El pais
SUSCRÍBETE

¿Todo está consumado?

Es la dictadura brutal que a la manera del régimen imperante en Venezuela ha creado una Constitución a su amaño y donde cualquiera que se atreva a oponerse a los tiranos es un delincuente.

4 de agosto de 2021 Por: Editorial .

Luego de presentar en forma oficial su candidatura para prolongar por cinco años más su estadía en la presidencia de Nicaragua, Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo arreciaron su ofensiva para impedir a toda costa cualquier clase de oposición a sus aspiraciones. Así se afianza la estrategia de represión contra las libertades y el debate abierto de ideas y propuestas, que lleva a anticipar la confirmación de una dictadura que destruyó sin sonrojarse los principios del sandinismo y la lucha del héroe que combatió la tiranía de Anastasio Somoza.

Hoy no hay diferencia alguna entre los sátrapas que durante décadas condenaron a Nicaragua al totalitarismo vestido con los mejores ornamentos constitucionales, y la familia Ortega. Incluso sus apelaciones a los ritos esotéricos practicados por babalaos o brujas y alquimistas se han puesto de moda en el palacio presidencial, y hasta un heredero tienen en su hijo para darle continuidad al imperio que Ortega y su esposa montaron dizque para defender la justicia social en el país.

De nada han servido las protestas que brotan en cada esquina de Managua y en cada municipio de Nicaragua. Por el contrario, ello ha sido útil para perfeccionar la maquinaria de paramilitarismo, terror e impunidad que mantiene a los Ortega en el poder, acompañada, claro está, con la corrupción y el amedrentamiento a quien ose desviarse de los designios oficiales.

Lo nuevo ahora es que no van a aceptar ningún candidato que se oponga a las intenciones del régimen, uno de los más representativos del socialismo Siglo XXI establecido por el coronel Hugo Chávez. A la manera del comunismo cubano de los Castro, el propósito es la candidatura única, por lo cual están en la cárcel o han debido huir ocho candidatos a la presidencia y la vicepresidencia, incluyendo a una ex reina de belleza que se atrevió a figurar como aspirante a uno de esos dos cargos.

Es la dictadura brutal que a la manera del régimen imperante en Venezuela ha creado una Constitución a su amaño y donde cualquiera que se atreva a oponerse a los tiranos es un delincuente. Es el formalismo que permite la presencia de sus delegados por los pasillos y en las asambleas de la Organización de Estados Americanos, sin que esa entidad basada en la defensa de la libertad en el continente pueda actuar contra la brutalidad de Ortega, su mujer y sus secuaces.

Es absolutamente claro que en Nicaragua no hay democracia, que su pueblo no puede expresarse sin exponerse a la represión brutal, y no parece haber manera de detener la hegemonía de los Ortega. Por ello, gestos como la suspensión de la visa de entrada a la Unión Europea impuesta a su esposa y vicepresidenta Rosario y su hijo Juan Carlos, son lo más parecido a un canto a la bandera, y las empresas del viejo continente como las de los Estados Unidos y toda América siguen haciendo negocios con la Nicaragua de Daniel.

Así, todo parece consumado en Nicaragua: por sustracción de materia, es decir, ausencia de oposición, Ortega ganará las elecciones del próximo siete de noviembre, y la democracia seguirá ausente en la patria de Augusto Sandino.

AHORA EN Editorial