Relaciones peligrosas
En toda una trama de conspiraciones frustradas parecen derivar los intentos de sectores de la oposición venezolana a la dictadura que maneja su país, los cuales podrían o no tener algún éxito. Pero Colombia debe tener mucho cuidado para evitar que sus autoridades sean comprometidas en esas maniobras cuando involucran nuestro territorio.
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7 de may de 2020, 11:55 p. m.
Actualizado el 25 de abr de 2023, 09:02 p. m.
En toda una trama de conspiraciones frustradas parecen derivar los intentos de sectores de la oposición venezolana a la dictadura que maneja su país, los cuales podrían o no tener algún éxito. Pero Colombia debe tener mucho cuidado para evitar que sus autoridades sean comprometidas en esas maniobras cuando involucran nuestro territorio.
La última de esas operaciones terminó el pasado domingo en unas playas del país vecino con ocho muertos y un número de personas detenidas cuando trataban de ingresar a Venezuela. Ahora se sabe que el pequeño grupo al parecer salió de Colombia con la pretensión de apresar al dictador Nicolás Maduro, montarlo en un avión y llevarlo a los Estados Unidos donde se le procesa por narcotráfico.
Las informaciones conocidas vinculan a personas relacionadas con el gobierno del presidente encargado por la Asamblea Nacional, Juan Guaidó. Algunos de sus voceros, en especial un conocido de la opinión pública de nuestro país por haber asesorado partidos y campañas políticas, reconoció conversaciones e incluso un contrato con los aparentes cabecillas del intento frustrado por el régimen que controla el poder en Venezuela. A ese contrato se ha vinculado incluso al propio Guaidó, a quien cincuenta países de la comunidad internacional reconocen como el presidente de Venezuela.
Y existe un antecedente grave. Fue el hallazgo de un arsenal de limitado tamaño en carreteras colombianas, dirigido a armar grupos que pasarían la frontera para enfrentar al régimen. Se supo entonces que ese armamento fue enviado por un general venezolano, Clíver Alcalá, quien vivía en Barranquilla y viajó a los Estados Unidos cuando se conoció la acusación también por narcotráfico y el pedido de extradición de la Justicia de ese país.
En aquel momento, ese General, que fue de la confianza dela dictadura en Venezuela, reconoció su responsabilidad y advirtió la existencia del complot y del contrato que fue revelado el pasado martes. De nuevo, y aunque no se relaciona a nuestras autoridades con los confusos hechos, ellos son usados por Maduro para involucrar a nuestro país en las tramas subversivas, un poco aparatosas a decir verdad.
La consecuencia es obvia: quienes en la oposición venezolana promueven o actúan para derogar la dictadura de su país, le han hecho un grave daño a su causa. Ahora, el dictador y su corte magnifican el hecho y declaran como una invasión lo que fue un pequeño y hasta absurdo intento fracasado. Y vinculan a ello a Guaidó y sus colaboradores, quienes quedan como responsables de una conspiración frustrada y dan argumentos para aumentar la represión contra los opositores a la tiranía.
Hasta allí, todo está dentro de lo previsible en un país secuestrado por un régimen inmoral que acabó con la democracia en Venezuela. Lo que sí es inaceptable y peligroso, es que Colombia sea relacionada con esas conspiraciones.
Suficientes problemas tiene nuestra Nación con el abrigo que el régimen de Maduro le ofrece a grupos de violencia que atentan contra los colombianos, como para terminar enredada en las tramas que pretenden hacer lo mismo contra la tiranía venezolana.
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