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Catalina Ortiz y Ana Erazo debaten cara a cara sobre sus aspiraciones para llegar a la Alcaldía de Cali

La actual concejala Ana Erazo espera ganar la consulta que definirá el aval del Pacto Histórico en la carrera por el CAM y la exrepresentante a la Cámara Catalina Ortiz todavía no decide a cuál partido político le pedirá su respaldo.

3 de marzo de 2023 Por: Olga Lucía Criollo, editora de Poder

La actual concejala por el Polo Democrático Ana Erazo espera ganar la consulta que en junio próximo definirá el aval del Pacto Histórico para la carrera que definirá quién sucederá en el cargo a Jorge Iván Ospina, mientras que la exrepresentante a la Cámara por el Valle del Cauca Catalina Ortiz todavía no decide a cuál partido político le pedirá su respaldo para sumarse a la contienda electoral de octubre próximo.

El País: El Laboratorio Cali Contrata Bien denunció que la mayoría de los contratos de la Actual Administración local no se han hecho por licitación pública. ¿Qué opina al respecto?

Ana Erazo (A.E.): La corrupción en todos los gobiernos se ha dado, lo que ha logrado visibilizar es que la ciudadanía cambió y está más pendiente y generando muchísima más veeduría. Hay varias formas de hacer corrupción: la primera de ellas tiene que ver con que hay una multiplicidad de trámites que son exacerbados dentro de la contratación pública y también está el nepotismo, que es algo con lo que han jugado todos los gobiernos, y por último el clientelismo, que muchos políticos han utilizado esa corrupción incluso para elegirse y reelegirse. Más allá de votar bien, es necesario dar un debate sobre hacia dónde se están dirigiendo los recursos y la forma cómo estamos contratando. Si tenemos una persona que de verdad se piense la ciudad y la trabaje sin corrupción e incluso que desde la misma forma de planear podamos pensar que las obras tienen que llegar a la ciudadanía y no que esos recursos se tienen que entregar a un político para que pueda reelegirse cada dos años, ahí vamos a empezar a hacer un cambio. Yo creo que hay que eliminar eso de la contratación interadministrativa.

Catalina Ortiz (C.O.): Cali ya sabe, y por eso los bajísimos niveles de popularidad que tiene el actual Alcalde, que la ciudad se la están robando en nuestras narices. Felicito al centro por haber sacado ese informe mostrando que la contratación se hace de manera directa, pero incluso cuando se hace licitada hay corrupción, porque tenemos un problema fundamental del liderazgo que estamos escogiendo y Cali está tomada por la politiquería y la corrupción y necesitamos recuperarla de eso. Claro que haya una contratación más transparente, con más proponentes, es mejor, pero la contratación que se hizo para dizque tapar los huecos de Cali se hizo por licitación y todos los que pasamos por Cali tenemos claro que esa plata no se la gastaron para tapar huecos, porque uno no ve ni un hueco tapado. ¿Cómo se corrige eso para dejar esa sensación de impotencia que tenemos todos? Eligiendo bien. Un llamado importante, ahora que arranca esta época electoral, es a conocer a los candidatos y a escoger a los mejores, los que tengan las credenciales y la experiencia y que se puedan hacer cargo de Cali, porque hoy la ciudad está en manos de nadie.

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El País: Diana Rojas, otra aspirante a la Alcaldía, dijo que, tras el Gobierno de Ospina, los caleños ya aprendieron lo que es elegir mal. ¿Está de acuerdo?

A.E.: Creo que sí hemos avanzado, pero nos falta mucho. O sea, no podemos decir que posterior incluso a este periodo, donde se ha podido develar de mejor manera que evidentemente sí hay corrupción al interior del Gobierno, la gente tiene otra forma de pensar y cree, además, que este tema del no contratar bien, de la corrupción, es un flagelo que afecta el que los recursos lleguen a los territorios, pero hay que trabajar más en eso, porque, insisto, todos los gobiernos hasta ahora, de cualquier casa política, han tenido corrupción. Entonces el debate va más allá de quién representa cada partido, sino también, de cómo la ciudadanía hace el seguimiento y la veeduría a la forma de contratar.

C.O.: Es cierto que no hemos tenido un gobierno ni nacional ni a nivel municipal en Colombia sin corrupción, somos un país que tiene ese flagelo, pero creo que lo que está pasando en Cali en este momento llegó a extremos. Uno siente en la ciudadanía un profundo sentimiento de impotencia, de despelote, de aquí nadie manda ni nadie está a cargo, y negar que Ospina ha llevado la corrupción a unos niveles en donde ya no aguantamos más también es perder la oportunidad de hacer algo de fondo al respecto.

El País: ¿Es hora de que Cali sea gobernada por una mujer?

A.E.: Por supuesto que sí. Es el momento de las mujeres, de construir una casa morada para las mujeres, y cuando digo morada, tiene que ver con todo lo que incluye el territorio, para lo que estamos viviendo nosotras. Estamos en una ciudad supremamente insegura, que tiene múltiples problemas, pero que también es insegura para nosotras. Creo que es importante darnos la oportunidad. Además, todas las precandidatas somos mujeres preparadas, que ya hemos estado en lo público y tenemos experiencia de lo que está pasando. Es el momento de nosotras, de poder conciliar una Cali morada.

C.O.: Por supuesto. Creo que no se trata solamente de que haya una candidata mujer, sino de que tengamos una agenda para las mujeres. No necesariamente ser mujer quiere decir que uno llegue sabiendo en la política pública cómo puede promover el tema de las mujeres, yo he trabajado en temas de emprendimiento para mujeres durante muchos años, en bases sociales, tratando de traer más mujeres a la política, que es un desafío que tenemos. Necesitamos que, ahora que vamos para estas elecciones locales, dejemos de tener esos números miedosos de 12 % de mujeres en el Concejo.

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El País: ¿Qué se debe hacer con el monumento de Puerto Resistencia?

A.E.: Eso tiene una respuesta tajante y es que el monumento tiene que quedarse. Para nadie es un secreto que, como lideresa, he acompañado la lucha popular, soy hija de la movilización social y el Gobernante que no comprenda lo que pasó en el 2021, no va a liderar bien esta ciudad, porque lo que vimos entonces fue la expresión de los jóvenes, de una ciudadanía que salió a decirle al mundo que no estaba de acuerdo, no solamente con la forma cómo nos vienen gobernando, sino también que hubo una crisis de legitimidad.

C.O.: Tenemos que mejorar la conversación de esta ciudad. Uno de los problemas fundamentales de Cali es que la conversación se volvió blanco o negro, ricos o pobres. Creo que hay mil formas de que a este monumento se le encuentre la manera de que represente la posibilidad de expresión, pero no se cumplieron unas normas para hacerlo y no podemos dar el ejemplo de que uno puede hacerlo sin cumplirlas. ¿Cómo conciliar eso? Tenemos que tener una mejor conversación entre la autoridad y la gente, les estamos dando toda la munición para otra vez polarizar y enfrentar. Me parece triste la manera cómo se ha manejado eso.

El País: ¿Por qué quiere tener el aval de un partido y no postularse por firmas?

A.E.: Porque yo soy de construir proyectos políticos colectivos y me debo a un partido con el que hemos venido consolidando por más de catorce años la visión de país que queremos y por eso hago parte del Pacto Histórico, y quiero reivindicar el Gobierno del cambio en nuestra ciudad. Muchos utilizan el caballito de batalla de las firmas para darse a conocer y, hay que decirlo, personas que hoy están recogiendo firmas y pertenecen a partidos, no sé si es por vergüenza de su partido, porque saben que Cali cambió y que la ciudadanía no quiere más continuismo.

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El País: ¿Por qué quiere tener el aval de un partido y no postularse por firmas?

C.O.: En Colombia ya hay 31 partidos y hay gente que dice ‘ninguno me sirve, me voy por firmas’, pues no le sirve a la sociedad y a la democracia que todo el mundo ande recogiendo firmas para una candidatura. Primero, eso le cuesta a la sociedad, acuérdense que el proceso de firmas tiene reposición. Es decir, todos los que pagamos impuestos le vamos a pagar al que anda recogiendo firmas. Yo recogí firmas muchas veces en mi vida, pero habiendo 31 partidos digo: ‘no habrá uno con el que yo me pueda sentir a gusto? Me parece que la sociedad colombiana no aguanta más la gente buscando su propio grupito.

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