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Visita oportuna

Más que aliados, Colombia y los Estados Unidos han sido socios durante décadas. Ese es el clima de entendimiento que debe permanecer y trascender después de la gira que empieza hoy nuestro Mandatario.

12 de febrero de 2019 Por: Editorial .

Aunque la diplomacia indica que una reunión como la que hoy tendrá lugar en Washington entre los presidentes Iván Duque y Donald Trump es la oportunidad para estrechar, “aún más si cabe”, los lazos culturales, económicos y políticos entre las dos naciones, la realidad indica otra cosa. Esta vez, como ha sucedido en ocasiones anteriores, la agenda estará centrada en dos temas de especial trascendencia para ambos.

El primero de ellos es el narcotráfico desde la perspectiva del crecimiento exponencial que en nuestro país han tenido los cultivos ilícitos, la producción de cocaína y los problemas que ello está causando para nuestra seguridad. Y de otra parte, la demanda de los consumidores en los países desarrollados encabezados por Estados Unidos y las grandes dificultades que existen tanto para controlar el enorme flujo de riquezas originadas en ese tráfico que se mueve en los mercados internacionales, como para desestimular esa demanda dispuesta a pagar lo que sea para acceder a las drogas ilícitas.

En ese punto ha estado siempre la conversación bilateral, aunque hay que reconocer el apoyo decidido y generoso de los gobiernos estadounidenses y sus partidos, el cual ayudó a nuestro país a derrotar la amenaza de las mafias y los grupos guerrilleros que encontraron en el narcotráfico el combustible para llegar a poner en duda nuestra democracia. Aunque ahora las circunstancias son distintas y el Estado está mejor preparado para enfrentar ese desafío, lo cierto es que el crimen está golpeando con saña a nuestra sociedad y es necesario apelar de nuevo a la colaboración internacional para cumplir con eficacia esa labor.

El otro punto es la situación de Venezuela y la coordinación que se tiene que realizar en el esfuerzo por recuperar su nación para los venezolanos. Hoy, casi todo el continente está unido en el empeño de sacar la tiranía que agobia al pueblo, lo acosa mediante el hambre y lo ha expulsado de su territorio, convirtiéndolo en una migración obligada, triste y necesitada. Por ello, Colombia y Estados Unidos han estado de acuerdo en el propósito de ayudar en lo posible a recuperar la libertad y la democracia en el país vecino.

Pero debe quedar claro que esa tarea se tiene que cumplir por métodos que excluyen la guerra o cualquier intento de invasión militar o que involucren a nuestro país en un conflicto bélico. Aunque es evidente también que el incremento del narcotráfico pasa por la colaboración del régimen de Nicolás Maduro, y que la delincuencia y el terrorismo del Eln y de las disidencias de las Farc tienen asiento en Venezuela, lo que debe buscarse es el relevo de la dictadura para tener un gobierno decente y comprometido con la lucha contra los criminales.

Por lo demás, el viaje del presidente Duque será la oportunidad de acercarse a los distintos sectores políticos y empresariales que tienen relación con Colombia. Más que aliados, Colombia y los Estados Unidos han sido socios durante décadas. Ese es el clima de entendimiento que debe permanecer y trascender después de la gira que empieza hoy nuestro Mandatario.

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