Oportunidad para el fracking
Lo que está en proceso es una decisión de gran importancia para el futuro económico de nuestra Nación y para las finanzas públicas, así como para la financiación del desarrollo y las soluciones sociales que requiere
Siga a EL PAÍS en Google Discover y no se pierda las últimas noticias

30 de mar de 2022, 11:55 p. m.
Actualizado el 17 de may de 2023, 11:43 a. m.
A partir de esta semana y luego de años de debates intensos no exentos de radicalismos e intenciones partidistas, se inicia la prueba de la técnica del fracking para extraer petróleo y gas en un área muy precisa ubicada en el departamento de Norte de Santander. Al autorizarla, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, Anla, permite que se dé un paso que puede ser de gran importancia para la autonomía energética de Colombia.
La técnica, que a grandes rasgos implica utilizar una mezcla de agua, químicos y arena a presión para extraer los hidrocarburos que se encuentran atrapados en rocas a grandes profundidades, ha sido objeto de polémicas y argumentos a favor y en contra por sus posibles efectos negativos contra el medio ambiente. La preocupación principal está en el riesgo de contaminar los nacimientos de agua, afectando así la calidad de vida de las comunidades y la calidad de las tierras que circundan las explotaciones.
Muchas de esas inquietudes han sido aclaradas a través del tiempo y puede decirse también que el desarrollo tecnológico ha permitido resolver los problemas e impedir los daños que pueda causar. No obstante, el debate continúa y mientras Estados Unidos logró convertirse en el primer productor de hidrocarburo mediante la aplicación de fracking, en Europa y otras partes del planeta persiste la negativa a usarlo.
Ahora, Colombia inicia el camino de las pruebas que llevarán a tomar una decisión, ojalá, en breve lapso. Se trata del piloto que se hará en Puerto Wilches, en un área de 4,6 hectáreas, donde se llegará hasta cuatro mil metros de profundidad y mil doscientos metros en forma horizontal. Se perforarán tres pozos en veinte etapas de fractura que demandarán un consumo de hasta 48 millones de litros de agua, los cuales serán extraídos de fuentes subterráneas o del Magdalena.
Esa breve descripción despeja las especulaciones sobre una invasión masiva que afectará centenares de hectáreas de tierra fértil y en plena producción, versión propagada por quienes, más que críticos, son enemigos de la técnica o tienen motivaciones políticas distintas al cuidado del medio ambiente. Sus resultados serán objeto de la revisión permanente y la evaluación de una comisión especializada, compuesta por delegados de los ministerios de Hacienda, Ambiente, Minas y Energía y Salud y por expertos en temas ambientales, de hidrocarburos y de la sociedad civil.
Así se determinará si es o no viable la aplicación de la técnica en nuestro país, lo que de por sí demuestra el cuidado con el cual se está procediendo, aunque ello implique más demoras para definir si Colombia aplica un recurso que puede multiplicar hasta por cinco sus reservas petroleras, otorgándole una autonomía tranquilizadora. Desde esa perspectiva, lo que está en proceso es una decisión de gran importancia para el futuro económico de nuestra Nación y para las finanzas públicas, así como para la financiación del desarrollo y las soluciones sociales que requiere.
Por todas esas razones es necesario darle la oportunidad al fracking, sin dejar de lado la necesidad de proteger el medio ambiente.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.
6024455000






