Economía
El Valle del Cauca no pesa en el presupuesto nacional; análisis sobre los recursos que recibe la región
En la región no solo llega menos dinero, sino que se ejecuta peor, según analista.
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13 de nov de 2025, 10:21 p. m.
Actualizado el 14 de nov de 2025, 11:48 a. m.
Por Edwin Maldonado, exsecretario de Desarrollo Económico
El Presupuesto General de la Nación para 2026 asciende a $546,9 billones, el más alto en la historia del país. Ningún gobierno reciente había expandido el gasto a este ritmo: un aumento del 56% frente a 2022. Pero detrás del crecimiento nominal se mantiene un viejo problema: la centralización del gasto público
El presidente Petro prometió descentralización, pero las decisiones presupuestales siguen concentrándose en Bogotá, bajo una lógica que favorece los polos políticos y económicos tradicionales. El resultado es un modelo que invierte más donde ya hay desarrollo, mientras regiones productivas como el Valle del Cauca y el Pacífico reciben un retorno desproporcionadamente bajo frente a su aporte.
Aunque el presupuesto total creció, la inversión pública representa apenas el 16 %, el nivel más bajo en quince años. Dentro de ese margen reducido, el Valle del Cauca vuelve a quedar marginado: solo participa con el 4,8 % de la inversión nacional, una caída frente a los gobiernos anteriores.
Desde 2010, la participación del Valle en la inversión ha oscilado alrededor del 5 %, sin cambios estructurales pese a la alternancia política. Ni Santos, ni Duque, ni Petro han corregido la inequidad territorial que castiga al Pacífico; por el contrario, el actual gobierno la ha acentuado. Entre 2023 y 2026, la participación proyectada del Valle es de 4,9 %, frente a 5,5 % y 5,3 % en los dos gobiernos anteriores.
Y si las asignaciones son bajas, la ejecución es peor. El porcentaje comprometido —lo que efectivamente se convierte en contratos u obras— cayó de un promedio de 106 % en los gobiernos anteriores a 80 % entre 2023 y 2024.
En otras palabras, no solo llega menos dinero, sino que se ejecuta peor. El Valle registró así el peor desempeño de la década, con una participación promedio de 4,9 % en la inversión nacional y una ejecución de apenas 80 %. El “gobierno del cambio” no cambió para el Pacífico: más discursos de equidad, menos inversión efectiva.
El presupuesto de 2026 vuelve a dejar en desventaja al Valle, y las cifras en infraestructura lo confirman. No se priorizó la profundización del dragado del puerto de Buenaventura, esencial para mantener la competitividad portuaria del país. Pero incluso cuando los proyectos logran incluirse, rara vez se ejecutan. Entre 2012 y 2022, el departamento solo recibió el 3 % de la inversión nacional en infraestructura y en el gobierno de Petro esto no cambió.
El gobierno actual apenas ejecuta la nueva malla vial del Valle y el tramo Buga–Buenaventura que se hacen con recursos de la región, no de la Nación. Mientras proyectos clave como Mulaló–Loboguerrero, la modernización del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, el dragado de Buenaventura, el tren del Pacífico y el Tren de cercanías siguen frenados.
🔴 ¡Ojo a esta cifra! El Presupuesto 2026 nos pone en aprietos. El Congreso aprobó un presupuesto de $546.9 billones que trae problemas graves:
— Edwin Maldonado (@edwinhmaldonado) November 10, 2025
- Más deuda: La deuda nacional ya está en $1.100 billones. Estamos gastando lo que no tenemos.
- Menos inversión: El dinero destinado a… pic.twitter.com/2eLKQhC8ZO
Es claro que el gobierno de Petro no le cumplió al Valle y siguió perpetuando un modelo que castiga a las regiones que generan riqueza sin tener voz suficiente en las decisiones nacionales.
El Valle aporta cerca del 10 % del PIB nacional, concentra polos logísticos, industriales y tributarios estratégicos, pero no recibe inversión proporcional.
La consecuencia es clara: el desarrollo del Pacífico se estanca, la desigualdad territorial se profundiza y las tensiones sociales se agravan. Si el Estado no devuelve en inversión lo que la región produce en el Valle y departamentos como Cauca, Nariño y Chocó seguirá alimentando un círculo vicioso donde la falta de oportunidades impulsa la informalidad, la inseguridad y la migración.

El Valle no puede seguir siendo un contribuyente neto sin retorno. No se trata de pedir privilegios, sino de exigir equidad territorial: que los recursos regresen en forma de conectividad, infraestructura y empleo para el Valle, el Cauca, Nariño y el Chocó. Durante quince años, el país ha repetido la misma historia con cifras distintas. El problema no es solo cuánto se asigna, sino cuánto se cumple. Y en ese cumplimiento, el Estado sigue fallando.
El Valle no pesa en el presupuesto nacional porque no hay voluntad de que pese. Desde Bogotá se percibe una región fragmentada y sin voz común.
Mientras no exista un liderazgo capaz de anteponer los intereses regionales a los personales o ideológicos, el Valle seguirá rezagado y su peso político y económico se seguirá diluyendo.
@edwinhmaldonado
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