Editorial
Un gran reto social
Lo responsable es sostener una discusión abierta, franca y sensible sobre el tema, pues se trata de seres humanos en condiciones de vida muy particulares y complejas.
Entre muchos otros que nos preocupan a todos los caleños, el problema de la atención a los habitantes de calle en Cali ha ganado notoriedad en los últimos días, por cuenta de la proximidad de la COP 16.
Como es apenas lógico, el consenso entre las autoridades y los ciudadanos es que, durante los días en los que se realice ese evento -la más importante cumbre mundial sobre diversidad biológica-, la ciudad debe presentar su mejor cara. No solo porque llegarán más de 12.000 visitantes extranjeros, lo que representa un enorme reto logístico y de seguridad, sino también porque todos ellos serán multiplicadores de las experiencias que vivan durante su permanencia aquí. Lo cual, por supuesto, puede convertirse en un poderoso instrumento de ‘voz a voz’ que impulse el turismo hacia Cali.
Así las cosas, lo responsable es sostener una discusión abierta, franca y sensible sobre el tema, pues se trata de seres humanos en condiciones de vida muy particulares y complejas. Algo que no tuvieron en cuenta quienes, en días pasados, divulgaron la falsa información de que las autoridades locales estaban urdiendo un plan para ‘esconder’ durante los días de la COP16 a estas personas, con el fin de mejorar la imagen de la ciudad. De esa manera, con intereses netamente politiqueros, terminaron revictimizando a muchos habitantes de y en calle que deambulan por Cali.
Por eso vale la pena resaltar y respaldar el plan que ha anunciado la Secretaría de Bienestar Social para atender a estas personas. El mismo consiste en aprovechar el impulso que va a recibir la ciudad con la COP 16, para aumentar la oferta de servicios sociales que se les ofrece. En los seis puntos de acogida que existen para esta población se aumentará el cupo de dormitorios disponible, pasando de unas 450 personas a unas 700. También se aumentarán las capacidades para ofrecerles alimentación, apoyo psicosocial y activación de rutas de atención.
Pero lo más importante es que se les ofrecerán, además, capacitaciones en emprendimiento, para que puedan encontrar nuevas opciones de vida. De hecho, y teniendo en cuenta que el centro de la ciudad concentrará una gran actividad de la COP, 40 personas que ya están superando la condición de habitantes de y en calle, serán contratados como embajadores y orientadores de la Cumbre. Algo que, sin duda, convertirá a Cali en un referente nacional sobre el tema.
Aumentar la capacidad de acogida para estas personas permitirá, además, adelantar un censo y una caracterización de esta población. Una medición que resulta vital para el futuro, pues la ciudad no sabe con exactitud cuántas personas en esta condición la habitan. La medición más reciente del Dane, que data de 2019, hablaba de 4749 habitantes de calle. Pero es un hecho que, tras la pandemia, el fenómeno creció.
Es muy probable que, con la COP 16, también lleguen a la ciudad más habitantes de calle provenientes de otras zonas del país. El gran reto será atender este fenómeno durante la Cumbre, garantizando siempre el respeto a la dignidad humana.
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