No repitamos la historia

No repitamos la historia

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18 de feb de 2021, 11:55 p. m.

Actualizado el 18 de may de 2023, 06:49 a. m.

Teniendo en cuenta la disminución en las tasas de ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos y de los números de contagios, las autoridades de Cali y el Valle decidieron reducir las medidas de aislamiento social. De nuevo, la responsabilidad de caleños y vallecaucanos será la clave para evitar que se produzca una nueva crisis.

La experiencia de los últimos meses, en especial diciembre, fue terrible para nuestra región. Si bien era de esperar un rebrote del contagio, el relajamiento de las medidas que restringían la circulación y el contacto social, sobre todo para celebrar fiestas tradicionales o el campeonato del América, se convirtieron en impulsores ideales para la reproducción del Covid-19.

Las consecuencias se sintieron en la ocupación de las UCI, la cual llevó a superar la capacidad instalada y obligó a recurrir a ciudades y departamentos vecinos. Y qué decir del aumento en el número de contagiados y de muertes, un doloroso y triste colofón a lo que pudo evitarse si no se hubieran relajado las medidas tendientes a mantener a raya la expansión de la terrible enfermedad.

Y el efecto en la economía fue inmediato, por lo cual las autoridades debieron dar marcha atrás, aplicar de nuevo medidas como el pico y cédula y el toque de queda, así como el aumento en las sanciones y la cacería a los infractores que desafían la convivencia. Algo muy importante falla en nuestra sociedad, que a las angustias explicables que producen las restricciones a las libertades de locomoción y de socialización debe sumarse una tendencia a desconocer las recomendaciones para preservar la salud propia, de la familia y de la comunidad a la cual se pertenece.

Esta vez, la coincidencia de la reducción en los contagios y el incremento de la crisis económica que se refleja en el clima social obligan a hacer un nuevo intento que lleve a recuperar algo de la normalidad perdida a causa de la pandemia que lleva un año causando estragos. Por supuesto, la clave estará en el comportamiento de los caleños y vallecaucanos que ayude armonizar la protección de la sociedad con la necesidad de permitir la actividad y la rehabilitación de la economía.

Más de cinco mil personas han perdido la vida por causa del covid en nuestro departamento, y son muchísimas las familias que además del duelo han debido soportar una crisis en sus ingresos de grandes proporciones aumentando así el desconcierto y la pobreza. Ello debería servir para que el relajamiento de los controles no vuelva a ser el motivo para aumentar la tragedia y la razón para más lamentos, cierres y sanciones de parte de las autoridades.

Ese es el desafío que tenemos ahora si no queremos repetir la historia triste. Mucho más que obedecer normas, lo que se debe hacer es aprender la lección y aportar con la prudencia para evitar que regrese la devastación vivida en los últimos meses. Mientras llega la vacuna para todos, lo que ya empieza a ser una realidad, en nuestras manos está que la palabra crisis desaparezca de nuestros organismos de salud, y que el luto y la tragedia no regresen a la familia vallecaucana.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.

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