Los buenos ejemplos

Reconociendo que le falta aún recorrer un largo sendero para conseguir los resultados que se esperan en materia medioambiental, Colombia realiza grandes esfuerzos para recuperar su biodiversidad.

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4 de mar de 2022, 11:55 p. m.

Actualizado el 17 de may de 2023, 12:32 p. m.

La preocupación por el deterioro de la biodiversidad en el planeta, que registran con profusión informes como el presentado esta semana por Naciones Unidas en el que se asegura que el 48% de las especies de fauna y flora desaparecerá de la faz de la tierra, está justificada. Pero también hay motivos de esperanza y ejemplos cercanos de que sí es posible su recuperación y conservación.

Negar el impacto que tienen las acciones humanas en el clima, el medio ambiente y particularmente en los ecosistemas, así como los cambios implícitos en un mundo que aún se encuentra en evolución, sería una necedad. Como lo sería pensar que no se puede girar el rumbo y realizar las correcciones que se requieren para impedir que las pérdidas avancen a zancadas como hasta ahora. Sí, se necesita voluntad, tanto como sumas importantes de dinero, recursos y gestión.

Reconociendo que le falta aún recorrer un largo sendero para conseguir los resultados que se esperan en materia medioambiental, Colombia realiza grandes esfuerzos para recuperar su biodiversidad. Es lo mínimo que se espera de una nación que tiene una de las mayores riquezas naturales del mundo, ecosistemas únicos y la segunda mayor variedad de fauna y flora, terrestre y marítima, del planeta.

El compromiso del país es real, trabaja para cumplir las metas de reforestación, reducción de sus emisiones de carbono y la declaración del 30% de su territorio y de sus aguas marinas como zonas de reserva natural. El tiempo dirá si obtuvo los logros que se esperaban, pero se debe reconocer que se avanza en el camino correcto y los frutos se ven en varios aspectos.

Con ocasión del Día Mundial de la Fauna Silvestre, se conoció que Colombia ha aumentado a 63.303 el registro de sus especies de fauna y flora, lo que significa que las expediciones realizadas en años recientes, algunas a lugares antes inexplorados u olvidados, están revelando un patrimonio natural aún mayor del conocido hasta ahora. De igual manera las acciones para perseguir a quienes cometen delitos ambientales muestran resultados, por primera vez se está judicializando a quienes los perpetran y aumentan las incautaciones por tráfico o tenencia ilegal de especies. En el 2021 fue posible rescatar y liberar 12.968 animales en sus hábitats naturales.

El de los osos de anteojos, en serio peligro de extinción, es uno de los ejemplos de recuperación más importante en el país. Comenzó con la restauración de sus ecosistemas y de los corredores naturales por los que transitan, propósitos en los que han participado las entidades ambientales, las comunidades campesinas e incluso las Fuerzas Armadas. Hoy el también llamado oso andino es avistado en 23 de las 62 áreas protegidas del país, entre ellas los páramos de Valle del Cauca reforestados gracias a los viveros de frailejones creados por soldados del Ejército Nacional y el compromiso de quienes han cedido sus tierras para facilitar el tránsito y protección de esa especie.

Así, con propósitos concretos y trabajo es como se conjuran los cataclismos tantas veces anunciados para el Planeta. Hay que ser realistas sobre el daño que sufre la Tierra, pero actuar de manera decidida es la forma de conservar la esperanza de un futuro mejor para el mundo y quienes lo habitan.

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