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Recuperación y responsabilidad

Luego de más de cinco meses de cuarentena obligatoria, el Presidente de la República anunció que Colombia pasará al aislamiento selectivo. Con ello, el país permite el regreso de casi todas las actividades económicas y sociales, manteniendo en cada ciudadano la obligación de aplicar las medidas preventivas que eviten una nueva propagación del contagio.

25 de agosto de 2020 Por: Editorial .

Luego de más de cinco meses de cuarentena obligatoria, el Presidente de la República anunció que Colombia pasará al aislamiento selectivo. Con ello, el país permite el regreso de casi todas las actividades económicas y sociales, manteniendo en cada ciudadano la obligación de aplicar las medidas preventivas que eviten una nueva propagación del contagio.

Han sido meses de una larga y compleja manera para enfrentar lo que ha sido la peor amenaza para la salud del mundo, un virus desconocido que deja más de dos millones de muertes, 17,612 de ellos en nuestro país. Una época difícil que permitió mantener en proporciones menores lo que pudo ser una tragedia de tamaño incalculable.

El costo de ese aislamiento social ha sido inmenso para la sociedad colombiana, y se refleja en la parálisis económica expresada en la caída vertiginosa del Producto Interno Bruto, la destrucción de empresas y la pérdida de puestos de trabajo formal, además de un golpe demoledor al empleo informal que al momento de empezar la emergencia bordeaba el 47,7% de la ocupación total. Resultado alarmante que obliga a tomar riesgos para evitar males mayores.

Según se informa, Colombia está llegando al pico de los contagios y ya hay síntomas de que se está reduciendo el contagio y sus letales consecuencias. Es decir, está pasando la emergencia, sin que ello signifique que haya finalizado la amenaza. Es pues el momento para recuperar la dinámica social y económica para empezar a revivir la maltrecha economía y la iniciativa de la cual depende el bienestar de las familias que componen nuestra nación.

A partir del próximo primero de septiembre, el país entrará en lo que el presidente Iván Duque definió como el aislamiento selectivo, en el cual se reactivarán casi todas las actividades sociales. El transporte, el comercio, el paulatino regreso a las aulas de los estudiantes y tantas otras labores podrán entonces reabrir sus puertas y ofrecer sus servicios, lo que de por sí constituye un verdadero alivio y un aliciente para empezar a recuperar la generación de ingresos para todos los colombianos.

Según las explicaciones oficiales, puede decirse que a partir de ese día la norma será la reactivación de todas las actividades sociales y culturales, con algunas excepciones como aquellas que producen aglomeraciones y congestiones. Como consecuencia, la protección ya no la realizarán las autoridades mediante las prohibiciones a las que debimos acostumbrarnos en estos cinco meses.

Y la responsabilidad estará casi toda en manos de los colombianos, que deberán mantener las medidas necesarias para evitar una nueva propagación del Covid-19. Es decir, usar tapabocas, mantener la distancia prudente, observar las normas sobre limpieza y desinfección y evitar las aglomeraciones.

Con ello debe impedirse un rebrote que obligue a un nuevo encierro, por lo menos hasta que aparezca la vacuna y se pueda afirmar que termina la pesadilla. Por ello, a partir de septiembre Colombia entra en la etapa de la recuperación de sus actividades con responsabilidad de sus ciudadanos.

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