Transformación cultural

Cuando se reconoce la importancia que tiene hoy para la sociedad cuidar la naturaleza y proteger los recursos ambientales, se sabe por qué es necesario cambiar la manera en que se entienden las celebraciones religiosas o remplazar costumbres arraigadas, sin que ello signifique que pierdan su esencia.

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8 de abr de 2022, 11:55 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 11:45 a. m.

Los cambios culturales son fundamentales para el medio ambiente. Cuando las sociedades transforman hábitos arraigados, en este caso los que afectan su entorno natural, dan un paso importante para proteger la Tierra, esta gran casa en que la que habitan.

La Semana Santa es un buen momento para que los colombianos avancen en ese camino y remplacen algunas tradiciones que si bien tienen un simbolismo religioso, pueden poner en riesgo sus recursos ecológicos y menoscabar el que en las circunstancias actuales del planeta es su patrimonio más preciado. Una de esas costumbres a erradicar es el uso de hojas de palma durante el Domingo de Ramos, en especial de aquellas especies que están en peligro de desaparecer como la palma de cera, que ha disminuido su población en un 78% en las últimas tres décadas.

Hay que resaltar de manera positiva cómo en los años recientes se ha reducido el uso del que es también el árbol nacional durante las procesiones con las cuales se hace alegoría a la entrada de Jesús en Jerusalén. Caso parecido sucede con el musgo, que cuando llegaba diciembre se utilizaba para adornar los pesebres afectando así las reservas de una planta que cumple función esencial en la producción y conservación del agua. Para beneficio del medio ambiente, esta es una tradición prácticamente desarraigada del espíritu navideño de los colombianos.

Transformaciones como estas en la actitud de la gente son las que permiten cambiar costumbres que afectan el entorno natural y sus preciados recursos. En ello tienen una participación importante las autoridades locales y nacionales, las entidades ambientales, los guías espirituales y los líderes comunitarios, encargados de mostrar a los ciudadanos que los símbolos se pueden reconstruir cuando ello va en beneficio de todos, del bien común que en este caso es el medio ambiente.

Es el llamado que en esta época se hace también a quienes participan en Cali de las romerías a las Tres Cruces y Cristo Rey el jueves y el viernes santos, una tradición respetable que debe adelantarse con consideración hacia los cerros tutelares de la ciudad. Si bien el número de peregrinos es cada vez más reducido, en estas fechas crece la alarma por la destrucción a la que se somete la vegetación o porque en muchos casos se afectan los esfuerzos por reforestar las lomas que resguardan a la capital del Valle.

Cuando se reconoce la importancia que tiene hoy para la sociedad cuidar la naturaleza y proteger los recursos ambientales, se sabe por qué es necesario cambiar la manera en que se entienden las celebraciones religiosas o remplazar costumbres arraigadas, sin que ello signifique que pierdan su esencia. Es la transformación cultural que se empieza a dar entre los colombianos, conscientes cada vez más del compromiso que tienen con su patrimonio ecológico y con el cuidado del planeta.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.

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