Lo que ayuda, sirve
Con los graves daños que la pandemia le está causando a la sociedad, lo que necesita Colombia son manos, recursos e iniciativas para terminar cuanto antes con la incertidumbre.
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8 de mar de 2021, 11:55 p. m.
Actualizado el 18 de may de 2023, 06:51 a. m.
En vez de ser usada con propósitos políticos y de oposición partidista, la propuesta del sector privado de participar en el programa de vacunación contra el coronavirus es digna de atención y reconocimiento. Con los graves daños que la pandemia le está causando a la sociedad, lo que necesita Colombia son manos, recursos e iniciativas para terminar cuanto antes con la incertidumbre.
Con todo y las demoras en el arranque del programa, el asunto no es que el Gobierno Nacional haya fracasado en su ejecución. El problema radica ante todo en la escasez de vacunas, concentradas hoy en países que aun habiendo pagado más y más rápido, tienen problemas en el desarrollo de la vacunación. Ejemplo de ello es el debate a veces acalorado entre Europa y la Gran Bretaña, o los frecuentes reclamos en los Estados Unidos, donde por fin ha alcanzado una velocidad promisoria, debido entre otras razones a la inclusión de las cadenas de supermercados y de droguerías en el esfuerzo, lo que ha fortalecido la estrategia y llevado alivio a dos millones de personas por día.
En Colombia se ha escuchado de manera frecuente la propuesta de gremios y empresas de participar en la vacunación, solicitando a las autoridades que les permita importar las vacunas, aplicarlas a sus empleados y hasta ofrecer el servicio de manera pública. El Gobierno por su parte ha dicho que está dispuesto a escuchar las propuestas y que no se cierra a ellas, aunque está claro que es una decisión de Estado el que sea gratis para los colombianos sin distinción alguna.
De ser posible, esa propuesta debe servir para dinamizar la vacunación, lo que significa reducir los niveles de contagio, el riesgo de muerte, la parálisis de la sociedad y los temores de los colombianos. Y en términos positivos, debe producir el regreso a la actividad económica, social y cultural que permita recuperar los millones de empleos formales, de empresas, del turismo, la recreación y ocupaciones informales, así como de rubros como los espectáculos que generan empleo e ingresos para muchas personas.
Todo eso ayuda a rescatar a nuestro país de la gran crisis que ha ocasionado el Covid-19. Y no es una muestra de debilidad del Gobierno, como lo quieren dar a entender quienes pretenden hacer política partidista con la pandemia o aquellos que se han convertido en portadores de la crítica irreflexiva nacida de las malas noticias.
Por el contrario, es el momento de sumar a quienes quieran aportar a la solución de una crisis que toca a todos los colombianos y aún golpea a nuestra sociedad así como al resto del mundo. Ante todo, es una demostración de unión y de compromiso alrededor del bien común, en este caso la tranquilidad de nuestra nación y la recuperación de sus formas de vida.
Gran error y una derrota lamentable sería atravesar palos a la rueda y cerrar los ojos y los oídos a una iniciativa que puede ser definitiva para superar la incertidumbre, por supuesto, respetando principios básicos como la dirección exclusiva del Estado del programa de vacunación y la no exclusión de ningún ciudadano. Por eso, todo lo que ayuda sirve.

Directora de El País, estudió comunicación social y periodismo en la Pontificia Universidad Javeriana. Está vinculada al diario EL País desde 1992 primero como periodista política, luego como editora internacional y durante cerca de 20 años como editora de Opinión. Desde agosto de 2023 es la directora de El País.
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