendo la vida en las vías”.

“Lo ideal sería que si se va reducir el ancho de la vía no sea con los bolardos, sino extendiendo el andén, o que los resaltos no sean en plástico sino que hagan parte de la vía, en asfalto, pero mientras se logra eso hay que darle prioridad a la protección de la vida humana”.

¿Por qué taches?

Janeth Mosquera, docente de la Universidad del Valle y directora del Observatorio del Ciclista y El Peatón, dice que es importante diferenciar los taches que son para delimitar el espacio de los ciclistas y los de pacificación. “El problema es que no sé por qué se pensó en una sola medida (taches) y no por ejemplo en reducción de velocidad”. Al respecto, el secretario de Movilidad de Cali, explica que estas son medidas de “bajo costo y alto impacto”, y añade que en este momento no cuentan con los elementos técnicos para la disminución de velocidad en toda la ciudad, pero será una de las recomendaciones que dejarán a la próxima administración.

Contratos que incluyen instalación de taches
  • Inversión de Movilidad

La Secretaría de Movilidad suscribió un contrato con el Consorcio SP (Conformado por Señales Ltda y Pintuvial S.A.S. Representante: Gerardo Segura Pérez), para “el suministro e instalación de señalización horizontal y vertical en la red vial de Cali”, por $718.982.789, que según la página de contratación pública (www.contratos.gov.co) empezó a ejecutarse el 8 de noviembre del 2018 y terminó el 26 de septiembre del 2019. Un informe reciente que presentó el secretario William Camargo indicó que a través de este contrato se intervinieron 4 puntos de cicloinfraestructura, 15 para ordenar vías y 14 con dispositivos para pacificación.

  • Inversión de Infraestructura

El Consorcio Cicloinfraestructura GC (integrado por Gestión Vial Integral SAS y Civiles Mecánicos Eléctricos Ingenieros SAS. Representante: Pedro Alonso Quiroga Salinas) ganó la licitación para la construcción de 37,7 Km de cicloinfraestructura a cargo de la Secretaría de Infraestructura Vial y Valorización, con una inversión de $8.920.554.057. El contrato, que inició ejecución el 1 de diciembre del 2018, tenía un plazo de 10 meses, pero el pasado 26 de septiembre se firmó un otrosí que lo extendió hasta el 15 de diciembre próximo. En septiembre, la dependencia informó que las obras avanzaban en un 50%.

  • Inversión de Metrocali

El 12 de junio de 2017 Metrocali ejecutó un contrato para la construcción de 17,38 Km de bicicarriles alimentadores al MÍO, que terminó en noviembre del 2018. La obra estuvo a cargo de la Unión Temporal Señalvías Metrocali (J.C Ingeniería Vial SAS, Señalvias SAS, Icovias SAS. Representante: Luis Fernando Rubiano Barrero) por un valor de $6.988.377.208. En octubre del 2018 se inició la ejecución de otro contrato para habilitar 39.87 Km adicionales de bicicarriles, de los cuales se han intervenido 28.49 Km y faltan 11.38 Km, que deben estar listos el 17 de noviembre. Estas obras están a cargo de la Unión Temporal Señalvías Cali (J.C Ingeniería Vial SAS, Señalvias SAS, Icovias SAS. Representante: Jesús Hernando Cortes Prieto), con un presupuesto inicial de $10.735.178.751, pero luego se hizo una adición y la inversión aumentó a $15.787.055.104.

  • Inversión del CDAV

De los 200 Km de cicloinfraestructura que esta Administración se comprometió a implementar, el Centro de Diagnóstico Automotor del Valle, Cdav, se hizo cargo de 21,19 kilómetros distribuidos entre la Calle 5, la Carrera 8, la Calle 34N y la Calle 70N, obras que fueron entregadas desde el año pasado. El contrato, que tenía como objeto “realizar ajustes a diseños, adecuación vial y ejecución de señalización vertical y horizontal para la implementación de ciclobandas”, fue ejecutado por el Consorcio V&S Comercial S.A.S (Representante legal: Carlos Alberto Luna Torres), con una inversión de $2.607.603.863.

Contraloría realiza auditoría fiscal

La Contraloría de Cali ha recibido 25 reclamos formales sobre los taches y una cantidad de quejas (que no tienen contabilizadas) a través de redes sociales. Esto dio pie a que el ente de control iniciara una auditoría fiscal a las dependencias involucradas en los contratos de instalación de los elementos, bien sea para ciclorrutas, pacificar o reorganizar el tráfico.

“Estamos revisando los contratos y adelantando las visitas de campo. Adicionalmente, tenemos una encuesta de participación ciudadana en nuestra página web (www.contraloriacali.gov.co), consultándole a los caleños sobre esta medida, y ya van alrededor de 18.000 personas que han participado”, precisó el contralor Diego López.

El funcionario recordó que en agosto pasado también se hizo una revisión a algunos de los contratos, donde se identificaron dos hallazgos disciplinarios: “un hallazgo porque no hubo socialización con la comunidad y el otro porque había una señalización instalada en puntos muy críticos (con el asfalto en mal estado) y estaba afectando la movilidad”. Los resultados de la nueva auditoría se darían a conocer en la segunda semana de noviembre.

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