El pais
SUSCRÍBETE

Un acuerdo oportuno

Así las cosas, es bueno registrar que los dos gobiernos se hayan puesto de acuerdo y para evitar medidas que causarían grandes daños para sus naciones. Pero ello no puede desconocer la necesidad de ayudar a...

13 de junio de 2019 Por: Editorial .

Luego del arreglo entre los gobiernos de México y Estados Unidos que impidió las sanciones anunciadas por el presidente Trump, se logró detener una disputa inconveniente entre dos países vecinos que saldrían lesionados de ella. Pero no se resolvió la causa de esa migración, lo cual asegura que tendrá nuevos desarrollo en un futuro no lejano.

Según se sabe, el Gobierno mexicano llegó a un acuerdo de cuatro puntos que incluye tomar medidas para impedir que su territorio sea usado para el tránsito de las caravanas que llegaban a la frontera norte para tratar de ingresar a Estados Unidos. Aunque no aceptó que se le calificara como “tercer país seguro”, sí lo hizo con la posibilidad que los deportados permanezcan en la nación hasta tanto se les decida su solicitud de visa estadounidense.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador también se comprometió a desplegar una fuerza importante de su Guardia Nacional en la frontera sur, mientras el de los Estados Unidos respaldó el ‘Plan de Desarrollo Integral Centroamericano’ que propuso México. Y habrá una evaluación permanente sobre el resultado de las medidas, lo cual lleva a superar el ambiente pugnaz y las medidas unilaterales del presidente Donald Trump, rechazadas incluso por sus copartidarios republicanos en el Congreso por los perjuicios que significaba para las empresas y los consumidores de su país.

Así se superó el impasse por ahora. Pero, salvo por lo de promover el plan para desarrollar al vecindario centroamericano, de momento no parece existir el propósito de darle una solución definitiva y estructural al problema migratorio. Es innegable que la falta de oportunidades en la región y el fracaso de sus gobiernos para resolver los problemas que impiden el crecimiento y generan pobreza y violencia están en el trasfondo de esa expulsión permanente de personas que se arriesgan para encontrar en la potencia del norte el futuro que ya no encuentran en sus naciones.

Pero también está la manera en que el narcotráfico y toda la delincuencia que lo rodea han logrado imponerse, mientras los Estados parecen doblegarse ante la corrupción y la fuerza. Tampoco debe ignorarse que la política populista, sumada a los países que como Cuba, Venezuela y Nicaragua, financian y organizan las caravanas que desatan un enorme drama humanitario y desencadenan un conflicto entre México y los Estados Unidos como el que acaba de producirse.

Así las cosas, es bueno registrar que los dos gobiernos se hayan puesto de acuerdo y para evitar medidas que causarían grandes daños para sus naciones. Pero ello no puede desconocer la necesidad de ayudar a Centroamérica a superar las causas de la migración, y a impedir que continúe la manipulación miserable de las necesidades que padecen los ciudadanos de varios países centroamericanos.

Para ello se crearon instituciones como la OEA y la ONU. Así se evita volver a las peleas entre países que no tienen la culpa de lo que ocurre y se puede canalizar el esfuerzo que permita la urgente reconstrucción que necesitan los centroamericanos para recuperar la desesperanza.

AHORA EN Editorial