Los líderes y el clima
Reunir a los 40 líderes del mundo que tienen el poder para transformar el futuro ambiental del Planeta y producir los acuerdos que se requieren, fue la manera como el presidente de los Estados Unidos marcó el regreso oficial de su país a las discusiones internacionales sobre el cambio climático. Si fue una reunión se sabrá en los años venideros.
El logro inmediato de la Cumbre de Líderes por el Clima realizada entre jueves y viernes, fue sentar en la misma mesa así fuera virtual, y más allá de sus diferencias, a los grandes protagonistas de la política mundial.
Unirlos bajo un mismo propósito y sobre un asunto que hoy es el que más debe preocupar a la humanidad, es por sí mismo un triunfo.
De antemano se sabía que cada uno de los mandatarios o sus representantes presentarían las ambiciosas metas de sus naciones para reducir las emisiones de CO2, hacer la transición a las energías limpias o recuperar los recursos naturales. Fue así como Vladimir Putin garantizó que antes de la mitad de este siglo su nación habrá bajado al mínimo sus emisiones de gases de efecto invernadero y que ya el 45% de las energías que se usan en Rusia son renovables, mientras el líder chino Xi Jinping aseguró que el gigante asiático se convertirá en un país neutro en emisiones para el 2060, meta que Estados Unidos alcanzaría para el 2050.
Ahí estuvieron el papa Francisco, la Presidenta de la Comisión Europea, la Canciller alemana, los primeros ministros de Israel y de la India, al lado de mandatarios de países como Colombia que pese a ser los menos contaminantes son los que más sufren las consecuencias del daño ambiental y tienen en riesgo sus aún abundantes recursos naturales. No faltaron el Secretario General de la ONU, la vicepresidenta y los ministros de los Estados Unidos, magnates como Bill Gates o Michael Bloomberg y representantes de las organizaciones ambientalistas.
Todos mostraron su preocupación por lo que sucede, por la incapacidad de la humanidad de detener ese deterioro creciente del Planeta y algunos fueron escépticos sobre los compromisos y resultados que se esperan, mientras demandaron mayores inversiones, particularmente de aquellos que más contaminan, para lograr las soluciones que requiere la Tierra. Quedó claro que lo que no se logre en la próxima década será difícil si no imposible de conseguir después por el grado de deterioro al que habrá llegado el medio ambiente, y que sería más costoso no destinar los recursos que hoy se necesitan.
La reunión fue ante todo un escenario político para desnudar la preocupante situación ambiental de la tierra. Y para que quienes tienen la posibilidad y a la vez la responsabilidad de transformar esa realidad, le dijeran al mundo si es posible lograr un compromiso de su parte para conseguirlo y para darle un nuevo impulso al Acuerdo de París. Cabe anotar que ese acuerdo recupera oficialmente a Estados Unidos como uno de sus protagonistas más importantes y que en este 2021 cumplirá seis años de haberse firmado sin que haya logrado los avances esperados.
De los dos días de la Cumbre de Líderes por el Clima, no era más lo que se esperaba. Lo que haga la humanidad y sus autoridades en la próxima década es lo realmente importante.