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Retrato de la clase media colombiana. | Foto: Foto: Raúl Palacios / El País

COLOMBIA

Retrato de la clase media colombiana: ¿ le llegó la hora de pagar más impuestos?

En Cali, 1.030.844 personas pertenecen a la clase media, un grupo poblacional diverso: hogares con personas que ganan entre $690.624, al borde de ser considerados, vulnerables, y $3.718.204, en el límite de la clase alta. Estos últimos, dicen analistas, son ‘consentidos’ a la hora de tributar.

1 de agosto de 2022 Por: Santiago Cruz Hoyos - Editor de Crónicas y Reportajes

En pleno 2022 en el mundo todavía no hay un consenso para definir qué es clase media. Según los criterios internacionales, la integran los hogares donde cada persona tiene ingresos entre 10 y 50 dólares. Pero la brecha entre 10 y 50 es muy amplia. El que gana 10 está al borde de ser considerado lo que los economistas llaman ‘vulnerable’, y el que gana 50 está al límite no de ser considerado rico, pero sí de clase alta.

En Colombia pasa algo similar. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, un hogar de cuatro personas, donde cada uno tenga ingresos de entre $690.624 y $3.718.204, es de clase media. Es decir: si el total de ingresos de un hogar de cuatro personas se ubica entre $2.762.06 y 14.872.816.

La brecha es enorme. La calidad de vida que puede garantizar un hogar con casi $3.000.000 al mes es por supuesto muy inferior a la que puede acceder el hogar que gana casi $15.000.000.

– Por eso la definición de la clase media es tan complicada. Yo tengo problemas con las definiciones que existen, porque trazar la raya para clasificarla no es tan fácil. No tenemos problema en trazar la raya para determinar dónde están los ricos o los pobres, en eso hay mucho menos debate. El problema todavía es trazar las rayas en la mitad – dice Julio César Alonso, director del Centro de Investigación y Finanzas de la Universidad Icesi.

La clase media es, entonces, un grupo poblacional amplio y diverso, con realidades muy distintas. Sin embargo, hay ciertas características que comparten. Lina Martínez, directora del Observatorio de Políticas Públicas, Polis, de la Universidad Icesi, considera que una manera de clasificar a la clase media es a través de sus condiciones socio económicas. En ese sentido, uno de los asuntos que la definen es el acceso a la educación superior de los hijos. La mayoría de los hogares de clase media tiene a sus hijos estudiando en la universidad, o en programas técnicos o tecnológicos, así esos estudios se financien con créditos bancarios.

Además, agrega Lina, la clase media se caracteriza por acceder a bienes durables: comprar a plazos una casa, un carro, una moto. Según los datos del Dane, apenas el 39% de la clase media reporta tener una vivienda totalmente pagada.

Y otra forma de entender a la clase media es que es aspiracional: son personas que anhelan superar las condiciones socio económicas en las que vivieron sus padres.

– Al analizar todo este tipo de variables, se podría concluir que los estratos 3 y 4 en Colombia tienen la mayoría de estas características. Llenan el criterio de ingresos, de los hijos en la educación superior, de bienes durables, de aspiraciones. En Polis, por hacernos la vida un poco más sencilla, usamos el estrato 3 y 4 para clasificar la clase media, aunque sabemos que hay muchas formas de clasificarla – continúa Lina.

En Cali, según los datos del Dane, 1.030.844 personas integran la clase media. La mayoría vive en el corredor de la Calle Quinta, entre el norte y el sur, y las comunas contiguas (ver mapa).

Un estudio de Polis revela además que la clase media de la ciudad se caracteriza (hasta antes de la pandemia del coronavirus) por registrar altos niveles de consumo, pero bajo niveles de ahorro (lo que la hizo vulnerable durante la pandemia). Y es una clase media al límite de salir de esa clasificación: una buena parte la componen hogares cuyos miembros tienen ingresos promedio de $700.000, lo que también se vio reflejado en los estragos que causó el Covid.

– Hasta el año 2019, en Cali teníamos al 45.7 % de la población en un rango de clase media. Cuando llega el 2020, y la pandemia, esto se vio afectado drásticamente. Muchas personas perdieron sus empleos o tuvieron que limitar su actividad económica, lo que hizo que la clase media cayera en la ciudad en cerca de 10 puntos porcentuales. Se ubicó en 35.2%. Es una caída muy grande. Eso se da porque había una población en clase media que estaba en el limite inferior del rango de ingresos. Para el 2021, con los procesos de reactivación, la clase media en Cali vuelve y se eleva, pero no a la cifra de 2019. En 2021 se ubicó en el 39.6%– comenta Marvin Mendoza, director de Cali Cómo Vamos, el programa de seguimiento y evaluación de la calidad de vida en la ciudad.

En términos de porcentaje de población de clase media, entonces, Cali está por arriba de ciudades como Barranquilla y Cartagena, pero por debajo de otras capitales como Medellín, Bogotá y Bucaramanga.

En Medellín, el 47.2% de su población es clase media, una diferencia de casi diez puntos con Cali, lo que se traduce de alguna manera en que la capital de Antioquia es una ciudad más próspera.

El nivel educativo de la clase media caleña, por otro lado, supera la básica secundaria y cada vez accede en mayor proporción a carreras técnicas o tecnológicas, lo que se veía reflejado en el mercado laboral antes del Covid: el 45% de las personas de la clase media en Cali tenía un contrato laboral formal, según el estudio de Polis.

Otra característica de la clase media de la ciudad es que no tiene intención de conformar familias numerosas; máximo, dos hijos. Además, evita en lo posible el transporte público. La clase media en Cali se mueve en el carro particular o en la moto que paga a crédito.

De otro lado, hasta antes de la pandemia, el nivel de bancarización de la clase media en Cali era reducido: el 59% tenía una cuenta de ahorros, y el 62% una tarjeta de crédito.

Esa es justamente otra de las características de la clase media tanto en Cali como en el resto de Colombia: es un grupo poblacional que se divide entre aquellos que reciben sus ingresos de trabajos formales, en empresas, y quienes están en la informalidad, lo que, en términos tributarios, es un gran problema para el país.

– Hay una parte de la clase media, los asalariados, que tienen una carga impositiva. Mientras que aquellos que reciben sus ingresos de la informalidad, no. No necesariamente son personas que trabajen en la calle, sino que tienen actividades, negocios, ingresos, que no los reportan, luego ni siquiera pagan seguridad social. Hay un gran trozo de la clase media que no está aportando, no está pagando impuestos, y se debe cerrar esa brecha, algo que está haciendo el país con medidas como la factura electrónica y el pago de la seguridad social de los independientes para que las empresas les cancelen sus cuentas de cobro. Pero es un proceso que debe hacerse más rápido. Por todo lo anterior, bajo mi concepto, insisto en que es muy difícil perfilar y determinar si la clase media en Colombia crece o baja, porque hay una parte muy importante de ella que está en la informalidad, lo que hace que los datos sean limitados – dice Julio César Alonso, el director del Centro de Investigación y Finanzas de la Universidad Icesi.

¿A pagar más impuestos?

En días en los que en Colombia se discute una nueva reforma tributaria – el gobierno del presidente electo, Gustavo Petro, asegura que se requieren recaudar 50 billones durante los próximos 4 años – los economistas han puesto la mirada en un trozo de la clase media. Para la mayoría de los analistas, las personas de ingresos medios, de $3.500.000 en promedio, son un sector de la población que no paga los impuestos en los porcentajes que debería hacerlo.

– Los impuestos en Colombia están recargados en las empresas y en los asalariados de ingresos medio altos y altos. La persona que se gana $3.500.000, no paga un peso por impuesto a la renta. En países desarrollados, en cambio, la base, o el porcentaje de personas que pagan el impuesto a la renta es mucho mayor. Entonces en Colombia ni los pobres pagan, ni un gran porcentaje de los de clase media pagan, ni los informales pagan, ni los muy, muy ricos, pagan. Estos últimos tienen exenciones. Así que la nueva reforma tributaria debe ser una en la que los muy ricos deberían pagar mucho más, pero también parte de la clase media – comenta Carlos Sepúlveda, el decano de Economía de la Universidad del Rosario.

Enseguida, Sepúlveda agrega:

– El punto donde empezamos a pagar impuestos en Colombia es muy alto. Debe cerrarse esa brecha de forma gradual. Que lentamente entre más gane alguien, pague un poquito más. Pero la discusión de fondo en últimas y compleja es que, si el Estado ofrece unos servicios públicos de calidad, educación de calidad, por ejemplo que si usted mete a su hijo en cualquier colegio público fuera como si estuviera en el mejor privado, usted paga sus impuestos tranquilo, porque sabe que esos impuestos le van a pagar la educación de sus hijos. Pero eso no pasa en Colombia. Por eso la clase media y alta paga salud privada, colegio privado, transporte privado, porque el Estado no garantiza una buena calidad de esos servicios con los impuestos, entonces se termina privatizando el bienestar. Y paralelamente se debe luchar contra la corrupción y recuperar la confianza del ciudadano hacia el gobierno. Porque si todo se lo roban, la gente tendrá un gran incentivo para no pagar impuestos.

Jorge Restrepo es profesor de la Universidad Javeriana y columnista de medios especializados en economía como el periódico La República.
En una de sus columnas, Restrepo definió a la clase media como ‘consentida’: no solo paga un muy bajo porcentaje de impuestos por sus ingresos, sino que “recibe los servicios que la Nación financia y que demanda crecientemente. La mayor parte de estos servicios y bienes provistos por el Estado y financiados por la Nación se proveen a quienes viven en Colombia en las principales ciudades capitales, donde vive la gran mayoría de esa clase media”.

De ahí que una de las propuestas de los economistas para la reforma tributaria es un asunto ya planteado en años anteriores: que los colombianos que obtengan algún ingreso, sea salario u honorarios, paguen impuesto de renta a partir de los $2.500.000, lo que representaría un pago cercano a los $100.000 al año.

El gobierno de Gustavo Petro, sin embargo, parece descartarlo. Le apunta en cambio a atacar la evasión de impuestos, eliminar las exenciones y cargar la reforma en ese 1% de la población, los más ricos de Colombia, y los asalariados con ingresos altos en el contexto colombiano, no en países desarrollados: $10.000.000.

Son $120.000.000 al año, 30 mil dólares, lo que en otros contextos no son considerados ingresos significativos. La clase media – alta colombiana no lo es tanto en el exterior.

Clase media estancada: ¿cómo lograr que crezca?

La clase media en Colombia ha permanecido estancada en la última década. El gráfico de su evolución es casi una línea recta, hasta el año de la pandemia, 2020. El covid hizo que la clase media retrocediera a los niveles que mostraba en 2012.

Parte de la razón para que la clase media no crezca, explica el consultor empresarial Carlos Andrés Pérez, tiene que ver con el desafío que enfrenta Colombia en términos de productividad tanto de las empresas, como de los trabajadores.

– Los salarios medios y altos solo los pueden cubrir empresas con altos niveles de productividad, es decir que sean rentables para poder asumir esos salarios. Estamos hablando de compañías medianas y grandes, que en Colombia son muy pocas. Para que la clase media crezca se necesita más personas con ingresos más altos y eso solo se logra si aparecen más empresas medianas y grandes que puedan pagarlos.

La ecuación parece sencilla, pero implica enormes desafíos. En el caso del Valle, una de las tareas urgentes para lograr consolidar una clase media robusta pasa por el mejoramiento de la calidad de la educación básica y media.

– Es cierto que la pandemia generó una década de atraso en la tasa de población que integra la clase media. Pero la resiliencia del Valle frente a ello se ha soportado en la diversidad de su aparato productivo, que ha recuperado los empleos rápidamente. Sin embargo, se necesita que los hogares prioricen la formación de talento a los niños y a los jóvenes en áreas del conocimiento que demanda la estructura productiva del Valle: bilingüismo, razonamiento lógico, mecánico, matemáticas. Son conocimientos fundamentales para que un joven bachiller o universitario en Cali o en el Valle se pueda conectar con la estructura productiva que está creando empleo formal, pero que está encontrando dificultades en la región para encontrar el talento humano. Esa es la razón por la que Cali es hoy un polo de atracción de talento de otras zonas del país, donde sí se está formando el talento que están necesitando las empresas – agrega Carlos Andrés.

Otro de los retos que tiene Colombia para consolidar a la clase media tiene que ver con la informalidad que, explica Lina Martínez, directora de Polis, le hace competencia al mercado formal.

– El señor que vende arepas y le va bien no se va a ir a trabajar por un mínimo a una empresa. De ahí que el mercado informal le hace competencia al formal. Con un gran desafío: la informalidad es un mercado donde hay poca acumulación de capital humano, y son trabajos de muy baja productividad. Casi no ocurre que el señor que vende arepas decida contratar un contador, abrir recursos humanos, convertirse en una empresa. Se queda como está o crece muy poco, luego la informalidad en Colombia termina dándole oportunidades económicas más altas a la media a la gente que participa en ese mercado, pero sin generar productividad.

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