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Hoy, con Corfecali de nuevo en crisis, se incumple ese propósito, y se pone en riesgo la Feria que tanto enorgullece a los caleños e identifica a la capital del Valle. | Foto: Equipo de fotografía de El País

Editorial

Los líos de Corfecali

Este podría ser el comienzo de la decadencia de la Feria de Cali, que pese a las épocas difíciles que ha enfrentado en varias ocasiones desde su creación en 1957, ha permanecido en firme y como referente de la ciudad.

23 de octubre de 2023 Por: Editorial

La de diciembre próximo será la última Feria de Cali realizada durante la actual administración de Jorge Iván Ospina. Y puede ser también con la que se le dé sepultura al que, sin duda, es el evento más representativo de la ciudad, que va para su versión número 66, si no se endereza el rumbo financiero de Corfecali, la entidad encargada de su ejecución.

Como lo contó este diario en su reciente edición dominical, la situación de la Corporación de Eventos, Ferias y Espectáculos de Cali, es crítica. La entidad está al borde de la quiebra, con pérdidas económicas cercanas a los $4.000 millones, obligaciones sin cumplir desde el año 2021 y sin los ingresos garantizados para continuar operando. La cuestión es cómo se llegó a esa situación caótica en menos de cuatro años y después de contar con un superávit de $5.791 millones en diciembre de 2019.

La responsabilidad es en primer lugar de Corfecali, una empresa de economía mixta. Pero también de la Alcaldía que es su mayor socio, como lo confirman los cinco asientos, de un total de nueve, que tiene en su Junta Directiva. Por ello, así como la elección de su director, son también resorte de la Administración Municipal las decisiones que se tomen en la Corporación al igual que los controles internos que se hagan para garantizar la transparencia y el óptimo manejo de los recursos.

Justo lo que no ha sucedido en estos cuatro años. A lo que hoy pasa al interior de Corfecali no se le pueden poner excusas como la pandemia que obligó al confinamiento en 2020 o las violentas protestas de 2021; lo que ha habido es un manejo errado de los dineros, como sucedió con la Feria Virtual en la que se empeñó el alcalde Ospina y que está bajo la lupa de los entes de control del Estado que han hecho hallazgos comprometedores, como sobrecostos o el no cumplimiento de los requisitos de contratación.

Preocupan, así mismo, las acreencias que tiene la entidad con artistas locales, en su mayoría acumuladas desde diciembre de 2021. Esa es la razón, así como la falta de garantías sobre los pagos futuros, que llevaron a varias escuelas de Salsa locales a declinar su participación en el desfile del Salsódromo. Peor aún es que, por la escasez de recursos se podrían suspender algunos eventos tradicionales, como lo expresó el propio Gerente de Corfecali a este medio.

Este podría ser el comienzo de la decadencia de la Feria de Cali, que pese a las épocas difíciles que ha enfrentado en varias ocasiones desde su creación en 1957, ha permanecido en firme y como referente de la ciudad.

Cuando el Concejo de Cali aprobó la creación de la Corporación de Eventos, Ferias y Espectáculos, hace 32 años, pensó en una entidad de economía mixta que se encargara con seriedad y responsabilidad de la administración de la que es la fiesta con más tradición de la cultura local, y que, además, estuviera en capacidad de desarrollar otros eventos, que le generaran los ingresos necesarios para su sostenibilidad.

Hoy, con Corfecali de nuevo en crisis, se incumple ese propósito, y se pone en riesgo la Feria que tanto enorgullece a los caleños e identifica a la capital del Valle.

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