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Papas fritas, imagen de referencia. | Foto: Pixabay

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Adolescente se quedó ciego y sordo por comer solo papas fritas, pan y embutidos

El menor sufre una enfermedad denominada como trastorno de alimentación selectiva y rechaza las frutas y las verduras porque no le gusta su "textura", lo que le provocó una falta severa de vitaminas.

4 de septiembre de 2019 Por: Agencia EFE - Redacción de El País

Un joven británico ha sido diagnosticado con pérdida de visión, discapacidad auditiva y debilidad ósea después de pasar años alimentándose únicamente a base de papas fritas y, ocasionalmente, pan de molde, jamón y salchichas, de acuerdo con un estudio publicado esta semana en la revista Annals of Internal Medicine.

Según informó la cadena británica BBC, el chico de Bristol tiene 17 años y su visión se ha deteriorado hasta el punto de que se le ha diagnosticado ceguera.

Este problema responde a los trastornos alimenticios que el chico arrastra, ya que la doctora Denize Atan, quien le atendió en el hospital, aseguró que su dieta se componía "esencialmente" de papas fritas de un comercio local, aunque a veces también comía rebanadas de pan de molde con jamón o salchichas, rechazando la fruta y la verdura.

Los médicos diagnosticaron que el niño, cuya identidad no ha sido facilitada por razones legales ni se ha informado de sus circunstancias familiares, padecía de una grave falta de vitamina B12 y vitamina D, además de otros minerales importantes a causa del trastorno de alimentación selectiva —Arfid, por sus siglas en inglés— que desarrolló.

"Explicó esto como una aversión a la textura de algunas comidas que no toleraba, así que las patatas fritas eran el único tipo de comida que sentía que podía comer", explicó Atan.

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La primera vez que se le detectó este problema, cuando tenía 14 años y acudió al médico aduciendo cansancio y malestar general, los médicos le recetaron varios suplementos para paliar la falta de vitaminas, pero no siguió el tratamiento ni mejoró su dieta.

"Tiene zonas ciegas en su visión. Esto quiere decir que no puede conducir y que tendrá grandes dificultades para leer, ver la televisión o reconocer caras", argumentó Atan.

Al no tratarse el problema desde que fue detectado, el nervio óptico muere y el daño se vuelve permanente.

Además, según reportaron The Telegraph y The Independent, como consecuencia de la mala alimentación, el menor también empezó a sufrir de discapacidad auditiva y debilidad ósea.

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