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Monstruos del calentamiento

Al paso de las horas la tragedia en Bahamas se hace cada vez peor, y sus habitantes necesitan ayuda. Pero mientras el Presidente de la principal potencia del mundo siga negando lo evidente habrá que esperar con alarma y paciencia el paso de nuevos monstruos atmosféricos que arrasarán con el Caribe y la costa de Estados Unidos.

8 de septiembre de 2019 Por: Vicky Perea García

La pesadilla que viven los habitantes de la Isla de las Bahamas por el paso del huracán apenas empieza. Aunque la cifra oficial de muertos pasó de cuarenta, el gobierno advirtió que el balance final será “estremecedor” y que el número de desaparecidos se cuenta por miles.

El poder destructor de Dorian, que para fortuna de la costa este de los Estados Unidos fue disminuyendo conforme se desplazaba, provoca una inquietud primordial: ¿Está generando el calentamiento global la aparición de ciclones cada vez más potentes?

El huracán castigó las islas noroccidentales del Caribe durante dos días. Una población acostumbrada a las tormentas tropicales que no son extrañas por esta época debió enfrentar la fuerza de uno de los fenómenos naturales más potentes de la historia, con categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson que clasifica estos fenómenos.

Con vientos de 300 kilómetros por hora, arrasó las islas de Ábaco y Gran Bahama, al tiempo que destruyó el 45% de los hogares. Los testimonios recogidos son dramáticos: una estación de radio local recibió más de dos mil llamadas de mensajes de auxilio; una madre suplicaba que la ayudaran porque estaba con su bebé de cinco meses en un tejado. Los hospitales desaparecieron, no hay energía, tampoco agua potable, los cuerpos se están descomponiendo sin que nadie los pueda recoger porque las sedes de los organismos de socorro fueron destruidas, reina el caos y los saqueos abundan. El gobierno está sobrepasado, la respuesta ha sido lenta y lo responsabilizan de no haberse preparado mejor para la emergencia.

Esta vez se salvó el estado de Florida, pero la Administración Trump no debería continuar con su errada política ambiental desconociendo los efectos devastadores del calentamiento global. No es posible seguir ignorando las amenazas que se producen cada año en la temporada que empieza en julio y termina en octubre. Las Carolinas, Florida, incluso Nueva York por la costa este, han padecido el impacto de monstruos cargados de energía acumulada en los mares calientes que descargan su furia en las zonas más habitadas como el Caribe, Cuba, Bahamas, Haití y Puerto Rico. Y llegan también al Golfo de México o se desplazan por el Pacífico destruyendo todo.

El miércoles pasado los profesores Michael Mann, de la Universidad Estatal de Pensilvania, y Andrew Dessler, de la Universidad de Texas A&M, advirtieron en un artículo publicado en el periódico británico The Guardian que empíricamente hay un aumento de aproximadamente 7% en las velocidades máximas sostenidas del viento de las tormentas más fuertes por cada grado de calentamiento. Ambos académicos coincidieron que mientras más se calienta el aire, más humedad puede contener, lo que propicia devastadoras tormentas como esta.

Al paso de las horas la tragedia en Bahamas se hace cada vez peor, y sus habitantes necesitan ayuda. Pero mientras el Presidente de la principal potencia del mundo siga negando lo evidente habrá que esperar con alarma y paciencia el paso de nuevos monstruos atmosféricos que arrasarán con el Caribe y la costa de Estados Unidos.

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