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Salvar al Deportivo Cali

Es preciso mirar la situación con realismo y entender que el futuro del Deportivo Cali y su existencia misma están amenazados. Salvar este patrimonio caleño es, entonces, una responsabilidad que deben asumir, en la medida de sus posibilidades y responsabilidades, el comité ejecutivo, los socios, los jugadores, los hinchas y todos los caleños

1 de abril de 2023 Por: Vicky Perea García

La compleja situación deportiva y económica que atraviesa el Deportivo Cali debe ser motivo de preocupación no solo para los socios, jugadores e hinchas del club, sino para todos los caleños y los vallecaucanos. Y es que el Cali es un emblema y un patrimonio de la ciudad, una institución que tiene más de cien años de existencia y está íntimamente ligada a la historia reciente de la capital del Valle.

En lo deportivo, el equipo azucarero se ha destacado por muchos aspectos. Fue el primer club colombiano en acceder a la final de una Copa Libertadores, ha ganado diez títulos del rentado colombiano y es uno de los conjuntos más reconocidos allende las fronteras.

Se han puesto la emblemática camiseta verde varios de los mejores jugadores del país: Willington Ortiz, Carlos Valderrama, Bernardo Redín, Óscar López, Rafael Santos Borré, Pedro Antonio Zape, Luis Fernando Muriel, Oswaldo Calero, Diego Umaña, Jairo Arboleda, por mencionar unos cuantos. Y también han desfilado por el club grandes jugadores y entrenadores extranjeros: Carlos Bilardo, Alberto de Jesús Benítez, Nestor Scotta, Juan Carlos Lallana, Iroldo de Oliveira, El ‘Mortero’ Aravena, Miguel Loaiza, entre muchos otros.

Y en lo corporativo, el Deportivo Cali ha sido un modelo de organización y de democratización. Es el único equipo colombiano que tiene un esquema accionario abierto y en la actualidad cuenta con más de mil socios. También es el único conjunto nacional con estadio propio.
Además, posee una sede deportiva en el sur de Cali que está a la altura de las que tienen los grandes clubes del continente. Mejor dicho, el Deportivo Cali es en Colombia el único equipo de fútbol que tiene la categoría de club.

Lastimosamente, una serie de circunstancias han conducido a la institución verdiblanca a una delicada situación. Entre ellas cabe mencionar errores administrativos, gastos cuantiosos, la propia pandemia, malas contrataciones, indemnizaciones onerosas.

Debido a esta suma de problemas, el pasivo de la institución ronda los $100.000 millones. Y en lo deportivo, el panorama también es delicado: el equipo ocupa el último puesto de la tabla y está muy cerca de los rivales que pelean por no descender. Situación que no se compadece con el glorioso pasado de la escuadra azucarera.

Una auditoría forense solicitada en la reciente asamblea de socios del club se encargará de dimensionar la realidad financiera de la institución y de establecer las responsabilidades que quepan por el profundo déficit económico que atraviesa el club. Lo que corresponde, entonces, es mirar hacia adelante y sumar esfuerzos para sacar de la difícil situación en la que se encuentra esta institución tan querida para la ciudad.

Es preciso mirar la situación con realismo y entender que el futuro del Deportivo Cali y su existencia misma están amenazados. Salvar este patrimonio caleño es, entonces, una responsabilidad que deben asumir, en la medida de sus posibilidades y responsabilidades, el comité ejecutivo, los socios, los jugadores, los hinchas y todos los caleños.

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